jueves, febrero 14, 2008

Dios bendiga a Brad Bird (parte II)

El gigante de hierro

Normalmente cuando una película tiene buenas críticas es muy fácil que te decepcione; y había oído grandes críticas de esta película y temía eso (incluso yo, no puedo evitar sentir miedo al ver una película de animación gracias a Disney y sus musicales repletos de animales). No ha sido así. "El gigante de hierro" es sencillamente, una grandisima película de dibujos animados.
Brad Bird es la mente detrás de la época dorada de los Simpsons, Los increíbles y Ratatouille, y como dije en esta última, es un genio, uno de los últimos genios de la animación americana. En esta película, si cabe, lo demuestra aún más. Al contrario que la serie de Homer -amparada en el éxito mismo que ya tenía- o los monumentales medios de los que Pixar le dota actualmente, esta es una película relativamente pequeña y casi intimista, y aún así consigue un resultado espectacular.
Se trata de un hermoso cuento sobre la historia de un niño y un robot aliénigena en plenos años 50, en un ambiente de paranoía total. Un bonito canto a algo tan puro como la amistad y la confianza. Sin embargo, lo interesante no es la historia -mil veces vista- si no la habilidad de Brad Bird para narrarla. Es una historia para niños pero más disfrutable aún por adultos. Para empezar, no hay canciones. Toda la historia se narra con fluidez sin que nada parezca forzado u obligado más allá de una cierta caricatulización del malo (que actúa también como una sátira de la sociedad americana de la época). Apenas hay gags y no so son demasiado brillantes... sencillamente son normales y coherentes con la historia. Pero la historia sencillamente es muy buena, tierna sin caer en melodramatismo barato, valiente y osada en su crítica de la paranoía y el miedo a lo desconocido sin caer en la exageración y la demagogia, preciosa en su descripción de la amistad y terrible en su representación del dolor. El ritmo es lento y pausado, pero todo se sucede a una velocidad adecuada y la trama siempre avanza al tiempo que vamos conociendo más y más "características" del gigante. Es una película que consigue que te muevas, que exclames cuando llega el final e incluso que se te salte alguna que otra lagrimilla.
A nivel técnico la factura es excelente. El diseño de los personajes no me gusta demasiado, pero el aspecto a lo "Hannah-Barbera" es perfecto para la ambientación de la película. El gigante y su animación es espectacular. Además, el diseño de planos y angulos es sobervio (sólo la primera aparición del robot en el mar es mejor que la inmensa mayoría de películas de animación de la última década), dotados de una inteligencia y un sentido dramático sólo al alcance de alguién como Brad Bird. Un hombre que sabe muy de cine y más aún de animación.

2 comentarios:

Raistlin dijo...

Había leído buenas críticas, pero nunca me he animado a verla.

Apuntada queda.

eter dijo...

Veela, no te arrepentiras.
Y lo que es mejor, como es imposible verla sin reticencias -por lo menos a mi me pasó que la vi porque quería gastar hora y media- siempre supera todas sus espectativas.
Cine de animación a la altura de Pixar o Ghibli.