sábado, septiembre 12, 2009

Conociendo al Pratchett más ambicioso

Dioses menores

Esta nueva novela de Mundodisco nos encontramos al Pratchett de las líneas argumentales "exóticas". En esta novela no viajamos a esa urbe de la decadencia que es Anhk-Morpork, ni vemos tampoco rastro alguno de los magos o las brujas, apenas la MUERTE tiene una aparición casi tangencial. Es una novela que no parece estar ubicada en el Mundodisco a pesar del particular humor de su autor, y es una novela que no expande el concepto que tenemos de este mundo que se sostiene sobre cuatro elefantes que a su se encuentran sobre una gigantesca tortuga.
Desde mi punto de vista, a pesar de esas pinceladas de genialidad que el británico siempre nos deja, es una novela fallida. El punto de partida es muy sugerente, y aquí la pluma de Pratchett tiene como objetivo la religión y los dioses mismos. Para ello parte de una nación anclada en el rigor eclesiástico que no sería dificil identificar como una España de la Inquisición, y sobre una nación en la que los creyentes creen en la Iglesia pero no en su Dios, el autor nos plantea una interesante reflexión. El problema es que las ideas que este libro explota ya eran una parte muy importante de "Pirómides", y allí incluso ya teníamos a las culturas "griegas" con sus filósofos y sus reflexiones. En aquel libro ya veíamos como la idea de que el poder de un Dios dependía de sus creyentes era explotado en base a la cultura egipcía, aquí nos encontramos con una trama muy similar trasladada esta vez a una cultura más medieval y "Mundodisquera". Creo que se nota que en este libro hay buenas ideas que Pratchett no pudo plasmar en esa novela anterior, y son ideas buenas que funcionan, pero no son suficientes para diferenciar a esta novela de la anterior y otorgarle personalidad propia.
Un libro que vuelve a mostrarnos al Pratchett más ambicioso como escritor, pero que resulta bastante más aburrido que otras novelas de la serie.

2 comentarios:

Carboanion dijo...

Pues a mí esta novela y aquello de "el burro deja de creer en la zanahoria para creer en el palo" me encanta, así como ese concepto de que al morir uno va donde cree que tiene que ir, porque me parece que sería lo verdaderamente justo (aunque yo no crea en el Más Allá y por tanto me toque muerte absoluta). Sin contar que la forma de hablar de Om (¡háganse las tajadas de melón!) me hicieron mucha gracia... De todos modos, la lectura de este libro la hice en unas circunstancias bastante especiales de mi vida y eso siempre marca el tono de la lectura y de las sucesivas relecturas. Es de mis favoritos.

eter dijo...

Om es un puntazo, pero el mensaje de que los Dioses reciben el poder por sus creyentes, el de "creer en el palo" e incluso las culturas filosóficas. Ya estaban en Pirómides.

En mi caso se da casi la circunstancias contraria, este libro lo he leído con bastante desgana, y eso hace que no me sepa tan bien como otros. Si a ello le sumas que se parece mucho a Pirómides y que aquel libro me gustó bastante precisamente por lo poco que esperaba de él...

En todo caso, el Pratchett más filosófico no me gusta demasiado, me gusta más cuando mete ideas pequeñas con sus personajes de siempre. Cuando se pone más serio... es como ciencia-ficción, planteamientos interesantes y sugerentes, pero desenlaces flojitos.