lunes, mayo 31, 2010

Y llegó Ciri. Y todo cambió

La espada del destino

Segundo libro de la saga de Geralt de Rivia. Como su antecesor, este libro es una sucesión de relatos cortos, pero al contrario que en aquellas primeras aventuras del brujo de Rivia ahora si existe un vínculo claro entre ellos. "El último deseo" era una introducción a la saga, una presentación del mundo y sus personajes. Esta segunda novela es un prólogo a la gran aventura que compondran el resto de volúmenes de la serie. Ya conocemos a Gerald, Yennefer y Jaskier, y este libro profundiza algo más en estos personajes mientras sigue redibujando algunos mitos populares. Hasta el final claro, el último capítulo del libro es radicalmente distinto y nos dibuja el apocalipsis que se cierne sobre el mundo imaginado por Sapkowski.
Tenemos seis relatos. Diria que los dos primeros se centran en Yennefer, los dos de en medio en Jaskier y los dos finales presentan a Ciri. Yen es una mujer insualmente fuerte y sus relatos siempre tienen un componente amargo por el extraño romance que mantiene con el brujo, de quien siempre saca la vena más vulnerable. Jaskier es... Jaskier, pero al margen de la actitud de nuestro buen poeta, son los suyos los que consiguen sacar la parte más humana y liberada de Geralt (y además el autor polaco nos regala el relato de Ojazos, uno de los más tristes y hermosos que he tenido el placer de leer). Y por último tenemos a Ciri, y la que podría ser bautizada como "la primera niña especial no repelente de la historia de la literatura fantástica" lo cambia todo. Ciri es un encanto, un pequeño torbellino hiperactivo que consigue caer bien en lugar de resultar cargante; es divertida y alegre, y es ingenua, pero también decidida, y es esta determinación la que le impide rendirse ante Geralt y transpasar barreras que Jaskier no puede ni ver y que Yennefer teme demasiado para acercarse. Es ella la que en cierta manera devuelve la humanidad a Geralt, la que no le pide nada y al mismo tiempo se lo pide todo, la que igualmente le da todo y nada a la vez. Yennefer es la amante, Jaskier el amigo, Nenneke la confidente, Vesemir el maestro, Visenna la tristeza. Ciri es el sueño de Geralt. Lo que todo brujo necesita: algo que proteger.
Sapkowski ya ha presentado los actores de su obra de teatro. Ahora comienza el primer acto.

4 comentarios:

pok dijo...

Yo le pille un poco de tirria a Yennefer por "su segundo relato", luego la perdone pero reconozco que por culpa de este libro no pude ni verla un tiempo

lo de ojazos fue la hostia y como no podía ver a yen, el final me dejo totalmente shockeado

y ciri es un encanto

me encantan tus entradas sobre esta saga, sigue así

eter dijo...

A mi me pasaba lo mismo con Yennefer, demasiado... "libre". Acababa cayéndome mal por lo mucho que veías que Geral estaba afectado y ella parecía tratarlo como a la mierda. Y luego con Ojazos ese "odio" crece aún más.

La Yennefer de los relatos no me gusta especialmente, pero también es bueno que no sea una "chica" al uso y que haga algo más que suspirar por el protagonista. En todo caso, a partir de ahora creo que mejora considerablemente.

Lechu dijo...

Y aquí estoy, comentando una entrada cinco años después de ser publicada. Pero no he podido evitarlo por el título, por la última parte y sobre todo porque compartimos la misma tristeza y alegría de haber leído la historia de Ojazos.

Yo soy muy de personajes femeninos, y pocos me han cautivado igual que Ciri. Es un personaje que tiene un desparpajo y naturalidad increíbles. Es la única capaz de sacar lo mejor de Geralt.

Jamás comprenderé por qué esta saga no tiene la notoriedad de otras a mi juicio más limitadas. En fin.

eter dijo...

Es que Ojazos mola tanto que al principio Yen te cae mal por su culpa XD.

Ciri es muy grande, el problema es que llega al final... y ahí al autor se le va un poco la pinza con su desarrollo y su trama... pero bueno, a mi en general es que todo lo de los libros 6 y 7 me parece un desproposito (salvo un par de escenas antológicas)