martes, abril 15, 2014

La soledad de los solitarios

La conjura de los necios

Primero, he de decir que mis ciclos de lectura suelen ser algo anímicos, y hay veces que por la razón que sea leo desganado. Los mejores libros consiguen que mis ávidos impulsos lectores se renueven, los normales actúan un poco como una sima en la que acumulo mi hastio y tras cuya lectura vuelvo a tener ganas de leer un buen libro. Este libro me ha pillado en uno de esos momentos, y lectura ha sido una mezcla de los dos estados anímicos antes descritos, tiene grandes momentos, pero en general creo que como lector no he apreciado bien el libro. Por estructura y por densidad es un libro que pide cierto esfuerzo por parte del lector que no en todas las páginas le he conferido. No obstante hay cosas innegables, y una de ellas es que este libro es muy bueno, es muy bueno, muy divertido, y se presta a una cantidad absurdamente grande de interpretaciones.
Ignatius Jacques Reilly es, merecidamente, uno de los personajes más icónicos de la literatura estadounidense, un anacrónico idealista ingenuo convencido de su propia superioridad moral e intelectual sobre un mundo degenerado que carece de los correctos valores del medievo y la religión. No hay nada que no provoque la repulsa de este personaje, a la vez repudiado por todos los que le conocen o se cruzan con él y las desgracias que suele acarrear.
Ambientada en Nueva Orleans (no hay mejor ciudad para el puritanismo desmedido del prota) de los años 60 (con el macarthismo en la retina y la revolución negra en el horizonte), la novela relata las peripecias del protagonista, un treintañero que vive con su madre y que se niega a trabajar mientras escupe críticas contra todo en una serie de cuadernos que él ve como la gran obra de la moral del siglo. Un accidente le obligará a trabajar y a enfrentarse a un mundo repleto de estafadores, proxonetas, homosexuales y, los peores de todos, la gente normal.
La novela es una comedia agridulce que se vale de su orondo y ridículo protagonista y sus estrambóticos pensamientos para reflejar la sociedad de aquellos días. Ignatius es un personaje desagradable y exagerado a todos los niveles, pero tras toda la comedia exagerada se esconden las amargas realidades de aquellos tiempos y la pluma de Toole las retrata con una gran inteligencia (de hecho en puntuales ocasiones nos narra algunos acontecimientos del pasado de Ignatius y uno siente cierta empatía con él al imaginar la extraña y dura vida que ha forjado su insoportable personalidad... claro que luego habla y la empatía desaparece por completo).
La novela son unas 450 páginas bastante densas, con un ritmo que alterna sucesos a gran velocidad con largas disertaciones caricaturescas. Es una comedia agridulce que no calificaría como accesible, pero si como recomendable.

4 comentarios:

Johnny D Epp dijo...

Gracias por la recomendación, siempre viene bien enterarse de nuevos libros que leer. A mi me suelen gustar mas los libros sobre fantasía pero nunca está de más leer cosas mas reales y mundanas...
Por cierto eter, ahora mismo me estoy leyendo la saga Nacidos de la Bruma de Brandon Sanderson y me está gustando muchísimo, la historia, los combates, la magia, los villanos, los héroes...todo. Argumento que atrae desde el primer momento: un malvado tirano conocido como Lord Legislador que lleva gobernando el mundo durante mil años con mano de hierro y con un poder terrible, un mundo divido entre dos clases sociales muy diferenciadas los nobles (estilo tenryuubitos XD) y los ska clase obrera que son menos que basura para los poderosos, todo lleva igual desde hace un milenio pero una banda de ladrones está dispuesta a cambiar ese cruel mundo...

eter dijo...

Yo llevo ya muchos de fantasía o ciencia ficción a mis espaldas y estoy intentando diversificar un poco (este año me toca Dickens sobre todo).
De Sanderson tengo un libro que me compré hace 2 o 3 años pero, que por una razón o por otra, siempre dejo en la pila de lectura. A ver si me pongo algún siglo de estos y lo leo un poco, que voy teniendo ganas de conocerlo ya.

Anonimatus dijo...

Un protagonista muy interesante, parece que es al mismo tiempo la inspiración de Rorschach de Watchmen y de Silvio José (el personaje del Jueves)

eter dijo...

Al del jueves no lo conozco... pero Rorschach si es cierto que tiene pensamientos muy de Ignatius (con la salvedad de que este si que lleva a cabo sus intenciones asesinas y purgadoras)