jueves, agosto 07, 2014

Lo maravilloso de la épica y el absurdo

The Wonderful 101

La Tierra se encuentra en guerra contra una horda de alienígenas que pretenden nuestra aniquilicación. Hemos sobrevivido a dos ataques milagrosamente, y ahora las perspectivas no son buenas ante el tercero. Toda la esperanza de la humanidad reside en los agentes Wonder, un centenar de héroes anónimos que valerosamente arriesgan su vida por la nuestra y que se enfrentan a sus enemigos con el poder de la hectofusión.
¿Es "The wonderful 101" un juego por el que vale la pena comprarse una consola? No, pero es uno de esos juegos especiales que uno más recordará del catálogo de una máquina cuando pasen los años. Es uno de esos juegos "especiales" en todos sus aspectos, un juego que dista mucho de ser para todos los públicos, pero también uno de esos juegos que encandilará a su pequeño nicho de jugadores. Si tuviera que definirlo, diría que es algo así como una mezcla del éstilo desenfadado y paródico de "Viewtiful Joe" (ver reseña), una obra premia de su director Hideki Kamiya, y la saga clásica de Nintendo Pikmin.
Controlamos a un centenar de personajes que recorren un escenario con una cámara fija francamente mejorable y que han de destrozar a todos los enemigos que encuentran a su lado. Mediante la pantalla táctil de WiiU o mediante el joystick derecho podemos dibujar figuras en las que nuestros personajes se transformaran. Con un puño podemos golpear enemigos y accionar palancas del escenario, con una espada podemos cortar, con un látigo podemos arrancar armaduras o superar abismos, con una pistola podemos alcanzar objetivos lejanos, con un martillo podemos romper el escenario... y así con varias transformaciones más que necesitaremos para acabar con nuestros enemigos (para algunos de ellos no vale la fuerza pura y hemos de seguir ciertas rutinas) o para defendernos de ellos, así como para explorar los escenarios en busca de los interminables secretos que poblan el juego.
El control es DURO, y eso para mi es una pega bastante importante. De primeras tira mucho para atrás. El juego se disfruta mucho más en su segunda partida, cuando uno ya se ha hecho con él y consigue controlar las muchisimas posibilidades que ofrece. El juego es un "yo (y mis 99 amigos) contra el barrio" japones, y eso significa un sistema de juego y de combos muy medido, pero en esta cuenta con la pega de no ser muy accesible. Y el juego tiene también una dificultad absurdamente alta en algunos momentos, tiene su sistema de logros en forma de chapas y algunas son sencillamente desquiciantes.
Ahora bien, control y dificultad son, al mismo tiempo que un defecto, una virtud, extraño que parezca. El juego invita mucho a ser rejugado. En mi primera partida lo jugue en fácil, prácticamente al día de acabarlo lo volví a comenzar en normal, y repetí el proceso con difícil. Sus fases son más largas de lo que me gustaría, pero el juego es terriblemente rejugable. Es sencillamente, muy divertido. El juego se desarrolla principalmente con un hack and slash, pero sabe encontrar tiempo para meter fases de naves (en 2 y en 3D), combates a lo punch-out, arcades de disparo, fases de conducción y minijuegos de todo tipo. Aunque jugamos principalmente en la pantalla de televisión, cuando pasamos al interior de un edificio hemos de pasar a usar la pantalla del mando. El juego es muy variado, nunca tienes la sensación de hacer lo mismo, e incluso en su mecánica principal suele innovar cada pocas batallas debido a los cambios en los enemigos o las posibilidades de exploración de los escenarios. Sobre la exploración también hay que señalar que, en algunos casos es ridiculamente rebuscada, ilógica incluso; y no me gusta cuando encuentras algo por pura suerte o por haber recurrido a alguna guía.
Y todo esto está enmarcado por un continente sencillamente maravilloso. Tecnicamente no diría que el juego es ninguna maravilla, en los planos más cercanos se nota todo algo angular, pero el juego funciona bastante fluido y las animaciones son muy buenas. Pero los gráficos son más arte que potencia, y de eso los japoneses siempre han estado sobrados, el diseño artístico del juego es sencillamente antológico, y está rematado por una banda sonora brillante. Todo ello en claro tono paródico, el juego es sencillamente es una alocada sucesión de tópicos sobre los géneros sentai y de superheroes, con personajes ridículamente estereotipados pero también terriblemente carismáticos; todo ello con un argumento que no tiene miedo al absurdo ni a la exageración y que opta siempre por la idea más alocada y épica que se le ocurra.

7 comentarios:

Sonya Blade dijo...

Qué envidia. Qué ganas de catar este juego. Va a ser uno de mis imprescindibles cuando me compre la WiiU que espero que sea pronto.
Recuerdo que hablaste del de Cube (y PS2) y en su día me gustó bastante. Estos juegos tienen personajes simpáticos y a veces el juego se convierte en todo un reto.

eter dijo...

Simpatía y carisma definen al juego, es un no parar de locuras de guión sin complejos ninguno y exageraciones constantes.
La dificultad, como comento, es al mismo tiempo una virtud y una pega del juego. Pero no obstante no deja de ser un juego muy particular, y lo malo es que mejora cuanto más se juega, pero por ejemplo la demo suele tener un efecto bastante nefasto de primeras.

Anónimo dijo...

Una lástima que me bajase del carro de comprar consolas nuevas hace un par de años. Este es de los juegos que a mí me gustan, de los que más se "juegan" en el concepto antiguo de jugar.

Xesu dijo...

Todo el mundo confirma lo del control imposible xD Supongo que habrá que ir haciéndose a la idea y entrenar (a lo Kid Icarus Uprising).

En cuanto me agencie la consola cae el primer día. A Kamiya no puedo decirle que no xD

eter dijo...

Anónimo, las consolas actuales están muy pclizadas... y es una tendencia que parece que va a más. A mi me gustan sobre todo lo que podríamos llamar juegos de estética japonesa, y cada vez están más en retroceso en favor de los sandbox, shotters y películas encubiertas. Nintendo va a su puta bola y es la única que parece que quiere seguir la vieja escuela, pero desde luego los mercados no le ayudan y temo que al final tendrá que refugiarse unicamente en la portatil de turno.

Xesu, el control es mejor que el del Kid Icarus, al menos no castiga tanto a los zurdos XD.
Pero sí, es un juego con el que es difícil hacerse... aunque luego te lo recompensa. Kamiya, como Sakurai XD, es uno de esos creativos en los que aún hoy podemos confiar.

Kururin dijo...

No tiene mala pinta. Qué cosas, Capcom herida de muerte mientras todos sus cerebros emigrados y triunfando con sus propias compañías.

Dirás de los occidentales, pero la industria japonesa está peor ahora que nunca, estancada al extremo y, oh sorpresa, sacando muchos títulos enfocados a otros mercados. El salto que se ha dado desde occidente en las consolas ha sido brutal, ya no hablemos en el terreno de los descargables. Lo de los géneros va por épocas, los shooter han incorporado mecánicas muy variadas y un desarrollo cada vez más aventurero que les ha beneficiado mucho. Los sandbox sí que se reproducen como plaga en muchos géneros, no sería malo si no fuera porque pocas compañías saben llevarlos bien y ofrecer algo más que un mapeado mastodóntico. Diversión, por ejemplo. Películas encubiertas, eso sí que es cierto, me temo, la ambientación palomitera prepondera. Por supuesto, checkpoint cada 3 pasos y poco más que ir de A a B.

Lo de Nintendo a su puta bola me vale para portátiles donde tienen dominio absoluto pero mal asunto en sobremesa. Resumiendo: Wii U = Gamecube 2. Parece que ahora vuelven al jugador hardcore, y hacen bien, porque la gente no es tonta y no volverá a picar en masa como pasó con la Wii. De todas formas no le harán ni sombra a PS4 y Xbox One, eso por descontado.

eter dijo...

Muramasa thanks :)

Kururin, Capcom y el resto de japonesas, que de Konami por ejemplo es mejor no hablar.
La industria japonesa, como dices, esta muy mal. No tiene poderío económico para enfrentarse a las grandes americanas, y los costos -y unas decisiones francamente discutibles- han enterrado la mayoría de sus franquicias en favor de un par de buques insignia ya completamente irreconocibles y carentes de personalidad. Nintento resiste, pero se nota que es una compañia anacrónica y no es que nade contracorriente, es que directamente se está ahogando. Siempre he pensado que el mercado de los videojuegos se parece mucho al del cine, y tenemos a la gran N como una de las grandes de la época dorada haciendo frente a gigantes tipo Fox o Warner que son conglomerados que tienen en el cine otra más de sus secciones.