miércoles, abril 01, 2015

El crepúsculo de los siete dioses afortunados de la batalla

3rd Aerial Girls Squad
Shirobako y la industría de la animación japonesa


El cine y la música vieron pronto su fuerza y supieron trabajar para ella, para a su vez beneficiarse de ella, la fortaleza de un negocio depende mucho de su imagen. Sabemos que los videojuegos representan una industria mucho más potente que la del cine, pero esta sigue siendo glamurosa mientras que la de los videojuegos tiene una imagen "de frikis". Esto, naturalmente, no es casual. Los lobbys del cine, como los de la música o la literatura tienen una gran fuerza dada por la tradición y nadie se extraña porque le den un premio a Stanley Kubrick... sin embargo parece que hay que justificar cualquier mención a Shigeru Miyamoto en un medio generalista. Quizás se deba a la particular mentalidad aislacionista japonesa, pero a su anime y manga le pasa lo mismo, y no pocas veces he escuchado que deberían adoptar un formato de negocio similar al de la editoriales americanas (algo ridículo, pues sencillamente la industria del manga es monstruosamente más potente y saludable que la del cómic americano).
El trabajo en la industria de la animación japonesa, salvo contadas excepciones (normalmente seiyus) no es gratificante ni social ni economicamente, pero la base de sus trabajadores esta allí por elección, porque aman el anime.

El primer paso paso para solventar este problema es que la industria se respete a si misma. Shirobako es un paso en esa dirección. Uno puede encontrar miles de libros basados en escritores, y no pocas películas están centradas en el cine mismo. Sin embargo hay pocos animes sobre anime, recuerdo poco más que las Ovas de Animation Runner Kurumi-chan y REC, y en manga Bakuman (ver reseña) y Genshiken en algunos puntos (ver reseña). Este tipo de series son necesarias, la industria debe darse cuenta de lo grande que ella misma es. Pero además debe de comenzar a respetarse ella misma, sin menospreciar los ejemplos antes citados, no todo tiene que ser comedia ni todos los personajes tienen que ser unos hikikomoris en el mejor de los casos. 
Shirobako respeta el anime. Detalla mil y una etapas de la producción de una serie, describiendo muchas de ellas en mayor o menor medida, y resaltando siempre la importancia de cada proceso. Todo en la serie está supeditado a los animes hasta el punto de que cuando se antes he mencionado que se hablaba del pasado de los personajes (personajes que en muchas ocasiones están basados en personas reales del mundillo), he de decir que se hace en lo referente a sus carreras en la industria y que este tipo de flashback además de definir a los personajes estos pasajes tienen como objetivo homenajear y describir la industria previa a la revolución digital, así como confrontar técnicas y mentalidades tradicionales con las actuales. 
Ahora bien, es importante decir que Shirobako no es un documental ni lo pretente. Shirobako es una oda a los animes, y se da cuenta de que lo primero en ese sentido es no dejar de ser un anime. Hay drama y hay realismo, sí, pero hay metáforas y simbolismo visual, hay un buenrollismo exagerado y hay comedia, comedia que incluso en ocasiones roza -o algo más- el surrealismo, y hay giros de guión para poner en apuros a los protagonistas y permitir épicas soluciones. Shirobako es un anime sobre anime, y el "sobre anime" no eclipsa al "es un anime".
Naturalmente se pueden poner muchas quejas en este sentido, ser animador en Japón significa tener muchos problemas para comer, y creo que todos imaginamos que las idols seguramente tengan que hacer muchas cosas inconfesables para tener una oportunidad de triunfar. La serie muestra conflictos entre compañeros de trabajo. La serie muestra la frustración de alguien que quiere hacer algo creativo y se ve arrojado al abismo de la monotonía. La serie muestra a alguien que nunca consigue pasar las entrevistas de trabajo. La serie solo muestra retazos de estos dramas, y no lleva ninguno a las últimas consecuencias, pero creo que esto no es un defecto pues la serie no creo que la serie en ningún momento pretenda ser un documental 100%. Es una serie sobre aquellos que aman la industria hecha por aquellos que aman la industria, no es objetiva.

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