miércoles, julio 05, 2017

La más exquisita sitcom

MOMENTO MÍTICO 61 - FRASIER

Siendo como era un spin-off de la mítica "Cheers", "Frasier" arrastraba muchas de las características y defectos de las sitcom ochenteras... teníamos las risas enlatadas, teníamos los argumentos sencillos, un poco de optimismo de más, sobreactuaciones cómicas y unos gags bastantes previsibles. Todo ello lo tenía "Frasier", y todo ello en circunstancias normales hundiría una sitcom una vez el cartucho de la frescura se agotara tras las primeras temporadas. "Frasier" sobrevivió hasta la temporada 11, convirtiendo lo que en apariencia podían ser defectos en virtudes.
Esta sitcom fue compensando poco a poco lo que parecían defectos; las tramas comenzaron a ser más consistentes a lo largo de las temporadas y hay casos más que notables de desarrollo de personajes e historias (el ejemplo más obvio sería Daphnee y Niles, pero todos los personajes realizan su viaje y en general apreciamos un gran cambio tanto en ellos como en sus relaciones conforme avanza la serie), el optimismo de libro de los 80 fue madurando poco a poco hasta el punto de que la serie comenzó a hacer buenos episodios de Navidad (y muy pocas series hacen buenos episodios de Navidad); y la sobreactuación  y los gags previsibles estaban siempre allí, pero la serie hizo de ellos un arte gracias a la terrible bis cómica de sus actores y a lo magistral de sus guiones, viviendo de la comedia más clásica de enredo con decenas de episodios en los que los personajes entran y salen de escena diciendo las palabras que justamente puedan ser malinterpretadas por sus interlocutores para generar una gran bola de nieve de surrealismo. Verdaderamente la serie no inventa nada, su humor es relativamente blando y estaba ya muy visto, y todos sus gags se solían ver a la legua, pero siempre solían forzar la escena un poco más de lo que el espectador esperaba y las situaciones acaban siendo tan demenciales que era imposible no rendirse ante ella. Y naturalmente, si bien Martin y Daphnee eran unos personajes muy divertidos y funcionaban extraordinariamente a nivel dramático cuando era requerido, no se puede hablar de la serie sin mencionar la dupla Frasier-Niles, quizás la mejor pareja cómica que tenido el placer de ver en una comedia. Quizás ni Frasier ni Niles sean los mejores personajes de la historia, y esta serie no es mi comedia favorita (ese honor va para un cuarteto de malignos neoyorquinos (ver reseña)), pero no recuerdo una pareja cómica mejor que esta... el esnobismo exagerado de esta pareja de hermanos, su rivalidad superlativa, su mutua autocomplancencía y su tremenda química tanto cómica como dramática era sencillamente increíble.
Naturalmente la serie tiene sus defectos, en algunas temporadas no saben que hacer con Roz, su humor -por muy inteligente y elegante que pudiera llegar a ser- no dejaba de estar basado en los tópicos más clásicos y no siempre funcionaba bien, algunos personajes como Bebe u otros secundarios menores eran sencillamente insoportables, y con un cambio de guionistas tras la temporada 7 la serie pierde el rumbo durante algún tiempo (aunque tras una temporada 8 horrible -también en parte por el embarazo de la actriz que encarnaba a Daphnee- la serie gira hacia un tono más dramático y melancólico nada desdeñable). Una comedia no puede ser ni consistente ni redonda a lo largo de más de 250 episodios, 
La serie no es perfecta, por supuesto, pero es una de las mejores muestras de que con buenos guionistas la más clásica comedia puede ser increíblemente disfrutable.



El siguiente momento mítico nos llevará al futuro, cuando los robots doblen vigas y las mujeres tengan un único ojo.

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