martes, octubre 03, 2017

De escoceses y brujas

Macbeth

No soy un gran fan del género teatral, pero lo poco que he leído "español" suele tener pocos escenarios... mi pregunta aquí es ¿cómo demonios podían poner en escena Macbeth en el siglo XVII? La composión de esta obra es frenética, y constantemente esta cambiando de escenario y personajes, tan pronto como se encuentra en un castillo con X nobles pasa a estar en un bosque con Y soldados o en una cueva con Z brujas, y los cambios son constantes y frenéticos... no sé como podían cambiar los escenarios tan rápido... por muy básicos que estos fueran los actores no tenían que dejar de entrar y salir de escena con una velocidad pasmosa. 
Siempre es buen momento para recordar la serie de las Gárgolas
Dejando a un lado cuestiones de logística del Globe Theatre, Macbeth es una historia universal con mayúsculas cuya influencia es tal que tengo que decir, leída ahora, pierde gran parte de su fuerza. Es inevitable, es una historia tan potente y tan influyente en la cultura mundial desde hace cuatro siglos que su argumento ha pasado a ser tan cliché que es imposible que sorprenda a un lector actual o que este pueda hacerse una idea del impacto que esta supuso en su día. Se trata de una historia sobre ambiciones y traiciones, con el destino como motor y enemigo de las acciones del protagonista; tenemos grandes héroes y tenemos grandes villanos, tenemos batallas supuestamente grandilocuentes y luchas a espada, tenemos incluso magias y profecías, y tenemos grandes frases que la cultura anglosajona se ha encargado de ensalzar hasta el infinito. Esta obra lo tiene todo para cautivar a un espectador incluso hoy en día, así que no quiero siquiera imaginar las impresiones de sus primeros espectadores cuando vieron el bosque moverse o contemplaban como Macbeth iba convirtiéndose poco a poco -aunque un poco a poco muy rápido y al que para nada le hacía falta la ayuda de ese arquetipo de maldad en el que han transformado a Lady Macbeth- en un villano.
Para mi gusto es un pelín frenética. Tiene 5 actos con multitud de escenas y una trama que se desarrolla a gran velocidad y que implica numerosas localizaciones, así como saltos en el tiempo. Me gustan las obras de teatro más acotadas, ya que en esta el espectador tiene que rellenar demasiadas lagunas con su propia imaginación.
Es una obra entretenida y vibrante, pero no soy lector de teatro y creo que como "prosa" no es la lectura más recomendable... naturalmente es una historia hecha para ser interpretada, no leída.

No hay comentarios: