lunes, noviembre 06, 2017

De asesinos y armaduras

Waylander (Ciclo Drenai 1)

David Gemmell es un autor bastante prolífico y el "ciclo Drenai" se compone de bastantes novelas, siendo esta la primera de una trilogía protagonizada por un asesino llamado Waylander, y también la primera publicada en España (aunque después se publicaron bastantes más). Me pareció un buen punto de partida para concer a este autor y este mundo.
No es mi mundo. La suya es una fantasía heroica estoica, con un protagonista relativamente solitario y duro, que sólo confía en el filo de sus armas y lo adusto de su carácter para sobrevivir. Un protagonista que acaba siendo un héroe a la fuerza pero que en ningún momento lo pretende; es particularmente la idea que tengo de las novelas de autores más clásicos como Moorcock o Howard. Hay magia y hay monstruos, pero estos son elementos relativamente minoritarios y al final tenemos a un héroe con su espada luchando contra el mal.
En Waylander tenemos a un asesino, alguien con un pasado terrible y que se cree fuera de cualquier posibilidad de redención, un descreído que sólo quiere sobrevivir y poco más, y que se ve en vuelto sin pretenderlo en una búsqueda mística en mitad de una guerra. Hay magia y hay criaturas fantásticas, pero la presencia de estas es bastante escasa y los magos se suelen pelear entre ellos, quedando para el resto de personajes batallas más tradicionales, con tanto escaramuzas como batallas de grandes ejércitos. Hay bastante de política y de intrigas palaciegas, con estrategias bastante sólidas que hacen mucho hincapié en factores logísticos y morales. La trama principal en torno a la que se articula la novela me ha gustado bastante, y el universo en si creado por Gemmell se nota bastante sólido, con muchas posibilidades. El problema lo he encontrado en los personajes, quizás la novela maneja más de los que debería, quizás son todos demasiado parecidos entre si o quizás el ritmo de la novela es tan alto que no te deja conectar con uno de ellos antes de pasar a otro; el caso es que no son especialmente carismáticos, demasiado grises, demasiado duros en apariencia y soñadores en el fondo (el esquema de personaje aparentemente malo que se vuelve heroido en un momento para casi morir a continuación se repite con una frecuencia absurda).
La narrativa es quizás demasiado ágil y frenética, tenemos la presentación y el desarrollo de una decena de personajes, y un mundo, y una guerra, en apenas 300 páginas. Pasan muchas cosas y pasan muy rápido, sobretodo a partir de la mitad del libro, y se entiende que es un mudo duro y amoral, y los personajes son creíbles y uno sabe que están al límite... pero no deja de ser exagerado cuando la chica pasa de odíar al protagonista a amarlo, o cuando el cura pasa de ser un santo a una especie de guerrero místico que asesina a legiones. La novela es una sucesión de diálogos concisos y escenas de acción intensas; tras unas primeras páginas en las que si hay tiempo para asimilarlo todo, llega un momento en el que todo sucede demasiado rápido.
No es una mala novela, pero no es mi tipo de fantasía favorita y no creo que siga leyendo más de la saga.

2 comentarios:

lana dijo...

me voy a moirir si nadie te comenta esta entrada. estos libros pintan a fantasia de corto recorrido, y nada me da más pereza. por lo que has dicho, el tipo parece que tiene aptitudes... pero a priori no veo interesante lo que intenta contar ni el cómo.

eter dijo...

es un tipo de fantasía muy concreta, yo recuerdo haberle dado una oportunidad hace años con Elric de Melniboné y no me gustó demasiado... quería ver si con los años me había hecho más a ese género... pero sigue sin ser mi estilo