martes, septiembre 25, 2018

Dios los cría y Emma los junta

Emma

Tercera novela de Jane Austen que leo tras las magníficas "Sentido y sensibilidad" (ver reseña) y "Orgullo y prejuicio" (ver reseña). La de las hermanas Bennet aún sería mi novela favorita, pero esta nueva lectura es otra pequeña joya absolutamente recomendable.
En esta novela viajamos nuevamente a la campiña inglesa, allí vive Emma Woodhouse, hija de un acaudalado anciano y a efectos prácticos la dama más elevada dentro de la jerarquía social de ese condado. Emma esta eufórica tras haber conseguido un excelente casamiento para su antigua institutriz y mejor amiga. Todo el mundo considera a Emma la chica más inteligente y perfecta de ese pequeño mundo, y entre todo ese mundo está ella misma, así que Emma -convencida de su genio casamentero- decide comenzar un nuevo proyecto de Celestina para su nueva dama de compañía: una joven de humilde cuna llamada Harriet. Pero Emma no es tan lista como a ella le gusta pensar, y además esta ciega a su propio corazón merced a su férrea convicción de no casarse ella nunca, eso hará que sus observaciones no sean tan acertadas como a ella le gustaría creer y que cada pareja que intente unir acabe en desastre...
Como en el caso de las novelas antes descritas, esta es otra obra sumamente divertida. Creo que hay pocas autoras que describan mejor la estupidez que Austen, que la trata siempre con una ternura humillante y terriblemente divertida a la par que su narración es siempre ágil y accesible. En esta novela todo iría más de malentendidos e interpretaciones erróneas, y lo cierto es que todas funcionan muy bien. El final de la novela puede ser medio previsible y se adapta a los cánones del género, pero el desarrollo es sencillamente esplendido. La trama de Emma avanza tan sutilmente que verdaderamente la protagonista no ejerce como tal hasta el último acto del libro, actuando antes solo como narradora y como una deliciosamente torpe catalizadora de los acontecimientos. Y lo mejor de todo es que no importa que cuando uno lleve medio libro no sepa muy bien hacia donde avanza la trama habiendo perdiendo muchas páginas con Harriet y pareciendo que la rutina se repetirá con Jane, sencillamente todo está tan bien escrito y es tan divertido de leer que la lectura más desinteresada es un absoluto placer. Solo al final, cuando Emma se ha convertido en protagonista y la novela se encuentra en todo su clímax, diría que se encuentra el único borrón de la novela, con una Austen que tiene que cerrar apresurada y chapuceramente la trama de Harriet.
El tema, como es habitual en muchas de estas novelas, es la diferencia de clases como principal obstáculo al amor. Aquí, más que nunca, Austen se sumerge en esa temática al manejar su casamentera diversos romances y ser este normalmente el mayor obstáculo a sus planes. No obstante, a pesar del obvio progresismo de la novela, tengo que decir también que el discurso de la novela queda algo empañador por unos desenlaces que en cierta manera lo contradicen y se adaptan a las tradiciones más clásicas de la sociedad de la época. Es un pequeño problema de estas novelas, que supeditadas -supongo- a la exigencia de sus editoriales y lectores de un final feliz, perdían algo de mordiente en sus conclusiones.

No hay comentarios: