"Monster" es lo que se dice comunmente una "obra maestra". De vez en cuando pasa en el mundillo, aparecen series que casí todo el mundo pone por las nubes por una razón o por otra. Y en el caso de este thriller de Naoki Urasawa (que posteriormente escribiría 20th century boys (ver reseña) y Pluto (ver reseña)), un servidor está de acuerdo. Me parece que se hace un poco largo, y el final peca demasiado de simbolismo... pero en líneas generales creo que los defectos de esta obra palidecen ante sus virtudes.
Naoki Urasawa es el autor más tramposo que uno pueda imaginarse... pero se ha ganado el derecho a hacerlo; usa sus trampas como motor argumental y consigue que funcionen. Hay mil y un giros de guión en sus tramas, la narración salta hacia delante y hacia atrás a placer, personajes aparentemente irrelevantes del tomo 5 se revelan como motor de todo en el 15. "Monster" no llega al nivel de locura formal y narrativa que es "20th"... pero es indudable que es hija del mismo autor.
Pero si en la aventura de los Endo teníamos un apocalipsis que pervertía los sueños de unos niños, en "Monster" la escala es mucho menor... y por ello en parte terrible. La maldad y veneración que muchos sienten por Johan me parece excesiva (creo que alguna de las subtramas podía haberse omitido) , pero es un motivo más que suficiente para el viaje de redención culpable de Tenma a través de los más siniestros cimientos de nuestra sociedad. El viaje de un médico japonés a lo largo de los barrios bajos de una Alemania recién unificada en el que presenciamos todas las heridas de una guerra fría que se libró bajo además en un territorio que aún no se había recuperado de las heridas del nazismo.
La virtud de Monster es esa. Sus formas son tremendamente comerciales, mil y un trampas narrativas para mantener la atención y el suspense, cliffhangers brutales para motivar la lectura del siguiente capítulo, giros de guión brutales para engañar al lector y provocoarle la agradable sensación de estar descubriendo una historia que está más allá de los límites de su imaginación. Urasawa puede forzalo todo en alguna ocasión, puede alargar demasiado el final de la serie... pero las ocasiones en las que todas estas trampas salen bien son muchas más que aquellas en las que salen mal (y cuando no terminan de funcionar no son desastrosas). Naoki Urasawa es todo un maestro de ese género literario tan complicado que es el folletín.
Y Urasawa consigue un relato espectacular y muy atractivo, pero lo hace además con un argumento oscuro y claramente adulto, muy adulto (y la sangre que se insinua es siempre mucho más interesante y sugerente que la que se muestra alegremente). Una historia oscura que hurga en lo más oscuro del siglo XX; un viaje al corazón de las tinieblas un siglo después del de Conrad. Porque lo que vemos en Monster, en mayor o en menor medida, existe y lo sabemos... por eso una lectura de un cuento infantil centroeuropeo es tan terrible, porque ya no somos niños y no podemos aprender su moraleja, ahora sólo somos adultos condenados a repetir la terrible historia.
Un dibujo magnífico -si obviamos ciertas carencias en lo que a variedad de diseños de personajes se refiere- y una narrativa ágil y adictiva que, sin embargo, no se cobran el precio del desarrollo de la historia o los personajes. Una historia de corte terriblemente clásico narrada con toda la frescura del manga y el anime. La definición de imprescindible se queda corta ante uno de los mangas más celebrados de las últimas décadas.
El siguiente momento mítico romperá una de las reglas no escritas del blog de no reseñar dos veces algo y nos recordara que grande es el cine y lo rápido que puede aumentar su tamaño.