One Piece 1087 - Barcos de boxeo
Hay una sensación inevitable en la serie ahora mismo y esa es el amargor del final, de la conclusión de todo. Y como dice el tópico -y en la propia serie lo mencionan- el momento más oscuro es el de antes del amanecer. Luffy ganará y los secretos del siglo vacío saldrán a la luz con el One Piece e Ihm y Teach serán derrotados. Todo eso lo sabemos, pero para llegar a eso tenemos que pasar por X hitos en los que los secundarios se harán al lado o serán derrotados para que Luffy y compañía puedan liderar la última gran guerra. En capítulos previos vimos como Law y Kidd fueron echados a un lado. Los shichibukai en cierta forma también han sido "degradados" y Cross Guild es el germen de su regreso, pero lo más importante es la caída de la vieja generación que comenzó con Barbablanca y concluyó con Kaidoh y Big Mom, y ahora esta se refuerza con un Garp que no es capaz de cumplir sus objetivos (como tampoco puede hacerlo ya Rayleigh).
En Hachinosou estamos viendo el canto de cisne del gran héroe de la Marina, y es algo triste porque sabemos que en cierta forma tiene que ser derrotado, y además es bastante dramático por el enfrentamiento con Aokiji. Pero creo que Oda lo está haciendo bien, no ha tirado de un enfrentamiento épico, si no que ha recurrido al conflicto de personajes. Garp se está dando de hostias con todo un Almirante, y al mismo tiempo está despachando a otros cuatro comandantes de un Emperador. A lo tonto, en su vejez, el hombre está despachando él solo a media tripulación de Barbanegra... eso solo nos puede hacer preguntarnos que tan ridículamente fuerte pudo llegar a ser en su mejor momento.
Creo que es un buen capítulo. Tiene buena acción con una escala de golpes monstruosa, tiene muchos tintes cómicos -salvo, como es previsible, todo lo que rodea a Shiryu- y tiene también un potente tinte narrativo en el que vemos tanto la determinación de Aokiji como un pequeño resumen de la vida de Garp que tras toda una vida de decepciones y frustraciones sigue completamente convencido de todo lo que ha hecho recordando el clásico mensaje de libertad de la serie de que lo importante es vivir sin remordimientos.
Es un capítulo algo amargo, como todos los últimos que estamos leyendo, y no deja de ser algo un poco extraño después del "subidón" obvio que supuso el final de Wano y la entrada en escena de Nika y todo lo que ello conllevaba. Son capítulos algo extraños e incómodos de leer, porque sabes que son necesarios para que la historia avance pero tampoco quieres que avance en esa dirección, con el final ya tan cercano comienzas a temerlo y a querer que todo se alargue un poco más, que podamos disfrutar un poco más del "status quo" actual.
Pero me gusta este capítulo porque, aún con lo obvio e inevitable de -por ejemplo- la puñalada de Shiryu, en ningún momento parece verdaderamente derrotista. Garp puede estar perdiendo -y eso es discutible-, pero no esta quebrado. Sus convicciones siguen igual de fuertes y en ese sentido esta derrotando claramente a Aokiji aunque creo que todos estemos convencidos de que este se está conteniendo algo. Y las convicciones de Garp no dejan de ser las de Luffy y, en general, las de "los buenos". Obviamente el barco de marines prometedores no va a ser aplastado, ya sea por la aparición de Sengoku, de Bogart o de un Aokij que solo ha dicho que protegerá "la isla" (aunque ese tecnicismo con Avalo Pizarro tendría muchos matices a interpretar).
No sé exactamente que hará Oda, el convertir a Garp en un cautivo no me gustaría demasiado, creo que en cierta forma sería repetitivo con respecto a Ace y -aunque hay que llevar a Teach al frente principal- creo que la trama esta muy encauzada y no termina de necesitarlo... pero la justicia de la que habla Garp me parece muy distinta a la de Doflamingo y el final del capítulo me parece muy triunfalista para la situación que aparentemente nos dibuja.