lunes, julio 16, 2007

Gran obra de teatro, buena película

Los productores

Meel Brooks se introdujo en el cine con esta historia. 40 años después llegó su adaptación al teatro, y esta película -con guión del propio Brooks- es la adaptación al cine de dicha obra.
Contamos con la directora del músical, con sus principales actores y con el alma mater del proyecto, luego la fidelidad esta garantizada y es de suponer que es una adaptación lograda. El problema radica en que la película es demasiado teatral, es divertida y entretenida, tiene unos actores (especialmente Nathan Lane, que llena la pantalla en cada aparición) que se divierten rodando y se nota, tiene unos buenos números musicales (aunque como siempre, alguno hay que sobra) y tiene además un puntito de malicia y mala leche que se agradece (normal si tenemos en cuenta que es una sátira contra su propio género). Pero sin embargo la adaptación es demasiado rígida y el lenguaje de la película es más teatral que cinematográfico, y eso es un fallo. Los díalogos y razonamientos de los personajes son demasiado explícitos y directos (algo que se entiende en el esquematizado esquema narrativo de una obra teatral, pero que en el cine queda bastante poco natural). Películas como "My fair Lady" conseguían realizar la transición perfecta de musical a película, pero esta tiene el problema de ser una comedia pura y dura, y los gags tradicionales del teatro no funcional igualmente bien en este medio.
Además, la película no es tan espectacular como otras. Normalmente en los músicales se tiende a meter más y más bailarines para así compensar el tradicionalismo de la forma. En teatro cualquier coreografía medianamente bien planificada de 20 actores de 5 minutos resulta impresionante, en cine es algo mucho menos espectacular (y particularmente dudo que alguién pueda superar memorable esta secuencia).
No obstante, el guión es demasiado divertido como para que estos defectos importen. Porque ver a Nathan Lane cortejando viejecitas, a Will Ferrell comandar una horda de palomas nazis, a una troupe de director de teatro y su equipo que parecen los Village People, y una obra de teatro en sí que es una versión gay de Hitler... todo eso no tiene precio.

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