La primera temporada era buena pero sólo mostraba un poco del increible potencial que esta seríe llegaría a desarrollar. Esta segunda no, aquí no hay esbozos, aquí tenemos a "Seinfeld" en estado puro. Mi serie favorita alcanzá -tras sólo 6 episodios- un nivel ya inalcanzable para el resto de series. No es la mejor temporada de Seinfeld, hay muchos elementos que después apareceran para completar el universo particular de la sitcom, pero es ya una serie tan distinta y genial que se aleja de todo lo visto.
Todos los personajes ya se encuentran, en estos 13 episodios, completamente definidos. Kramer comienza con locuras tan definitorias como la de los "niveles" y su peso en la serie se multiplica. George comienza a mostrar todos sus complejos y triquiñuelas. Elaine comienza a erigirse como la extraña idealista que es. Y además, comienzan a aparecer los personajes secundarios que veremos a lo largo del resto de la serie (naturalmente faltan muchos, pero ya tenemos a la familia de Seinfeld en escena). Además, los argumentos ya no son tan forzados como en la primera temporada y, partiendo de situaciones normales, acabamos llegando a absolutos desmadres; todo ello con unos guiones y algunas escenas que son sencillamente antológicos (ejemplo: "¿Quieres subir a tomar café?" "No, gracias. Me desvela"). Y todo ello coronado por un episodio tan brutal como el del restaurante chino, una única escena de 23 minutos donde los protagonistas se limitan a esperar y que define a la perfección la esencia de esta gran serie.
La temporada es mejorable. Tiene algún que otro altibajo y el episodio final -salvajemente reseteado en la siguiente temporada- es una muestra de que los productores todavía no sabían muy bien hacia donde se dirigiría la serie. No obstante, aún hoy, vista casi 20 años después de su filmación, el humor mantiene una frescura envidiable y que es la mejor muestra del nivel de esta serie, de la calidad de sus guiones y de la simple y llana genialidad de su concepto.
Todos los personajes ya se encuentran, en estos 13 episodios, completamente definidos. Kramer comienza con locuras tan definitorias como la de los "niveles" y su peso en la serie se multiplica. George comienza a mostrar todos sus complejos y triquiñuelas. Elaine comienza a erigirse como la extraña idealista que es. Y además, comienzan a aparecer los personajes secundarios que veremos a lo largo del resto de la serie (naturalmente faltan muchos, pero ya tenemos a la familia de Seinfeld en escena). Además, los argumentos ya no son tan forzados como en la primera temporada y, partiendo de situaciones normales, acabamos llegando a absolutos desmadres; todo ello con unos guiones y algunas escenas que son sencillamente antológicos (ejemplo: "¿Quieres subir a tomar café?" "No, gracias. Me desvela"). Y todo ello coronado por un episodio tan brutal como el del restaurante chino, una única escena de 23 minutos donde los protagonistas se limitan a esperar y que define a la perfección la esencia de esta gran serie.
La temporada es mejorable. Tiene algún que otro altibajo y el episodio final -salvajemente reseteado en la siguiente temporada- es una muestra de que los productores todavía no sabían muy bien hacia donde se dirigiría la serie. No obstante, aún hoy, vista casi 20 años después de su filmación, el humor mantiene una frescura envidiable y que es la mejor muestra del nivel de esta serie, de la calidad de sus guiones y de la simple y llana genialidad de su concepto.
nunca la he seguido cronológicamente, pero todos los días acudía fielmente a la tele para verla, una serie brutal, y Kosmo Kramer y Constanza son unos de los mejores personajes de la televisión
ResponderEliminarNo es una serie con una cohesión demasiado grande, aunque ciertamente va construyendo un microuniverso donde vamos conociendo personajes y escenas que después son muy usados (ejemplo: Newman, todavía no presente en esta temporada).
ResponderEliminarNo obstante, si hay pequeñas minisagas y acontecimientos importates relativos sobre todo a George, Elaine y sus trabajos y algún que otro amorio.
No obstante, el único momento verdaderamente importante de ese estilo se encuentra precisamente en esta segunda temporada. En su último capítulo Jerry y Elaine acaban liados... como después en una gira del cómico vio que no gustaba la idea cuando comenzó la tercera temporada hicieron como si ese último episodio jamás hubiera existido.