Yoshitoshi Abe vio allá por el 2002 que el doujin que había escrito sobre la vida de unos angeles, o quizás sería más apropiado decir la redención de unas jóvenes en un extraño pueblo que podríamos considerar un purgatorio, era adaptado al anime. Este anime, deudor del estilo impuesto por el gran maestro Hayao Miyazaki en sus obras, se convirtió rapidamente en una obra de culto; desconocida por la inmensa mayoría de los seguidores del manga pero ocupante de una pequeña parte del corazón de todos aquellos que la descubrían. Después de muchos años y varias recomendaciones, he conseguido al fin visionarla. Tras ello no puedo hacer otra cosa que sumarme a la legión de seguidores de Reki, Rakka, Kuu, Hikari, Nemu y Hana.
Haibane nos transporta a un extraño pueblo donde sus habitantes conviven con los "Haibane" unos extraños seres con apariencia angelical que supuestamente traen la felicidad a todos aquellos que les rodean. Los Haibane nacen ya adultos (o niños) y son seres con conocimientos completos, no obstante no recuerdan nada de su pasado. La existencia de estos seres es enigmática, nadie sabe exactamente cual es su cometido e igual que llegan se marchan de repente. Es aquí cuando aparece una nueva Haibane, Rakka, que se hace todas estas preguntas y trata de descubrir el sentido de su vida al tiempo que conoce el nuevo mundo al que ahora pertenece.
"Haibane" es un agradable ejemplo de serie existencial. Un cuento moderno que nos plantea casi sin que nos demos cuenta las grandes preguntas de la humanidad pero que no aspira a responderlas, si no sencillamente a presentarnos la hipótesis de que si bien no sabemos ni a donde vamos ni a donde venimos todo será mejor si nos olvidamos de ello y tratamos de hacer el momento actual lo mejor posible. La serie, amparada en el misterio, la nostalgia y la tristeza, tiene un mensaje alegre y optimista. Contra el miedo a lo desconocido la buena voluntad y la esperanza son las mejores armas. Es díficil explicar el argumento o el fondo de este anime, pues se encuadra dentro de ese extraño género que en ocasiones se presenta en la animación japonesa en la que se nos presenta un mundo cuasi real que esta salpicado por un par de elementos fantásticos, sobre este escenario la protagonista se revela contra las reglas no establecidas y la resignación de una amiga para salvarla tanto a ella como a si misma.
El desarrollo de la serie es tranquilo. El primer tercio de la serie es alegre y optimista, describiendo un mundo alegre y mágico y añadiendo muy puntualmente elementos perturbadores. Naturalmente, una vez presentado el escenario comienza a desarrollarse el verdadero drama y vemos entonces que las Haibane tienen algún tipo de misión que cumplir y que es el objetivo de cada una de ellas descubrirlo, y entonces la historia se vuelve trágica y triste. El final, agónico pero esperanzador, constituye la lucha contra fuerzas desconocidas y gigantescas mediante la mera fuerza de voluntad de las protagonistas. El estilo lo hemos visto ya en muchas series y películas, pero es trementademente eficaz y emotivo cuando la historia y la narrativa lo acompañan, y en este caso se produce esa coincidencia. Haibane es uno de esos animes lentos en los que parece que nada sucede, pero la vida cotidiana que narra va adquiriendo elementos de fantasía cada vez mayores hasta que se apoderan por completo del drama de la historia y esta se convierte por completo en una hermosa metáfora repleta de simbolismo.
En el aspecto técnico la serie sigue al pie de la letra el manual de estilo de Miyazaki. Esto se traduce en el empleo de una paleta de colores apagados que refuerzan el tono nostálgico y fugaz de la historia. Se añaden pequeños elementos fantásticos como el Muro y los Haibane Renmei, que ocupan poco tiempo del metraje inicial pero que siempre estan presentes como un lejano sueño al que final llegaremos; naturalmente, en la parte final de la historia, todos estos elementos fantásticos se intensifican a fin de plasmar visualmente la batalla que se libra en el interior de los personajes. La animación sufre algunos altibajos debido a la modestia de la producción, pero el humilde diseño de los personajes, la muy cuidada selección de fondos y el hecho de que la mayoría de las escenas son lentas o suaves, estos bajones de la animación no repercuten demasiado en el aspecto visual de la serie. La partitura musical es sencillamente sublime; apenas perceptible durante la mayoría del metraje, explota en una maravillosa melodía de cuerda en los grandes momentos y constituye uno de los mayores apoyos narrativos de la historia.
Haibane Renmei es un maravillo cuento, una historia hermosa narrada con parsimonia y maestría que constituye una de las obras más recomendables que ha dado la animación japonesa en esta última década.
Haibane nos transporta a un extraño pueblo donde sus habitantes conviven con los "Haibane" unos extraños seres con apariencia angelical que supuestamente traen la felicidad a todos aquellos que les rodean. Los Haibane nacen ya adultos (o niños) y son seres con conocimientos completos, no obstante no recuerdan nada de su pasado. La existencia de estos seres es enigmática, nadie sabe exactamente cual es su cometido e igual que llegan se marchan de repente. Es aquí cuando aparece una nueva Haibane, Rakka, que se hace todas estas preguntas y trata de descubrir el sentido de su vida al tiempo que conoce el nuevo mundo al que ahora pertenece.
"Haibane" es un agradable ejemplo de serie existencial. Un cuento moderno que nos plantea casi sin que nos demos cuenta las grandes preguntas de la humanidad pero que no aspira a responderlas, si no sencillamente a presentarnos la hipótesis de que si bien no sabemos ni a donde vamos ni a donde venimos todo será mejor si nos olvidamos de ello y tratamos de hacer el momento actual lo mejor posible. La serie, amparada en el misterio, la nostalgia y la tristeza, tiene un mensaje alegre y optimista. Contra el miedo a lo desconocido la buena voluntad y la esperanza son las mejores armas. Es díficil explicar el argumento o el fondo de este anime, pues se encuadra dentro de ese extraño género que en ocasiones se presenta en la animación japonesa en la que se nos presenta un mundo cuasi real que esta salpicado por un par de elementos fantásticos, sobre este escenario la protagonista se revela contra las reglas no establecidas y la resignación de una amiga para salvarla tanto a ella como a si misma.
El desarrollo de la serie es tranquilo. El primer tercio de la serie es alegre y optimista, describiendo un mundo alegre y mágico y añadiendo muy puntualmente elementos perturbadores. Naturalmente, una vez presentado el escenario comienza a desarrollarse el verdadero drama y vemos entonces que las Haibane tienen algún tipo de misión que cumplir y que es el objetivo de cada una de ellas descubrirlo, y entonces la historia se vuelve trágica y triste. El final, agónico pero esperanzador, constituye la lucha contra fuerzas desconocidas y gigantescas mediante la mera fuerza de voluntad de las protagonistas. El estilo lo hemos visto ya en muchas series y películas, pero es trementademente eficaz y emotivo cuando la historia y la narrativa lo acompañan, y en este caso se produce esa coincidencia. Haibane es uno de esos animes lentos en los que parece que nada sucede, pero la vida cotidiana que narra va adquiriendo elementos de fantasía cada vez mayores hasta que se apoderan por completo del drama de la historia y esta se convierte por completo en una hermosa metáfora repleta de simbolismo.
En el aspecto técnico la serie sigue al pie de la letra el manual de estilo de Miyazaki. Esto se traduce en el empleo de una paleta de colores apagados que refuerzan el tono nostálgico y fugaz de la historia. Se añaden pequeños elementos fantásticos como el Muro y los Haibane Renmei, que ocupan poco tiempo del metraje inicial pero que siempre estan presentes como un lejano sueño al que final llegaremos; naturalmente, en la parte final de la historia, todos estos elementos fantásticos se intensifican a fin de plasmar visualmente la batalla que se libra en el interior de los personajes. La animación sufre algunos altibajos debido a la modestia de la producción, pero el humilde diseño de los personajes, la muy cuidada selección de fondos y el hecho de que la mayoría de las escenas son lentas o suaves, estos bajones de la animación no repercuten demasiado en el aspecto visual de la serie. La partitura musical es sencillamente sublime; apenas perceptible durante la mayoría del metraje, explota en una maravillosa melodía de cuerda en los grandes momentos y constituye uno de los mayores apoyos narrativos de la historia.
Haibane Renmei es un maravillo cuento, una historia hermosa narrada con parsimonia y maestría que constituye una de las obras más recomendables que ha dado la animación japonesa en esta última década.
Parte de la historia me suena de haberla ya leído hace algun tiempo.
ResponderEliminar¿Forma parte de Robot? Al igual son imaginaciones mias.
El dibujo de Abe es sencillamente espectacular.
Hombre, me alegra que al final te hayas decidido a verla y que te haya gustado. Ya ves por que es de mis series favoritas.
ResponderEliminarDespués de leerte me están dando ganas de verla otra vez este verano... sería ya la cuarta o quinta vez que la veo.
Aunque la mayoría de los episodios son geniales, el primer episodio en concreto es de mis favoritos. La escena en que le salen las alas aún me pone los pelos de punta, por muchas veces que la haya visto.
A ver cuando te decides a ver alguna otra como Mushishi. No tiene ninguna relación con esta, pero también es muy recomendable
shon, no teno ni la menor idea de que es "Robot" (me suena a Asimov y no creo que vayan por ahí los tiros).
ResponderEliminarSí, el dibujo es prodigioso, y lo mejor es que es terriblemente natural.
setzer, en algo tenía que gastar el tiempo en estas minivacaciones XD.
La serie esta repleta de pequeños grandes momentos, es de ese tipo de series en las que parece que nada pasa pero todo esta impregnado por un pequeño halo de magia que de vez en cuando explota. La escena de las alas es terriblemente escalofriante, pero cuando Rakka baja a las profundidades de la muralla siempre parece que vaya a pasar algo, cuando encuentra el cuervo es sublime, y el final en la habitación con Reki es sublime.
Mushishi la tengo pendiente, a ver si me animo a verla algún día de estos.
Robot son unos libros recopilatorios surgidos de la idea de Range Murata. En la que colaboran varios autores. Entre ellos Yoshitoshi Abe.
ResponderEliminarEdiciones Glénat a publicado el primero.
http://yumekuroi.blogspot.com/2007/12/robot-el-diseo-de-range-murata.html
Es muy posible entonces que esten relacionados.
ResponderEliminarDesconocía esa obra.
Juas, ya me dirás si te suena de algo mi avatar, entonces, y podrás juzgar si me gustó o no... Con lo que me gusta a mí un baño de sangre y sin embargo lo mucho que pude llorar con ésta :S
ResponderEliminarNo recordaba que tuvieras ese avatar. Esa imagen la he visto en muchos banner y cuando vi la serie dije "anda, mira eso".
ResponderEliminarAhora la comprendo. Serie mágica y hermosa donde las haya. Y Reki además es un personaje magnífico.
Yo tengo miedo de visualizarla mas que nada por que me recuerda a esa serie anime llamada "Serial Experiments Lain" con la cual nunca pude llegar a enterarme de nada.
ResponderEliminarOs juro que que me la he visto 3 veces y aun sigo en una completa inopia sobre su trama....... pero tus comentarios a esta serie me han decidido.
Yo he visto poco de Lain pero creo que se parece poco o nada a esta. Esta serie no es otra cosa que una película de Miyazaki alargada y partida en 13 trozos. Muy, muy recomendable.
ResponderEliminarMe alegro de que al final la hayas visto :3
ResponderEliminarNo tenía otra opción despues de tanta y tan buena gente recomendándomela tan fervientemente :)
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