Finalmente, rumbo encontrado

Perdidos - 4ª temporada

La primera temporada de "Perdidos" era prodigiosa, la segunda se perdió en el caos de la historia y se ahogó por el éxito de su predecesora, la tercera recuperó el nivel de la primera -si acaso no lo superó- aunque se vio lastrada por algunos episodios claramente "de relleno". Esta cuarta temporada es, sencillamente, perfecta.
Serán seis temporadas finalmente y desde la cuarta serán de 15-16 episodios a fin de comprimir la historia y elevar la tensión y el ritmo para evitar la fuga de audiencia. Esto ocasiona que los guionistas puedan planificar la historia a la perfección al tener ya fijado el número total de episodios y así no se vean obligados a meter relleno para alargar temporadas. Esta cuarta temporada es un claro ejemplo de los beneficios de esa política, apenas hay parones en la historia o momentos en los que parezca que nada o poco suceda. Todo parece transcendente o importante y la multitud de hilos narrativos habituales de la serie se entrelazan a una velocidad de vértigo. En este aspecto, la serie ha mejorado incluso a su primera temporada.
La complejidad argumental es mayor, la mística y la física se entrelazan y todo es más complicado y enrevesado pero al mismo tiempo más lógico y simple si pensamos desde la óptica de la isla. Los bandos han quedado por fin claramente establecidos, y así mismo los fénomenos paranormales ya no se presentan como algo extraordinario si no como algo a lo que los protagonistas de la historia están ya casi habituados y de los que se valen para sus distintos objetivos. Resulta casi absurdo contar nada del argumento de esta serie por sus propias características, no obstante si tengo que decir que los "flash-foward" han resultado bastante flojos y en la mayoría de las ocasiones se convierten en la parte más floja de la historia (apenas hay revelaciones importantes en ellos y son bastante predecibles), aún así, esta parte de la historia es más un prólogo de la quinta temporada y de lo que esta por venir, y en ese aspecto su labor es fantástica.
Los actores y la dirección sigen tan magníficos como siempre. Personajes como Ben, Locke, Desmond, Sayid, Hurley o Sawyer llenan la pantalla en cada una de sus apariciones, e incorporaciones como Daniel refuerzan aún más el apartado interpretativo de la serie. Esta cuarta temporada es, seguramente por su ritmo, la que ofrece mejores momentos para el lucimiento de los actores. Además, esta temporada resulta sorprendentemente "capital" para el desarrollo de la historia en comparación con las anteriores, en todos los episodios pasa algo y siempre suele ser algo grande. Los personajes se encuentran en los momentos de máxima tensión de la temporada y la mayoría tienen grandes escenas que, no sólo definen y hacen crecer a sus personajes, si no que les dan a los actores una oportunidad perfecta para lucirse.
Hay mucha más acción de lo que es habitual en la serie. Esta vez hay verdaderos enemigos en la isla y vemos auténticas batallas y las muertes que ellas conllevan. La serie perfila su final y, si bien introduce nuevos personajes, resulta sorprendente como acaba con algunos de los que casi considerabamos "intocables".
Indudablemente, al menos para las personas a las que nos gusta soñar y tenemos un poco de ilusión por ser crédulos, este gigantesco culebron repleto de elementos de ciencia-ficción y fantasía es una serie de referencia. Siempre sorprendente y reveladora, la isla sigue siendo tan fascinante como al principio. Así pues, mis impresiones de esta cuarta temporada no pueden ser mejores. La serie se halla en su mejor momento y parece que este va a durar y que los guionistas van a ser capaces de cerrar la serie sin decepcionar a unos seguidores que ni siquiera saben muy bien lo que quieren.