Estreno etiqueta en mi pequeño blog: "gamecube". La pequeña consola cúbica de Nintendo fue la que me alejó de los videojuegos hace unos años (redil al que sólo el lapiz de la ds me motivó a volver a entrar). No era una mala consola, ni mucho menos, pero coincidió con una época de mi vida en el que no tenía demasiado tiempo y además sus propios juegos habían perdido la frescura de ese mágico salto a las 3D que protagonizaron la gran mayoría de los juegos de la Gran N. Si bien había juegos maravillosos como "Melee", "Symphonya" o "Metroid", otros como "Sunshine" o "Wind Waker" constituían un bajón con respecto a sus antecesores, y además "Resident Evil 4" me pareció simplemente horrendo. Pero en su día no jugue a este juego y hoy, después de haberlo finalizado, no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero ante la gente de Intelligent Systems (padres de sagas como Metroid, Advance Wars o Fire Emblem) porque el juego es sencillamente una gozada.
Aproximadamente serán unas 30 horas de rol light en el que deambulamos con Mario de un lugar a otro buscando los distintos cristales estelares. Es un desarrollo sencillo, tenemos un escenario central "Villa viciosa" del que surgen tuberías que nos conducen al resto de mapas del juego (generalmente una ciudad rodeada por campo con una mazmorra al final), el camino esta lleno de enemigos y para enfrentarnos a ellos reclutamos a un particular ejército de secundarios (no contamos con Luigi y el resto de secundarios habituales del universe Mario, si no con un reparto nuevo que incluye a una bella arqueologa Goomba, a un temerario Yoshi, a un esforzado Koopa...), tenemos ciudades con secundarios que nos encargaran misiones secundarias, tenemos tiendas con pociones e items, tenemos medallas que harían las veces de armas, tenemos mazmorras con puzles y tenemos terroríficos monstruos de final de fase que ponen a prueba nuestra destreza en los combates. El desarroll es el de un juego de rol normal y corriente con sus puntos fuertes y sus puntos débiles, pero hay tres aspectos que elevan a este juego por encima de la mediocridad monótona de este género y lo alzan hasta la categoría de obra maestra: su humor, su desarrollo y su grafismo.
Este es un juego terriblemente accesible; gran mérito de esto reside en su modo de batalla, relativamente dinámico y variado y -sobre todo- carente del habitual laberinto de combinaciones que ofrecen los juegos de rol más puristas con esferas, niveles, caminos, materias, cartas y demás. Pero si bien jugablemente el juego es una delicia y ofrece un abanico sorprendentemente alto de posibilidades, es en su historia donde encontramos el mayor aliciente. La historia, como es obvio en un juego de Mario, es una chorrada; el villano de turno ha secuestrado a Peach y nosotros hemos de rescatarla, y para ello hemos de conseguir los siete cristales estelares. Pero lo bueno de esta historia es su desbordante sentido del humor (y aquí hay que reseñar también el excelente trabajo de localización del videojuego). Así tenemos cofres que nos repiten siempre la misma maldición y de la cual nos cansamos, una surreal competición de lucha libre en la que Mario se inscribe bajo el pseudónimo de "El Gran Gonzalez", un surreal episodio de detectives en un tren, una legión de "pimpollos" de los bosques, unos villanos absolutamente ridículos, una supercomputadora enamorada de Peach, un Bowser llegando siempre tarde a los escenarios que Mario ha visitado, un Luigi narrándonos una surrealista historia paralela... cada línea de diálogo de este juego está pensada para arrancar una pequeña sonrisa al jugador con un humor paródico, inteligente y sano.
Otro gran punto a favor del juego es su cuidado desarrollo. La aventura se estructura en ocho grandes actos que homenajean distintos clásicos del cine, pero lo interesante de este hecho es que cada uno de ellos es completamente distinto al resto, conformando así un juego terriblemente variado donde las fases no se limitan en avanzar acabando con los enemigos. Así, mientras la primera fase puede ser tradicional y hace las veces de tutorial, pronto nos encontraremos comandado una legión de "Punis", envueltos en una serie de misterios sobre un tren, luchando por convertinos en un héroe de la lucha libre, convertidos en otro ser y enfrentándonos a nuestros aliados o sencillamente inmiscuidos en una serie de grandes batallas.
La gran particularidad del juego, no obstante, es su particular acabado gráfico, donde los personajes son pegatinas que se mueven sobre fondos en 3D y donde su propia movilidad esta impedida por este aspecto en algunos momentos. Como su guión, el juego es colorista, alegre y optimista, y ello no hace si no acentuar la sonrisa que su hilarante argumento nos provoca. No obstante, este particular aspecto es también espectacular a su manera y no deja de sorprender nunca algunos de los efectos de papel que reflejan los enemigos o los ataques, o las propias habilidades extras que Mario consigue gracias a su papirofléxica naturaleza.
En resumen, una auténtica maravilla de juego. Una muy grata sorpresa que escapa al tedio en el que muchas veces caen estos juegos tan largos y que me ha enganchado como pocos juegos.
Aproximadamente serán unas 30 horas de rol light en el que deambulamos con Mario de un lugar a otro buscando los distintos cristales estelares. Es un desarrollo sencillo, tenemos un escenario central "Villa viciosa" del que surgen tuberías que nos conducen al resto de mapas del juego (generalmente una ciudad rodeada por campo con una mazmorra al final), el camino esta lleno de enemigos y para enfrentarnos a ellos reclutamos a un particular ejército de secundarios (no contamos con Luigi y el resto de secundarios habituales del universe Mario, si no con un reparto nuevo que incluye a una bella arqueologa Goomba, a un temerario Yoshi, a un esforzado Koopa...), tenemos ciudades con secundarios que nos encargaran misiones secundarias, tenemos tiendas con pociones e items, tenemos medallas que harían las veces de armas, tenemos mazmorras con puzles y tenemos terroríficos monstruos de final de fase que ponen a prueba nuestra destreza en los combates. El desarroll es el de un juego de rol normal y corriente con sus puntos fuertes y sus puntos débiles, pero hay tres aspectos que elevan a este juego por encima de la mediocridad monótona de este género y lo alzan hasta la categoría de obra maestra: su humor, su desarrollo y su grafismo.
Este es un juego terriblemente accesible; gran mérito de esto reside en su modo de batalla, relativamente dinámico y variado y -sobre todo- carente del habitual laberinto de combinaciones que ofrecen los juegos de rol más puristas con esferas, niveles, caminos, materias, cartas y demás. Pero si bien jugablemente el juego es una delicia y ofrece un abanico sorprendentemente alto de posibilidades, es en su historia donde encontramos el mayor aliciente. La historia, como es obvio en un juego de Mario, es una chorrada; el villano de turno ha secuestrado a Peach y nosotros hemos de rescatarla, y para ello hemos de conseguir los siete cristales estelares. Pero lo bueno de esta historia es su desbordante sentido del humor (y aquí hay que reseñar también el excelente trabajo de localización del videojuego). Así tenemos cofres que nos repiten siempre la misma maldición y de la cual nos cansamos, una surreal competición de lucha libre en la que Mario se inscribe bajo el pseudónimo de "El Gran Gonzalez", un surreal episodio de detectives en un tren, una legión de "pimpollos" de los bosques, unos villanos absolutamente ridículos, una supercomputadora enamorada de Peach, un Bowser llegando siempre tarde a los escenarios que Mario ha visitado, un Luigi narrándonos una surrealista historia paralela... cada línea de diálogo de este juego está pensada para arrancar una pequeña sonrisa al jugador con un humor paródico, inteligente y sano.
Otro gran punto a favor del juego es su cuidado desarrollo. La aventura se estructura en ocho grandes actos que homenajean distintos clásicos del cine, pero lo interesante de este hecho es que cada uno de ellos es completamente distinto al resto, conformando así un juego terriblemente variado donde las fases no se limitan en avanzar acabando con los enemigos. Así, mientras la primera fase puede ser tradicional y hace las veces de tutorial, pronto nos encontraremos comandado una legión de "Punis", envueltos en una serie de misterios sobre un tren, luchando por convertinos en un héroe de la lucha libre, convertidos en otro ser y enfrentándonos a nuestros aliados o sencillamente inmiscuidos en una serie de grandes batallas.
La gran particularidad del juego, no obstante, es su particular acabado gráfico, donde los personajes son pegatinas que se mueven sobre fondos en 3D y donde su propia movilidad esta impedida por este aspecto en algunos momentos. Como su guión, el juego es colorista, alegre y optimista, y ello no hace si no acentuar la sonrisa que su hilarante argumento nos provoca. No obstante, este particular aspecto es también espectacular a su manera y no deja de sorprender nunca algunos de los efectos de papel que reflejan los enemigos o los ataques, o las propias habilidades extras que Mario consigue gracias a su papirofléxica naturaleza.
En resumen, una auténtica maravilla de juego. Una muy grata sorpresa que escapa al tedio en el que muchas veces caen estos juegos tan largos y que me ha enganchado como pocos juegos.
Coincido contigo, es un juego fantástico. Yo me lo compre sin muchas ganas, ver a Mario es este género no me convencia del todo... pero, al final resultó ser uno de mis juegos preferidos de la cube.
ResponderEliminarUna pena que su sucesor en Wii, no le llegue ni a la suela de los zapatos O_o.
No he tenido la oportunidad de jugar a éste, ya que nunca he tenido Gamecube, pero de la vertiente rolera del fontanero he jugado a Paper Mario (N64), los dos Mario & Luigi (GBA-DS), y Super Mario RPG (SNES-OBRA MAESTRA). Alucinantes, mágicos y adictivos como pocos. Por contra, la entrega de Wii, pese a no estar mal, no ha salido tan bien parada.
ResponderEliminarSaludetes.
Probaré a ver si encuentro sus variantes GBA/DS(que tengo el emuladorcito en casa) y a ver que tal. Si te digo que el ultimo RPG que disfruté fue el Legacy of Goku 2 xD
ResponderEliminarA mi me gustó muchisimo mas el primer paper mario, el de N64. Y eso que jugue primero al de gamecube. Paper mario y la puerta milenaria empieza muy bien, me gustaron sobre todo los dos primeros actos, pero a partir de ahí se hace cansino porque no para de repetir situaciones que ya salían en el de N64.
ResponderEliminarPor cierto, te mereces la mas dolorosa de las muertes por decir que Resident Evil 4 y Zelda Wind Waker son malos XD Vale que el WW no es un juego 10 como el Ocarina of time, pero tampoco se queda muy lejos. Sobre el Tales of Symphonia sin comentarios... me pareció horrendo comparado con los dos juegazos de rol que tiene la gamecube: Baten Kaitos y Skies of Arcadia.
Ahora que los juegos de gamecube se pueden encontrar de segundo mano tirados de precio deberias probar pequeñas joyas como Eternal Darkness, los Pikmin, FzeroGX, los Prince of Persia, Beyond Good and Evil, Mario Kart Double Dash, Donkey kong jungle beat, los Sonic Adventure, Viewtiful Joe, Naruto 4 y Residente Evil Remake y 0.
RowSphere, a mi me ha pasado eso, lo juegas casi sin ganas... y te encuentras una obra maestra. En fin, no deja de ser lo mejor, y tantas veces nos sucede lo contrario.
ResponderEliminarYo al de la Wii le tenía muchas ganas conforme jugaba a este, pero las críticas tan particulares que he leido recientemente sobre él me hacen estar más cerca del Wario o el DeBlob.
kururin, en teoría hay un Mario & Luigi 3 en preparación.
Tendre que repasar un poco más las sagas roleras de Mario pues apenas las había tocado y lo cierto es que este juego me ha dejado muy buena impresión.
Pennywise, yo tampoco me puedo tragar muchos rpg´s, pero alguno de vez en cuando no viene mal y lo grande de este juego es su sentido del humor y su tremenda accesibilidad.
Salva "Spike", no entiendo como te pudieron sonar a repetidas esas fases si aún no habías jugado al de la 64. En todo caso, yo no he jugado al original (no creo que puedan considerarse una secuela pura y dura del Mario RPG de la Snes) así que este me ha sorprendido bastante.
Aclaraciones. No digo que el Wind Waker sea malo, digo que es decepcionante. Tiene una estructura mala. Normalmente en un Zelda tienes 3 mazmorras, sacas la espada maestra y después de vienen de 4 a 6 mazmorras... aquí solo había 2, y encima muy fáciles (una mazmorra del Majora es más complicada que todo el Wind Waker). El Resident 4... si me pareció sencillamente malo, demasiados disparos y pocos puzles (y ojo, el REmake y el RE 0 me encantaron, pero este sencillamente tenía muy poco de ellos). En cuanto a los juegos de rol... el Symphonya, si bien no es un prodigio de la originalidad, me gustó bastante, los otros dos que mencionas... bueno, ya sabes que los juegos de la Cube no tenían una distribución especialmente buena (aunque mentiría si no dijera que esos, junto con algunas segundas partes como Pikmin o Metroid son los juegos que me quedé con ganas de jugar).
Jugue bastante a la Cube, y tenía buenos juegos... pero no me impactaron tanto como los de la n64 en su día (también señalar aquí que yo salté de una Master System a una n64, salto más que impactante). Me parecieron los mismos juegos de antes, pero más redondeados y más bonitos. Que había obras maestras, sí, eso siempre lo habrán, pero los videojuegos me aburrieron durante ese periodo de mi vida.
Yo no dispuse de esta consola de Nintendo, la verdad es que aparte de las portátiles pase de la primera Nintendo (aquella gris que se jugaba con cartuchos, y que aun conservo en el armario) a la wii ^^ Pero como ya han dicho por aquí arriba los juegos protagonizados por Mario y que tienen temática de Rol son la mar de adictivos. Nosotros jugamos a varios de gba y disfrutamos mucho con ellos =)
ResponderEliminarYo os diría de que intentarís pillaros el de la Cube al menos. A mi me lo ha dejado un amigo y es una gozada.
ResponderEliminarSiempre os queda tirar de consola virtual, claro.