Este es, sin duda, uno de los juegos más particulares del catálogo de Wii. Una pequeña y terriblemente disfrutable joya, pero también un juego polémico y peculiar donde los haya. Madworld es el juego más salvaje y bestia que he jugado en mucho tiempo, una auténtica sucesión de brutalidades donde el objetivo del juego es ser creativo matando, conseguir las muertes más bellas, rebuscadas o brutales a fin de conseguir puntos. Tal punto de partida es indudablemente polémico, pero nos encontramos ante una violencia tan exagerada que es imposible tomarsela en serio. Este no es un juego gratuitamente sangriento o simplista, es una obra de los creadores de joyas como "Okami", y eso se nota desde el principio. Es la de este juego una violencia paródica o crítica, el juego puede colocarnos en la piel de una persona cuyo lema es "yo no ayudo a la gente, la mato", pero muchos otros factores matizan este lema que sería tan asqueroso y le dan la vuelta. Madworld puede ser considerado también como una crítica a la telebasura y a ese morbo que todos tenemos y que es el verdadero culpable del éxito de otros productos que si se basan verdaderamente en la violencia para vender. Pero Madworld, con su simple desarrollo y su espíritu de divertir instantaneamente, puede ser también considerado con un videojuego, un juego que exagera la violencia pero que en ningún momento la ensalza o trata de mostrarla de una forma realista. En su forma y en su fondo, Madworld es un juego con muchas más lecturas de lo habitual en un videojuego.
Lo primero que llama la atención del juego es, obviamente, su aspecto gráfico. Como un buen cómic, Madworld es una obra en blanco y negro (colores sólo teñidos de rojo sangre ocasionalmente y de amarillo de onomatopeyas). La estética del comic es claramente americana y las referencias a obras como "Sin city" son inevitables. El objetivo de este particular grafismo es doble: por un lado la belleza plástica de la obra es innegable, y por otro se niega a los brutales asesinatos que vemos en pantalla de cualquier tipo de extrapolación de realismo. El aspecto de cómic no hace si no darle a todo un aspecto desenfadado y le resta bastante seriedad a la obra, haciendo que en ningún momento nos olvidemos de que estamos viendo algo irreal, imaginario o ficticio. El segundo gran mérito de este particular grafismo es su belleza. En una época en la que los videojuegos han degenerado hacia algo completamente absurdo en su busqueda de la realidad, es imposible representar a la perfección una ciudad como Varrigan City, y este juego opta por una estética de cómic americano donde no importa si no existen reflejos, polvo o suciedad. El blanco y negro, el fuego terriblemente bien creado, los papeles flotando por el aire, todo ello le da al juego el aspecto sucio y bastardo de una obra de Frank Miller. El diseño de los personajes es sublime, y el de los escenarios aún más, y todo ello unido a unos "QTE" (elemento que no me gusta demasiado en los juegos, la verdad) hace que en ocasiones estemos viendo un comic en movimiento. El juego sabe de esta virtud e incluso nos muestra unas secuencias con viñetas para enlazar las distintas fases.
El diseño de personajes y niveles enlaza el grafismo del juego con su otro gran baluarte: su sentido del humor disparatado, extravagante y exagerado. El diseño de niveles es muy bueno y, si bien en un principio es una parodia de los "beat´em´up" tradicionales por un avance por calles, pronto acaba degenerando en un despliege de imagienería visual absolutamente demencial. Así, tenemos un barrio chino que parodía desde las calles de Shanghai hasta el castillo de un señor feudal japones, y después llegamos a un castillo medieval donde encontramos zombis, licántropos, vampiros e incluso a la Muerte misma, encontramos hasta un laboratio militar secreto con sus robots, sus aliens y sus soldados con armas extrañas. El diseño de todos estos niveles reune los grandes tópicos de sus respectivos géneros y condiciona el desarrollo del juego modificándolo un poco la mecánica para enfrentarnos a nuestros rivales. Los diseños son una joya, pero son tan exágerados y cómicos que ni siquiera el propio juego se los toma en serio (cuando llegamos al barrio chino el propio enlace del protagonista nos dice que los creadores de ese escenario jamás han estado en Asia y se han limitado a juntar todos los tópicos como si de un sangriento parque de atracciones se tratara).
Estos escenarios repletos de pinchos y demás fuentes de posibles muertes o torturas sirven de escenario para las más sangrientas y exageradas muertes. La mecánica del juego consiste basicamente en conseguir puntos, y estos no se consiguen por cantidad si no por calidad, luego vale más matar creativamente a un enemigo que cortar por la mitad a una decena. Es francamente divertido y el juego nos incita siempre a buscar más y más maneras de destrozar a nuestros enemigos. Pero este desarrollo tan desenfadado y divertido tiene una guinda que es imposible no comentar: los comentaristas. Normalmente no me gustan los juegos doblados al castellano porque el doblaje es poco menos que una mierda, este tipo de doblajes aún no se toman en serio en nuestro país. Pero Madworld es una bella excepción, nos coloca a un par de idiotas descerebrados que, como si fueran un cruce entre los comentaristas de "Humor amarillo" y "Pressing Catch" se dedican a soltar una burrada detrás de otra, y parodían películas, parodían a la sociedad misma, a la consola en sí, y no dudan en recurrir a drogas o sexo con un lenguaje absolutamente barriobajero y desprovisto de sutileza. Las ocurrencias de este par de colgados se convierten en uno de los grandes alicientes del juego y uno se sorprende modificando las opciones de sonido de un juego -algo que casi nunca he hecho- para no perderse ninguna de sus desternillantes lindezas.
Encarando la parte final del análisis me veo obligado a hablar del argumento. Es algo relativamente poco importante, el juego mismo le resta importancia a su trama y su único mensaje es que cualquier excusa que demos (ya sea la telebasura, la sociedad o nuestra propia educación) no deja de ser eso: una excusa a nuestros propios actos. La historia es un extraño cruce de "Metal Gear", "Resident Evil" y otras sagas de los últimos años. Pero no es importante, el juego es un heredero de clásicos como "Cadillacs & Dinosaurs" "Final Fight" o "Double Dragon", un "Yo contra el mundo" en el sentido más tradicional de la palabra.
El control tiene sus más y sus menos. Es correcto y bastante intuitivo, y se vale bastante bien de las características más simples del wiimote, pero no hay mucho más allá de un par de movimientos horizontales y verticales del mando para manejar la motosierra y agitar el nunchaku para darle cabezazos a nuestros enemigos. Un control correcto, lejos de lo visto en juegos como "Metroid Primer 3" o "Disaster: day of crisis", pero más que suficiente para un juego que pretende ser simple y accesible en su desarrollo.
Mucho más discutible es su duracion. El juego se estructura en forma de una decena de fases donde se nos da media hora para hacer el ganso como mejor se nos ocurra. Es un juego muy corto, en 4 o 5 horas puede ser superado en su nivel de dificultad estandar. Es un juego muy machacabotones en cierta manera y, como sus predecesores, la formula es tan simple que no puede alargarse mucho. Aquí llegamos a unas cinco horas en base a unos niveles terriblemente bien diseñados y unas posibilidades de hacer el bestia que nunca dejan de crecer y sorprendernos. Teniendo en cuenta que el juego empieza en una estación de metro y que acaba llegando a una iglesia con una vampiresa y a una parodia del Area 51, no se cuanto más podrían haber alargado el juego sin que se hiciera muy repetitivo (la mecánica es siempre la misma y a mucha gente se le puede hacer monótona). El juego tiene, para alargar su vida, una serie de desafíos bastante entretenidos y un modo de dificultad que es sencillamente un infierno. En este aspecto su duración puede facilmente triplicarse... pero todo esto no deja de ser algo dependiente de cada jugador y lo cierto es que aún así no deja de ser un juego donde la proporción entre los euros gastados y las horas disfrutadas no es tan satisfactoria como en un buen -y eterno- juego de rol.
En resumen... el juego es una joya, pero una joya con imperfecciones. Lo que cada uno disfrute haciendo el bestia en sus escenarios, lo que cada uno se divierta encontrando formas más exageradas y disparatadamente plásticas de matar es algo muy subjetivo. A mi, particularmente, me ha encantado. Pero es un juego muy peculiar, y además no es demasiado largo. Es un juego que sería conveniente alquilar antes de comprar; de hecho da tiempo a terminar en un fin de semana, aunque en ese caso no se le sacará todo el sangriento jugo que tiene.
Lo primero que llama la atención del juego es, obviamente, su aspecto gráfico. Como un buen cómic, Madworld es una obra en blanco y negro (colores sólo teñidos de rojo sangre ocasionalmente y de amarillo de onomatopeyas). La estética del comic es claramente americana y las referencias a obras como "Sin city" son inevitables. El objetivo de este particular grafismo es doble: por un lado la belleza plástica de la obra es innegable, y por otro se niega a los brutales asesinatos que vemos en pantalla de cualquier tipo de extrapolación de realismo. El aspecto de cómic no hace si no darle a todo un aspecto desenfadado y le resta bastante seriedad a la obra, haciendo que en ningún momento nos olvidemos de que estamos viendo algo irreal, imaginario o ficticio. El segundo gran mérito de este particular grafismo es su belleza. En una época en la que los videojuegos han degenerado hacia algo completamente absurdo en su busqueda de la realidad, es imposible representar a la perfección una ciudad como Varrigan City, y este juego opta por una estética de cómic americano donde no importa si no existen reflejos, polvo o suciedad. El blanco y negro, el fuego terriblemente bien creado, los papeles flotando por el aire, todo ello le da al juego el aspecto sucio y bastardo de una obra de Frank Miller. El diseño de los personajes es sublime, y el de los escenarios aún más, y todo ello unido a unos "QTE" (elemento que no me gusta demasiado en los juegos, la verdad) hace que en ocasiones estemos viendo un comic en movimiento. El juego sabe de esta virtud e incluso nos muestra unas secuencias con viñetas para enlazar las distintas fases.
El diseño de personajes y niveles enlaza el grafismo del juego con su otro gran baluarte: su sentido del humor disparatado, extravagante y exagerado. El diseño de niveles es muy bueno y, si bien en un principio es una parodia de los "beat´em´up" tradicionales por un avance por calles, pronto acaba degenerando en un despliege de imagienería visual absolutamente demencial. Así, tenemos un barrio chino que parodía desde las calles de Shanghai hasta el castillo de un señor feudal japones, y después llegamos a un castillo medieval donde encontramos zombis, licántropos, vampiros e incluso a la Muerte misma, encontramos hasta un laboratio militar secreto con sus robots, sus aliens y sus soldados con armas extrañas. El diseño de todos estos niveles reune los grandes tópicos de sus respectivos géneros y condiciona el desarrollo del juego modificándolo un poco la mecánica para enfrentarnos a nuestros rivales. Los diseños son una joya, pero son tan exágerados y cómicos que ni siquiera el propio juego se los toma en serio (cuando llegamos al barrio chino el propio enlace del protagonista nos dice que los creadores de ese escenario jamás han estado en Asia y se han limitado a juntar todos los tópicos como si de un sangriento parque de atracciones se tratara).
Estos escenarios repletos de pinchos y demás fuentes de posibles muertes o torturas sirven de escenario para las más sangrientas y exageradas muertes. La mecánica del juego consiste basicamente en conseguir puntos, y estos no se consiguen por cantidad si no por calidad, luego vale más matar creativamente a un enemigo que cortar por la mitad a una decena. Es francamente divertido y el juego nos incita siempre a buscar más y más maneras de destrozar a nuestros enemigos. Pero este desarrollo tan desenfadado y divertido tiene una guinda que es imposible no comentar: los comentaristas. Normalmente no me gustan los juegos doblados al castellano porque el doblaje es poco menos que una mierda, este tipo de doblajes aún no se toman en serio en nuestro país. Pero Madworld es una bella excepción, nos coloca a un par de idiotas descerebrados que, como si fueran un cruce entre los comentaristas de "Humor amarillo" y "Pressing Catch" se dedican a soltar una burrada detrás de otra, y parodían películas, parodían a la sociedad misma, a la consola en sí, y no dudan en recurrir a drogas o sexo con un lenguaje absolutamente barriobajero y desprovisto de sutileza. Las ocurrencias de este par de colgados se convierten en uno de los grandes alicientes del juego y uno se sorprende modificando las opciones de sonido de un juego -algo que casi nunca he hecho- para no perderse ninguna de sus desternillantes lindezas.
Encarando la parte final del análisis me veo obligado a hablar del argumento. Es algo relativamente poco importante, el juego mismo le resta importancia a su trama y su único mensaje es que cualquier excusa que demos (ya sea la telebasura, la sociedad o nuestra propia educación) no deja de ser eso: una excusa a nuestros propios actos. La historia es un extraño cruce de "Metal Gear", "Resident Evil" y otras sagas de los últimos años. Pero no es importante, el juego es un heredero de clásicos como "Cadillacs & Dinosaurs" "Final Fight" o "Double Dragon", un "Yo contra el mundo" en el sentido más tradicional de la palabra.
El control tiene sus más y sus menos. Es correcto y bastante intuitivo, y se vale bastante bien de las características más simples del wiimote, pero no hay mucho más allá de un par de movimientos horizontales y verticales del mando para manejar la motosierra y agitar el nunchaku para darle cabezazos a nuestros enemigos. Un control correcto, lejos de lo visto en juegos como "Metroid Primer 3" o "Disaster: day of crisis", pero más que suficiente para un juego que pretende ser simple y accesible en su desarrollo.
Mucho más discutible es su duracion. El juego se estructura en forma de una decena de fases donde se nos da media hora para hacer el ganso como mejor se nos ocurra. Es un juego muy corto, en 4 o 5 horas puede ser superado en su nivel de dificultad estandar. Es un juego muy machacabotones en cierta manera y, como sus predecesores, la formula es tan simple que no puede alargarse mucho. Aquí llegamos a unas cinco horas en base a unos niveles terriblemente bien diseñados y unas posibilidades de hacer el bestia que nunca dejan de crecer y sorprendernos. Teniendo en cuenta que el juego empieza en una estación de metro y que acaba llegando a una iglesia con una vampiresa y a una parodia del Area 51, no se cuanto más podrían haber alargado el juego sin que se hiciera muy repetitivo (la mecánica es siempre la misma y a mucha gente se le puede hacer monótona). El juego tiene, para alargar su vida, una serie de desafíos bastante entretenidos y un modo de dificultad que es sencillamente un infierno. En este aspecto su duración puede facilmente triplicarse... pero todo esto no deja de ser algo dependiente de cada jugador y lo cierto es que aún así no deja de ser un juego donde la proporción entre los euros gastados y las horas disfrutadas no es tan satisfactoria como en un buen -y eterno- juego de rol.
En resumen... el juego es una joya, pero una joya con imperfecciones. Lo que cada uno disfrute haciendo el bestia en sus escenarios, lo que cada uno se divierta encontrando formas más exageradas y disparatadamente plásticas de matar es algo muy subjetivo. A mi, particularmente, me ha encantado. Pero es un juego muy peculiar, y además no es demasiado largo. Es un juego que sería conveniente alquilar antes de comprar; de hecho da tiempo a terminar en un fin de semana, aunque en ese caso no se le sacará todo el sangriento jugo que tiene.
Este es uno de mis juegos pendientes, puede que lo juegue a ratos intercalando con el Lost Odissey.
ResponderEliminarEste tipo de juegos me encantan, y me da cierto aire tambien al aclamado no more heroes (este año segunda parte :D) y al manhunt 2, este un juegazo pero el juego mas macabro del mundo.
A mi los beatm'up no me apasionan, pero todo que contenga cierta originalidad y saber hacer es de al menos darle una oportunidad. (despues de todo el no more heroes es eso, pero es que el trasfondo que tiene es brutal)
Para mi gusto es mejor que el "No more heroes", aquel tambien me encantaba pero se hacia algo monótono en las misiones que se veía claramente que eran para alargar el juego.
ResponderEliminarEste es más directo y variado en las formas de matar. Yo lo llevo jugando bastante y todavía ando encontrando formas nuevas de matar esparcidas por los escenarios además de las... obvias.
Que burrada de juego por dios, ojalá todas las compañías cuando hicieran un juego lo hicieran con la mentalidad de Platinum Games, ofrecer diversión y punto.
ResponderEliminarUn gran juego que viene a enseñar como se hacen los juegos en Wii y que conste que no me refiero a la violencia o temática adulta precisamente, me refiero a la calidad, esfuerzo, esmero e inversión económica que le han dedicado al juego, solo así se puede hacer una joya como esta.
Que pena que no le hayan puesto un modo multijugador en condiciones. La posibilidad de competir a dobles en los minijuegos está curiosa, pero a la media hora pierde todo el interés de por vida. Deberían haber puesto un cooperativo de toda la vida o al menos un modo en que dejen a los jugadores sueltos en un mapa del juego 10 minutos a ver quien saca más puntos.
ResponderEliminarLa cámara tampoco me convence mucho. En vez de poner una cámara que sigue al personaje en plan Tomb Raider, creo que luciría mucho más una cámara aérea semifija tipo God of War.
En fin, un buen juego, pero demasiado corto para los 60€ que cuesta. Mejor alquilarlo un par de días.
Roy Ramker, un juego pensado en el fin, no en el medio. Divertir y ya esta, sin más pretensiones, hacer el ganso un rato... sabiendo que no dejas de hacer otra cosa que "jugar a la consola" (algo que muchos juegos más serios pierden de vista).
ResponderEliminarY el diseño... pues es lo que dices. No hace falta sacar los gráficos del Killzone 2 para mostrar un buen juego. Juegos buenos se llevan haciendo desde el Pong, y la potencia siempre se puede suplir con talento y creatividad. Y este juego y otras maravillas como Mario Galaxy o Metroid Prime 3, por su diseño, entran por los ojos a pesar de tener una carga poligonal baja para los tiempos que corren.
Setzer, esa cámara es mejor para explorar. ¿Que no es perfecta? No, desde luego, es el precio de no tener otro stick para la camara, pero que se le va a hacer. Una vez que te acostumbras y aprendes a fijar bien a los enemigos no da problemas.
En cuanto al multiplayer y la duración... pues un modo aventura a pantalla partida se habría agradecido, ya fuera en plan cooperativo con más enemigos más fuertes o en simple plan versus. La duración es engañosa. A mi el modo principal me duró unas 6 horas, pero entre las que me han matado, los experimentos simples y las fases rejugadas por desafíos debo estar por la veintena de horas, que no está mal.