14ª novela de Mundodisco que leo y 4ª protagonizada por Yaya Ceravieja. Y una de las que más me ha gustado. En "brujas de viaje" la premisa inicial era muy buena, pero la novela perdía fuerza conforme pasaban las páginas y la presencia de la bruja cascarrabias acababa haciéndose muy pesada hacia el final. Aquí no ha habido ese problema. La razón: el argumento. Como en "¡Guardias! ¿Guardias?", aqui Pratchett tiene una historia bastante sólida que contar con unos personajes que en todo momento sabe manejar y un inicio, nudo y desenlace coherente y cohesionado.
La historia es, supongo, una parodia de "El sueño de una noche de verano". Supongo, porque no he leído la obra original. Pero tenemos a una Titania y a un Oberon y una particular guerra entre ellos en la que acaban de por medio los habitantes -y las brujas- de Lancre. Es bastante divertido el enfoque que hacen de los elfos como criaturas exponentes del máximo mal por la simple indiferencia con la que miran a las razas inferiores.
Y contra estos elfos tenemos a las brujas. Y todas funcionan a la perfección. Tata sigue siendo Tata, inocente y algo bobalicona, pero sagaz tras su apariencia y con toda una legión de hijos que conforman un ejercito. Aquí además Pratchett le regala a Casavieja, un enano conquistador que brinda algunos momentos muy buenos al libro.
Margrat, sin duda la bruja más floja de todas, funciona aquí a la perfección al reconvertirse en una mujer de armas tomar y encabezar una revelión contra "el pueblo bello". Definitivamente ha abandonado el rol de bruja, donde no podía hacer nada ante Tata y Yaya y se ha convertido en una reina. Paradojicamente, el alegato feminista -aunque con trampa- que esta novela constituye esta mucho más conseguido que el de "Ritos iguales".
Y luego tenemos a Yaya. La Yaya de esta novela es más seria, más "épica" incluso. Se nos presenta algo de su pasado y vemos a una protagonista que comienza a explicar cosas al lector. Y Yaya se muestra fuerte y a la vez vulnerable, y eso la hace humana. Y además conocemos sus vulnerabilidades. Y Yaya trae a Ridcullin, el archicanciller de la Universidad Invisible, y a otros cuantos personajes más. Los magos siempre habían estado por ahí pupulando, con la neurosis del pobre Tesorero y los "Oook" del Bibliotecario (personaje que me gusta, pero que también resulta excesivamente presente en muchos libros), pero en un relativo segundo plano. Aquí Pratchett revela un romance entre el mago más.... influyente, supongo, y la bruja más... influyente, supongo. Y eso es bueno, ambos personajes salen fortalecidos y, sobre todo, sale fortalecida la propia novela. Porque esta novela traslada verdaderamente Lancre al Mundodisco. Antes Lancre podía ser como los reinos en los que transcurren "Pirómides" o "Dioses menores", naturalmente eran parte de Mundodisco... pero si se encontraran en otro universo loco tampoco desentonarían. Lancre era Lancre y Anhk-Morpork era Anhk-Morpork. Ahora ambos escenarios cabalgan a lomos de los mismos cuatro elefantes que se encuentran sobre la misma tortuga gigante.
La historia es, supongo, una parodia de "El sueño de una noche de verano". Supongo, porque no he leído la obra original. Pero tenemos a una Titania y a un Oberon y una particular guerra entre ellos en la que acaban de por medio los habitantes -y las brujas- de Lancre. Es bastante divertido el enfoque que hacen de los elfos como criaturas exponentes del máximo mal por la simple indiferencia con la que miran a las razas inferiores.
Y contra estos elfos tenemos a las brujas. Y todas funcionan a la perfección. Tata sigue siendo Tata, inocente y algo bobalicona, pero sagaz tras su apariencia y con toda una legión de hijos que conforman un ejercito. Aquí además Pratchett le regala a Casavieja, un enano conquistador que brinda algunos momentos muy buenos al libro.
Margrat, sin duda la bruja más floja de todas, funciona aquí a la perfección al reconvertirse en una mujer de armas tomar y encabezar una revelión contra "el pueblo bello". Definitivamente ha abandonado el rol de bruja, donde no podía hacer nada ante Tata y Yaya y se ha convertido en una reina. Paradojicamente, el alegato feminista -aunque con trampa- que esta novela constituye esta mucho más conseguido que el de "Ritos iguales".
Y luego tenemos a Yaya. La Yaya de esta novela es más seria, más "épica" incluso. Se nos presenta algo de su pasado y vemos a una protagonista que comienza a explicar cosas al lector. Y Yaya se muestra fuerte y a la vez vulnerable, y eso la hace humana. Y además conocemos sus vulnerabilidades. Y Yaya trae a Ridcullin, el archicanciller de la Universidad Invisible, y a otros cuantos personajes más. Los magos siempre habían estado por ahí pupulando, con la neurosis del pobre Tesorero y los "Oook" del Bibliotecario (personaje que me gusta, pero que también resulta excesivamente presente en muchos libros), pero en un relativo segundo plano. Aquí Pratchett revela un romance entre el mago más.... influyente, supongo, y la bruja más... influyente, supongo. Y eso es bueno, ambos personajes salen fortalecidos y, sobre todo, sale fortalecida la propia novela. Porque esta novela traslada verdaderamente Lancre al Mundodisco. Antes Lancre podía ser como los reinos en los que transcurren "Pirómides" o "Dioses menores", naturalmente eran parte de Mundodisco... pero si se encontraran en otro universo loco tampoco desentonarían. Lancre era Lancre y Anhk-Morpork era Anhk-Morpork. Ahora ambos escenarios cabalgan a lomos de los mismos cuatro elefantes que se encuentran sobre la misma tortuga gigante.
Que rápido te has leído este, se nota que le tienes ganas al siguiente, no?
ResponderEliminarNo recordaba que saliesen Oberon ni Titania, van a hacer que me vuelva a leer el libro por culpa de los megaten (son demonios que salen en casi todos los juegos).
Bueno, más que nada es que he pillado una pequeña gripe, así que algo tenía que hacer.
ResponderEliminarOberon y Titania no salen como tales, pero la enemistad que hay entre el rey y la reina de los elfos recuerdan mucho el particular juego que se traian entre manos esta pareja.