Una película que me recuerda a... ninguna

Distrito 9

Exagerado, sin duda. Pero en los tiempos del cine americano habítual, cuando lo que vemos en una película lo hemos visto en dos centenares de películas, se agradece una cuyos elementos solo hayamos visto una docena de veces.
Distrito 9 es una película extraña, una mezcla de géneros y formatos que comienza como un falso documental de ciencia-ficción y que acaba como una exagerada cinta de cine bélico. La película nos propone un escenario en el que un grupo de "parias" extraterrestres se ha refugiado en la Tierra. Estos alienígenas de claro aspecto "insector" no quieren otra cosa que refugiarse. Los bichos cometen atrocidades, pero a lo largo del metraje los villanos pasivos que comienzan siendo son sustituidos por unos villanos ya si activos en forma de humanos ansiosos de robar su tecnología.
La película no es un canto a la tolerancia, el mensaje existe, pero en su primera mitad la película se centra en cuestiones filosóficas más interesantes y sugerentes y en deleitarnos ocn un estilo de falso documental terriblemente efectivo. En su tramo final la película se transforma en un festival de acción brutal donde parecemos estar en mitad de una guerra y que es rodado por el debutante Neill Blomkamp con una sorprendente solvencia y una terrible alegría por las explosiones basadas tanto en hidrocarburos como en formas de vida basadas en el carbono. En mitad nos encontramos con una película más convencional, con una conversión de cretino a héroe del protagonista y un peso para un par de alienígenas que no terminan de funcionar en algunos momentos.
Tecnicamente nos encontramos con una película sorprendentemente correcta. Su presupuesto es de apenas 30 millones, pero consigue mostrar una raza de extraterrestres a la perfección, y el metraje que se ofrece a estos no es precisamente escaso. El resultado es bastante resultón y, como siempre, el mejor efecto especial es el guión, pues por mucho mejores que sean los efectos de una película como, por ejemplo, "Transformers 4", los "bichos" aquí construidos con muchos menos medios tienen mucha más alma.
A nivel actoral nos encontramos con un desconocido Sharlto Copley que cuaja un gran papel, comenzando como un auténtico cretino que se acaba convirtiendo en el gran protagonista que toda película necesita. No es un actor con gran presencia, pero cumple a la perfección con su rol de funcionario amable pero cabron inicial y luego consigue emocionar en muchos momentos de la película. Es un actor con bastante potencial.
La última mención de este análisis va para su director. Un sudafricano que, bajo la tutela de Peter Jackson, nos ha traido una de las películas más originales del año. Quizás en este filme, como es normal, peque un poco de novel y quiera contar demasiadas cosas de demasiadas maneras, pero su trabajo es notable. Salvo algún que otro problema de ritmo, su dirección es acertada y hasta valiente.
No es una película fácil de recomentar. Oscila entre la ciencia ficción más pura y el cíne bélico, con ciertos toques Orwellianos y un sentido del humor basado en el gore más desenfadado. Además, gran parte del metraje esta rodado con cámara en mano, algo que puede marear a muchos posibles espectadores (he de decir que no ha sido mi caso). El ritmo de la pelicula se resiente por esta mezcla de géneros, haciéndose la parte central algo más pesada y lenta (siendo también la más convencional en su desarrollo y aquella en la que peor funcionan las trampas del guión).