En el cine, muy ocasionalmente, aparece una pareja formada por un actor y un director que alcanza un grado de simbiosis increible. El actor se aprovecha del potencial de un gran director, pero a su vez este hace lo propio con la capacidad de actuación de la estrella. Juan Jose Campanella y Ricardo Darín forman parte de ese selecto club.
No he visto demasiado cine argentino (verdaderamente no suelo guiarme demasiado por la nacionalidad de las películas), pero desde aquel gran engaño que era "Nueve reinas" he visto unas pocas -siempre protagonizadas por ese monstruo que es Ricardo Darín- y todas ellas me han encantado. "El hijo de la novia" me parece una de las mejores y más hermosas películas que jamás he visto, y esta película es capaz de mirarla de tú a tú sin tener que apartar la mirada.
Es una película esta difícil de analizar. Alterna humor y drama, tragedia y comedia. El contexto de un jubilado que trata de escribir un libro sobre un episodio de su vida que cambio esta, nos translada 20 años atrás y nos presenta una historia que transcurre paralela a la del propio narrador y con la que no hay pocas similitudes. Pero lo grande de Campanella, de Darin y todo el reparto, es la simple y llana humanidad con la que lo logran contar todo. Se puede contar un gran drama, se pueden intercalar gags en él... pero conseguirlo con la naturalidad con la que lo consigue esta película, aprovechar cada segundo de la película para reforzar el concepto de cada personaje y cimentar unas premisas con tanta contundencia como lo hace esta cinta es sencillamente casi imposible. Pero esta película lo hace. Alterna un drama policiaco con momentos de gran tensión con casi una comedia costumbrista sobre la vida de un hombre y su pasión por no vivirla.
Decir que Ricardo Darín esta inmeso sería quedarse corto, pero lo grande de este actor es que es sencillamente natural, no necesita de grandes momentos ni diálogos para reflejar los sentimientos de su personaje, sencillamente lo hace. Y junto a Darín se muestran una serie de personajes que no lo desmerecen en ningún momento y que atestiguan además el buen hacer de Campanella con los actores y su dominio sobre la escena.
El director es la otra gran estrella de la cinta. Sobrio y elegante, se centra en narrarnos una historia de personajes, pero ello no le impide hacer virguerias en forma de planos-secuencia dantescamente complicados como el del estadio de futbol o primeros planos cortados de los personajes para que sean sus ojos los que hablen por ellos. Campanella confía plenamente en el poder de sus actores y la calidad de su guión y, alguna que otra exhibición a parte, sabe contenerse lo suficiente como para saber que su rol en esta película no es casi otro que el de ser un buen montador. Y el montaje es excelente, si exceptuamos un pequeño momento a mitad (cuando la pelicula abandona el género detectivesco y se centra definitivamente en los personajes), el ritmo de la cinta es trepidante durante todo el metraje y Campanella consigue siempre atraer nuestra atención ya sea por el misterio y la intriga del guión o la simple fuerza y presencia de sus personajes.
Indudablemente, una de las mejores películas del año.
No he visto demasiado cine argentino (verdaderamente no suelo guiarme demasiado por la nacionalidad de las películas), pero desde aquel gran engaño que era "Nueve reinas" he visto unas pocas -siempre protagonizadas por ese monstruo que es Ricardo Darín- y todas ellas me han encantado. "El hijo de la novia" me parece una de las mejores y más hermosas películas que jamás he visto, y esta película es capaz de mirarla de tú a tú sin tener que apartar la mirada.
Es una película esta difícil de analizar. Alterna humor y drama, tragedia y comedia. El contexto de un jubilado que trata de escribir un libro sobre un episodio de su vida que cambio esta, nos translada 20 años atrás y nos presenta una historia que transcurre paralela a la del propio narrador y con la que no hay pocas similitudes. Pero lo grande de Campanella, de Darin y todo el reparto, es la simple y llana humanidad con la que lo logran contar todo. Se puede contar un gran drama, se pueden intercalar gags en él... pero conseguirlo con la naturalidad con la que lo consigue esta película, aprovechar cada segundo de la película para reforzar el concepto de cada personaje y cimentar unas premisas con tanta contundencia como lo hace esta cinta es sencillamente casi imposible. Pero esta película lo hace. Alterna un drama policiaco con momentos de gran tensión con casi una comedia costumbrista sobre la vida de un hombre y su pasión por no vivirla.
Decir que Ricardo Darín esta inmeso sería quedarse corto, pero lo grande de este actor es que es sencillamente natural, no necesita de grandes momentos ni diálogos para reflejar los sentimientos de su personaje, sencillamente lo hace. Y junto a Darín se muestran una serie de personajes que no lo desmerecen en ningún momento y que atestiguan además el buen hacer de Campanella con los actores y su dominio sobre la escena.
El director es la otra gran estrella de la cinta. Sobrio y elegante, se centra en narrarnos una historia de personajes, pero ello no le impide hacer virguerias en forma de planos-secuencia dantescamente complicados como el del estadio de futbol o primeros planos cortados de los personajes para que sean sus ojos los que hablen por ellos. Campanella confía plenamente en el poder de sus actores y la calidad de su guión y, alguna que otra exhibición a parte, sabe contenerse lo suficiente como para saber que su rol en esta película no es casi otro que el de ser un buen montador. Y el montaje es excelente, si exceptuamos un pequeño momento a mitad (cuando la pelicula abandona el género detectivesco y se centra definitivamente en los personajes), el ritmo de la cinta es trepidante durante todo el metraje y Campanella consigue siempre atraer nuestra atención ya sea por el misterio y la intriga del guión o la simple fuerza y presencia de sus personajes.
Indudablemente, una de las mejores películas del año.
La añado a mi larga lista de películas pendientes.
ResponderEliminarDarín es muy buen actor y eso que antes era estrella de culebrón(que no parece la mejor escuela)
Amén.
ResponderEliminarPor cierto, Takashi Shimura sale en más películas de Kurosawa que Toshiro Mifune ;)
Pennywise, fijate, no sabía eso de Darin. Pero bueno, la televisión con sus prisas y todo eso no deja de ser una cantera muy eficiente en ocasiones.
ResponderEliminarBattosai, no lo sabía. Pero estaras de acuerdo conmigo en que esa docena larga de películas en las que coincidieron el director y el actor ambos en estado de gracia son... brutales.
Sí, y yo si tuviera que unir a un actor con Kurosawa también sería Mifune, porque Shimura salvo en Vivir, Los siete samuráis, Duelo silencioso y no sé si alguna otra, sale siempre como secundario.
ResponderEliminarEsta peli estaba apuntada ya en mi lista porque me pareció interesante; está bien saber que te ha gustado.
ResponderEliminarDentro de unos meses contaré yo qué tal... :)
Battosai, lo grande de Mifune es que incluso cuando tiene un rol más de secundario acaba robando la pantalla (caso de los Siete Samurais, por ejemplo)
ResponderEliminarRaistlin, espero tu crítica. Creo que te gustara bastante. Es, sencillamente, una gran película.