Conocido por todos aquellos que seguimos la actualidad de la Wii por internet por su nombre japones "Oboro Muramasa", este era uno de los juegos más esperados de la Wii de este año y por fin nos ha llegado y podemos disfrutarlo (aunque este privilegio parecen haberlo restringido a unos pocos privilegiados pues el número de copias que han llegado a España es escaso y además las tiendas parecen querer esconderlas). Después de esta pequeña crítica a lo que es la distribución de los videojuegos marcadamente de género (un problema apreciable sobre todo en esta consola) pasaré a reseñar el videojuego propiamente dicho.
Muramasa es lo que se conoce como un beat´em´up, un hack and slash o lo que en mi pueblo sencillamente era un "tu contra el barrio" (el Japón medieval en este caso). Basicamente tenemos que avanzar y avanzar acabando con todo lo que se ponga en nuestro camino con nuestra fiel espada. Avanzamos a través de unas pantallas 2D cortando todo lo que sale a nuestro paso y, encontrando al final de cada acto un enemigo final mucho más grande, espectacular y complicado. Hay plataformas, pero el componente de saltos es mínimo y sólo suponen un lugar distinto donde acabar con nuestros enemigos. La exploración también es bastante irrisoria, y no recuerdo la existencia de ningún puzle en el juego. Todo se reduce a matar y matar como la maldición de las espadas de Muramasa parecía dictar. La única concesión de este juego, tan heredero de clásicos como "Double Dragon" a otros géneros es el componente rolero que dan los niveles y los objetos. Tenemos a nuestra disposición más de un centenar de espadas, teniendo cada una de estas distintas propiedades (teniendo además cada una de ellas un golpe especial distinto y algún efecto particular sobre los atributos personales de nuestro protagonistas), podemos equipar tres de ellas para usarlas en combate, y además también podemos equitar un objeto del tipo "Medallón" que mejorara los atributos de nuestro personaje. El otro componente de rol son, claro, los niveles, conforme más matemos y más ganemos experiencia iremos subiendo el nivel de nuestro personaje, mejorando esto los atributos de fuerza y agilidad, así como conferirnos ese poco más de vida que siempre agradeceremos. El juego es monótono, eso es innegable, se trata sencillamente de avanzar y matar, y rara vez ofrece modificaciones sobre este esquema. Se tiene que saber que, a pesar de las tiendas de alimentos y accesorios, así como la forma de espadas, nos pasaremos aproximadamente 20 (30 si queremos disfrutar de los seis finales del juego) horas cortando y cortando. Particularmente me ha gustado bastante, cada combate se me hacía ameno y era también una pequeña ocasión para probar las características de mi espada o intentar enlazar algún combo impresionante, pero es obvio que a muchas personas este sistema de juego se les puede antojar escaso para lo habitual en nuestros días.
El juego nos traslada al Japón de principios de la era Tokugawa, y nos pone en la piel de dos personajes: Momohime, una princesa poseida por el espíritu de Jinkuro, un ronin; y Kisuke, un ninja que no recuerda nada de su pasado y que es perseguido por los suyos por haberlos traicionado. La historia es simple y se desarrolla a grandes rasgos, pero he encontrado que me ha gustado bastante y que tiene momentos preciosos y tristes a manos de personajes secundarios como Torahime o las dos zorras que apoyan nuestra aventura. La historia se desarrolla muy ocasionalmente, pero da un motivo a los personajes para avanzar a través de los distintos parajes de Japón y enfrentarse a todo tipo de enemigos. Las aventuras de nuestros dos protagonistas no se entrecruzan más allá de alguna divertida escena en los baños y el segundo final de cada uno de ellos, conde el otro será el enemigo a batir; aunque es importante decir que aunque ellos no lo sepan sus historias se complementan los unos a los otros. Y naturalmente la historia es la excusa de Vanillaware para mostrarnos el gigantesco lienzo de cultura japonesa que este juego.
Visualmente el juego es una gozada. Su desarrollo 2D divide los escenarios en un plano sobre el que nos movemos y varios posteriores que tienen algo de profundidad y componen el paisaje que vemos. Todo tiene un tono de acuarela o viejo grabado japonés. Los paisajes son hermosos y detallados, repletos de todo tipo de homenajes a la cultura japonesa y a lo que era la sociedad en la que esta historia se enmarca. Complejos y sobrecargados en ocasiones, nos encontramos con bosques de bambú, fortalezas de ninjas, templos de monjes, campos de trigo, ciudades, aldeas, playas, montañas nevadas, cementerios y todo tipo de pasajes. Y mientras los recorremos vemos lluvia, viento, niebla, petalos de cerezo caer, luciérnagas y todo tipo de pequeños efectos visuales que transforman este juego en toda una gozada visual para aquellos que somos otakus. Los escenarios tienen el defecto no obstante de ser algo repetitivo, no tanto a nivel visual si no en que las rejillas que intuimos bajo los paisajes, que se me antojan escasas y son bastante reiterativas. Los enemigos comparten las características de los escenarios y nos presentan a samurais, ninjas, onis, sapos gigantes y todo tipo de enemigos extraidos de la cultura japonesa. Los enemigos normales son repetitivos y sus pautas de ataque bastante básicas (aunque esto no importa demasiado pues atacan facilmente por decenas). Mención aparte merecen los monstruos de final de fase, inspirados más todavía en mitos japoneses derrochan originalidad y espectacularidad a partes iguales, aquí encontramos a dragones, a monjes degenerados, a pulpos gigantes y en la recta final incluso demonios y dioses y espíritus. Las batallas contra estos enemigos si son considerablemente más difíciles y largas, siendo muchas de ellas sencillamente épicas.
Es un juego que me ha parecido terriblemente hermoso, y me ha divertido de sobremanera explorar sus paisajes, derrotar a todos los enemigos que salían a mi paso y forjar los 108 sables que podemos equipar, pero es innegable que es un juego muy básico y también bastante repetitivo. No obstante, a pesar de estas limitaciones tengo que repetir que particularmente he disfrutado como un enano con esta oda al Japón medieval disfrazada de deshinbido festival de espadazos.
Muramasa es lo que se conoce como un beat´em´up, un hack and slash o lo que en mi pueblo sencillamente era un "tu contra el barrio" (el Japón medieval en este caso). Basicamente tenemos que avanzar y avanzar acabando con todo lo que se ponga en nuestro camino con nuestra fiel espada. Avanzamos a través de unas pantallas 2D cortando todo lo que sale a nuestro paso y, encontrando al final de cada acto un enemigo final mucho más grande, espectacular y complicado. Hay plataformas, pero el componente de saltos es mínimo y sólo suponen un lugar distinto donde acabar con nuestros enemigos. La exploración también es bastante irrisoria, y no recuerdo la existencia de ningún puzle en el juego. Todo se reduce a matar y matar como la maldición de las espadas de Muramasa parecía dictar. La única concesión de este juego, tan heredero de clásicos como "Double Dragon" a otros géneros es el componente rolero que dan los niveles y los objetos. Tenemos a nuestra disposición más de un centenar de espadas, teniendo cada una de estas distintas propiedades (teniendo además cada una de ellas un golpe especial distinto y algún efecto particular sobre los atributos personales de nuestro protagonistas), podemos equipar tres de ellas para usarlas en combate, y además también podemos equitar un objeto del tipo "Medallón" que mejorara los atributos de nuestro personaje. El otro componente de rol son, claro, los niveles, conforme más matemos y más ganemos experiencia iremos subiendo el nivel de nuestro personaje, mejorando esto los atributos de fuerza y agilidad, así como conferirnos ese poco más de vida que siempre agradeceremos. El juego es monótono, eso es innegable, se trata sencillamente de avanzar y matar, y rara vez ofrece modificaciones sobre este esquema. Se tiene que saber que, a pesar de las tiendas de alimentos y accesorios, así como la forma de espadas, nos pasaremos aproximadamente 20 (30 si queremos disfrutar de los seis finales del juego) horas cortando y cortando. Particularmente me ha gustado bastante, cada combate se me hacía ameno y era también una pequeña ocasión para probar las características de mi espada o intentar enlazar algún combo impresionante, pero es obvio que a muchas personas este sistema de juego se les puede antojar escaso para lo habitual en nuestros días.
El juego nos traslada al Japón de principios de la era Tokugawa, y nos pone en la piel de dos personajes: Momohime, una princesa poseida por el espíritu de Jinkuro, un ronin; y Kisuke, un ninja que no recuerda nada de su pasado y que es perseguido por los suyos por haberlos traicionado. La historia es simple y se desarrolla a grandes rasgos, pero he encontrado que me ha gustado bastante y que tiene momentos preciosos y tristes a manos de personajes secundarios como Torahime o las dos zorras que apoyan nuestra aventura. La historia se desarrolla muy ocasionalmente, pero da un motivo a los personajes para avanzar a través de los distintos parajes de Japón y enfrentarse a todo tipo de enemigos. Las aventuras de nuestros dos protagonistas no se entrecruzan más allá de alguna divertida escena en los baños y el segundo final de cada uno de ellos, conde el otro será el enemigo a batir; aunque es importante decir que aunque ellos no lo sepan sus historias se complementan los unos a los otros. Y naturalmente la historia es la excusa de Vanillaware para mostrarnos el gigantesco lienzo de cultura japonesa que este juego.
Visualmente el juego es una gozada. Su desarrollo 2D divide los escenarios en un plano sobre el que nos movemos y varios posteriores que tienen algo de profundidad y componen el paisaje que vemos. Todo tiene un tono de acuarela o viejo grabado japonés. Los paisajes son hermosos y detallados, repletos de todo tipo de homenajes a la cultura japonesa y a lo que era la sociedad en la que esta historia se enmarca. Complejos y sobrecargados en ocasiones, nos encontramos con bosques de bambú, fortalezas de ninjas, templos de monjes, campos de trigo, ciudades, aldeas, playas, montañas nevadas, cementerios y todo tipo de pasajes. Y mientras los recorremos vemos lluvia, viento, niebla, petalos de cerezo caer, luciérnagas y todo tipo de pequeños efectos visuales que transforman este juego en toda una gozada visual para aquellos que somos otakus. Los escenarios tienen el defecto no obstante de ser algo repetitivo, no tanto a nivel visual si no en que las rejillas que intuimos bajo los paisajes, que se me antojan escasas y son bastante reiterativas. Los enemigos comparten las características de los escenarios y nos presentan a samurais, ninjas, onis, sapos gigantes y todo tipo de enemigos extraidos de la cultura japonesa. Los enemigos normales son repetitivos y sus pautas de ataque bastante básicas (aunque esto no importa demasiado pues atacan facilmente por decenas). Mención aparte merecen los monstruos de final de fase, inspirados más todavía en mitos japoneses derrochan originalidad y espectacularidad a partes iguales, aquí encontramos a dragones, a monjes degenerados, a pulpos gigantes y en la recta final incluso demonios y dioses y espíritus. Las batallas contra estos enemigos si son considerablemente más difíciles y largas, siendo muchas de ellas sencillamente épicas.
Es un juego que me ha parecido terriblemente hermoso, y me ha divertido de sobremanera explorar sus paisajes, derrotar a todos los enemigos que salían a mi paso y forjar los 108 sables que podemos equipar, pero es innegable que es un juego muy básico y también bastante repetitivo. No obstante, a pesar de estas limitaciones tengo que repetir que particularmente he disfrutado como un enano con esta oda al Japón medieval disfrazada de deshinbido festival de espadazos.
Es de los creadores de Odin Sphere. Jugablemente supongo que será igual pero con ambientación nipona. A ver si para estas navidades me hago con una Wii y lo pillo, que hay ganas.
ResponderEliminarBueno, yo el Odin Sphere sólo lo conozco de vista. No obstante, parece ser mucho más rolero y tener más historia (5 que se entrecruzan, si no me equivoco).
ResponderEliminarEste es mucho más simple, avanzar y matar. Hay pequeños toques de rol, pero es un "Final Fight" "Streets of rage" y demás en el espíritu.
Otro más de los que tengo pendientes. Por cierto, ¿cuánto juegas? Yo flipo con la velocidad a la que comentas los juegos (después de habértelos pasado, claro).
ResponderEliminarPásalo bien.
Je, he tenido diez días de vacaciones y este juego engancha lo que no esta escrito.
ResponderEliminarEl CoD fue otra historia, lo alquile y verdaderamente se pasa en un día. Este Muramasa ya es otra cosa, 30 horas muy disfrutables.
Pues por lo que dices y vi en tu casa, parece un Odin Spehere con ambientación japo en vez de nórdica, con sólo dos personajes y más corto (el OS creo que me duró 50-60 horas).
ResponderEliminar¿Tiene este juego algún sistema de alquimia? En el otro podias mezclar diferentes plantas para hacer todo tipo de pociones.
No has comentado nada sobre las voces, solo en japones, ¿no?. Este juego cuenta con algunos seiyuus bastante buenos, como Ayako Kawasumi (Saber, Nodame), Joji Nakata (Kotomine Kirei, Alucard) o Miyuki Sawashiro (Shinku, Dios (M+H)), aunque me quedo con las voces del OS, que tienen a mis seiyus favoritos, Noto Mamiko y a Norio Wakamoto, además de que tambien repiten algunos del M:DB, como A. Kawasumi y M. Sawashiro.
Cierto, se me ha pasado lo de las voces. El casting me ha gustado bastante y actuan de una forma bastante divertida (las voces de los monstruos estan muy exageradas y sobreactuadas y divierten).
ResponderEliminarSí, tienes algo que se parece a la alquimia que comentas. La cocina no se limita a comer en restaurantes, puedes preparar tus propios "bentos" y comerlos durante la batalla (al final es imprescindible pues los alimentos estandar pueden valer al principio, pero no recuperan más de 1000 de vida y la comida que te haces tú lo supera en mucho). Además, aunque no durante la batalla, también puedes preparar platos que potencian defensa o ataque, aumentan la experiencia a conseguir, el número de enfrentamiento con enemigos, etc.
A mi me ha durado 30 horas en el modo "fácil", en el modo "dificil" supongo que podría durar en torno a 5-10 mas porque no se podrá ir tan a saco (amen de las vidas que te mataran). Luego además tiene un nivel de dificultad sencillamente infernal que es el clásico modo de "pasate todo el juego con 1 de vida", que me da miedo desbloquearlo incluso XD
Precisamente ahora estoy con el Odin Sphere y veo que el Muramasa puede pecar de lo mismo en su aspecto jugable: repetición a lo beat´em up clasico. Yo casi me alegro que el Muramasa no tenga tanta dependencia rolera como el OS donde a veces resulta una tortura subir tu barra de vida xDD
ResponderEliminarDe lo demás parece que Vanillaware ha vuelto a dejar en evidencia al 3D con los 2D preciosistas. Me alegro.
Del tema de la distribución estoy muy mosqueado. Aún no me he hecho con él pero preguntando el otro dia nadie sabe si traerán más o no. Es lamentable. Es verdad que son juegos muy especiales que no garantizan grandes ventas pero es que no hace ni un mes de la salida del juego y ya no hay xD Y esperate que A boy and his blob y Fragile van en el mismo camino.
A tirar de importación ¬¬
Verdaderamente no he tenido problemas de nivel en ningún momento salvo en un par de batallas finales (y algunas de estas son opcionales). Pero en general es bastante fácil subir de nivel y, y esto es más importante, divertido.
ResponderEliminarSi no te has hecho con él... me parece que vas a tirar de internet. En las tiendas se que ve han traido uno por tienda y porque no han podido traer una mitad. Lo mejor de todo es que si preguntas te dicen que no, que esta descatalogado... es impensable en cualquier negocio seriamente estructurado el que no haya stock de un producto el día de su salida a la venta.
Para el Fragile intuyo el mismo problema, y como quede satisfecho con la compra por internet del One Piece ya tengo pensado comprar este por el mismo método junto al Rune Factory y el Sakura Wars (que esos creo que serán incluso más transparentes para las tiendas)
Tenia pensado comprarlos mas adelante, pero viendo que el tema de la distribucion esta bastante mal en cuanto acabe los examenes me los pillo confiare que el tales of symphonia 2 no se agote
ResponderEliminarEl Tales 2 ha tenido algo de mejor distribución, pero tampoco te esperes mucho o seguramente tengas que recurrir a pedirlo por internet (que no tiene nada de malo, dicho sea de paso)
ResponderEliminarJUEGAZO. Pese a sus limitaciones y carencias, más que nada dadas por el género en el que se encuadra, Muramasa es uno de esos títulos que hacen grande al mundo de los videojeugos.
ResponderEliminarLa verdad es que, siendo tan descaradamente de género, es increible lo que engancha. El juego es muy simple, pero tiene esa "magia" que tenían los juegos antiguos.
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