Juntos se levantaran, y se alzaran más fuertes y más alto que nunca

One Piece 590 - Mi hermano pequeño

Alguién debe pagar por las lágrimas de Makino. Este es un gran capítulo y en el vemos lo que es el comienzo de la recuperación de Luffy, pero antes de esa gran escena que comparten Luffy y Jinbei tenemos un pequeño y emotivo epílogo al flashback que acabamos de ver. No puedo evitar comenzar esta reseña mencionando las lágrimas de Makino porque el pasado de los tres hermanos dota a estas páginas de una gran emotividad.
Las miniescenas de flashback que tanto ha usado Oda en estos últimos años reaparecen con Makino recordando su primer encuentro con Ace y el gran lazo que ya existía entre este y Luffy. Una Makino que trata de mediar entre Garp y Dadan y consolar a este, pero que no puede evitar estallar en lágrimas al pensar en ese hermano pequeño que ha perdido y ese otro hermano pequeño que en esos momentos debe estar llorando desconsolado. El encuentro entre Garp y Dadan es otro gran momento. Dadan había hecho relativamente poco hasta ahora, pero ahora vemos el dolor de sus lágrimas por esos hijos a los que al principio no quería pero que acabó queriendo. Y Dadan consigue incluso ganarle a Garp una escena (quizás el primer personaje que lo consigue en 150 capítulos), claro que quizás nuestro buen marine se haya dejado pues Oda sabía que el gran héroe necesitaba una pequeña escena de este corte para expiar un poco de su culpa, Garp necesitaba que alguién le culpara por la muerte de Ace y el enfrentamiento con Ace, y verdaderamente creo que Dadan es la única que podía hacerlo. Resulta curioso como un flashback tan discutido revela todo su potencial en pequeños detalles como este.
Naturalmente, en lo que se refiere a la historia vemos pequeños detalles como ese pueblo perdido en los confines del mundo que ahora sufre la amenaza de los piratas... pero ya habrá tiempo para ver como la muerte de Barbablanca y Ace afecta al mundo pues ahora Oda esta más interesado en mostrarnos como afecta a los personajes. La propia reflexión que vemos en el funeral de los dos grandes caídos iría en ese sentido, aunque los pensamientos de Shanks me han parecido bastante génericos y creo que aquí Oda ha estado más con el piloto automático. Más que lo que esta escena confirma, me interesa lo que no confirma... y es que me temo que mi pequeño sueño de que los hombres de Barbablanca pasaran al bando de Shanks queda descartada, aunque ahora queda la incógnita de que hara este ejército sin lider que ahora vaga por el Nuevo Mundo.
Y naturalmente llegamos a Luffy y esa estremecedora escena final. Luffy esta cegado por el dolor y es Jinbei el que lo despierta. Sí, Luffy ha perdido mucho, todo lo que hemos visto en el flashback. Pero todavía tiene algo, todo lo que ha ganado durante casi 600 capítulos. Ace ha muerto, y con él la confianza de Luffy de poder derribar cualquier muro con la fuerza de sus puños. Ha muerto el Luffy que partió rumbo a ser el rey de los piratas. Pero Luffy tiene todavía algo, todo lo que ha ganado durante el viaje. Tiene a sus nakamas. Grande ese samurai sereno que es Jinbei (aunque Oda quiera desmitificarlo algo... Ojos de Halcón comiendo Takoyakis con su cuchillito), y grande como le da a Luffy ese golpe de realidad que necesitaba. Grande Oda mostrándonos ese Luffy enloquecido, completamente ajeno a lo que es habitual en la serie pero a la vez completamente reconocible con ese gran mordisco que le da al buen tritón. Y grande, muy grande, ese Luffy recordando a sus nakamas.