One Piece 598 - 2 años después
La espera ha terminado. La agónica semana mundial del F5 ha llegado a su fin. One Piece por fin ha regresado. Y ha regresado con un capítulo bastante bueno, creo que con toda la expectación que un rediseño de personajes genera y todas las obvias limitaciones que argumentalmente conlleva, Oda ha conseguido un episodio bastante decente.
Si exceptuamos el encuentro final entre Luffy y su versión falsa, la presencia de Luffy es muy pequeña y se limita a poco más que un cameo inicial. Creo que es un acierto que Luffy no acaparé muchas páginas más allá de la previsible escena en la que recoge el sombrero, pues en los últimos dos años hemos ha acaparado el peso de la historia como nunca y esta bien que la reunión este protagonizada en un principio por los nakamas, que son aquellos por los que los lectores están más intrigados. Aún así, en un par de hojas, tenemos unos detalles interesantes. Primero es significativo que Rayleigh abandonara a Luffy después de enseñarle las bases del Haki, esto al menos nos indica que las ha controlado, y después nos lleva a la feliz conclusión de que ha sido libre para desarrollarlas, y eso en el caso de Luffy puede dar lugar a escenas muy divertidas. Luego tenemos un final rápido del arco de Boa, en el que Luffy rechaza a esta con una indiferencia brutal que no parece afectar mucho a la shichibukai. Boa y Luffy me recuerdan en cierta manera a Sanji y Nami, que ya puede esta insultar brutalmente al cocinero que el este encontrara alguna forma de interpretarlo felizmente. ¿Cierre rápido? Sí. ¿Mejorable? Sí, pero yo al menos no se como. Supongo que Oda ha decidido cortar por lo sano, pues intentar hacerlo de otra forma daría lugar a otras preguntas. Aún no descartando que Boa se encuentre en Shabondy (alguién ha tenido que llevar a Luffy), parece que de momento su parte en la historia ha terminado y no será nakama (algo que aunque nos gustara a muchos era muy peligroso de cara al futuro desarrollo de la historia). El rediseño de Luffy en si es... raro, apenas ha cambiado fisicamente más allá de una molona cicatriz en el pecho que parece ser la marca de cierto perro rojo, y en sus ropajes encontramos una bonita banda de tela a modo de cinturón y unas más discutibles mangas con vuelos que le quedaban de fábula a Boa pero que en Luffy quedan algo fuera de contexto.
Pero llegamos ya a Shabody y a los distintos nakamas. Brook es el primero en aparecer en escena. Su aparición era quizás la que menos espectación levantaba, por carisma de personaje y porque obviamente era imposible que cambiara mucho. Creo que es un acierto de Oda el mostrarlo el primero y transformarlo en un motor para la unión de todos. Vemos una escena de unión de Nami con Usopp que resulta muy emotiva por la fuerza de los dos personajes y el vínculo existente entre ellos, una parecida puede pensarse con Zoro y Sanji, o con Robin y Franky, pero sinceramente no veo aún a Brook con un vínculo muy fuerte con el resto de la banda. Así pues Brook se muestra el primero en un buen ejemplo de que Oda sabe que hay que ir de menos a más en la narración. Y con Brook usa sus armas de siempre, humor absurdo y juegos de palabras (me encanta cuando Sanji oye lo de el "live" de Brook). La última vez que dejamos a Brook era un prisionero que buscaba alguna forma de escapar de sus captores para hacerse más fuerte, finalmente parece que ha encontrado esta posibilidad a través de la música y los "primos de Appo" que le capturaron son ahora sus managers. Brook parece haberse transformado en una estrella del rock y dejado su violín en favor de una guitarra eléctrica. Ha conocido al sastre de DoFlamingo y su estilo parece haberse asalvajado un poco de acuerdo a su nueva música. No puedo evitar sentir curiosidad sobre como actuara cuando se encuentre frente a la banda y cuando posteriormente se enfrente a enemigos.
Otro miembro que apenas ha cambiado es Chooper. Parece algo más cabezón y ha cambiado su gorro, pero nada más. Su diseño es algo decepcionante, pero era también uno de los más complicados de modificar por los particular de su aspecto y el gran carisma que tiene en Japón (kawai, mascota, etc, etc). No parece haber cambiado fisicamente, ni mentalmente, y creo que todo el mundo quiere que la banda siga siendo un atajo de borregos. En este punto Chooper hace gala de su ingenuidad habitual y confunde a los falsos nakamas con sus compañeros de toda la vida (quizás algo forzado, porque Chooper además tiene un olfato muy desarrollado), pero recordemos que igual que hay nakamas fuertes hay nakamas superlativamente idiotas (y en este sentido Chooper es el único que puede rivalizar con Luffy). Lo que más me gusta de esta escena es la facilidad de Oda para meter al reno en el centro de la acción como si nada. Nami y Usopp se han metido de lleno en ella son cobarde socarroneria, Luffy la tiene a las puertas, Brook es un "iman", y Robin y Sanji la observan desde la prudencial distancia. En apenas 20 páginas Oda ha presentado la minitrama de los "falsos sombrero de paja" y ha colocado a casi todos los miembros de la banda en el mapa, cada uno de ellos además en una posición completamente natural.
Esta "banda falsa" es un buen recurso de Oda para retomar la serie. Su caracter cómico es innegable al ofrecernos una parodia de la banda, y con ello además se ganan un desprecio natural del lector (además de haber comprobado ya que "Luffy" es un pirata digno de la isla de la burla). Creo que todavía es algo pronto para ponderar su fuerza (podría ser que "Luffy" fuera algo fuerte y que tuviera algún que otro compañero fuerte de todos los "rookies" que se le han unido), pero son personajes con carisma 0 y no creo que Oda les vaya a regalar ningún momento de gloria. Su rol no es otro que el de ser bufones cómicos, permitir a los personajes realizar alguna que otra entrada molona y propiciar que Momonga y sus amigos emprendan el viaje desde su nueva base (me parece significativo que no hayan mencionado a Aokiji como almirante de flota y sigo viendo a Akainu en ese rol... con lo que ello conllevaría para la Marina).
Y si hablamos de entradas molonas tenemos que hablar de Usopp. Usopp se nos presenta con una fuerza y una chuleria superlativos, y verdaderamente es una gozada ver a un personaje que siempre ha sido tan débil y cobarde ver cumplido su sueño de ser un fuerte y valiente guerrero de los mares (otra cosa es que sea fuerte en el "Paraiso" y cuando entremos en el Nuevo Mundo vuelva a ser débil). Usopp aparece luciendo tableta de chocolate y una siempre fardonas rastas. Con un par de detalles Oda lo ha acercado mucho más a Yasopp, y eso me encanta. Y además sigue siendo Usopp, sonrojándose ante "los cambios" de Nami y poniendo caras exageradas a la mínima que pueda. Echabamos de menos sus mentiras y estoy seguro de que todas estas pronto volveran a hacer acto de presencia.
Usopp se encuentra con Nami en un bar, en una escena con claras reminiscencias de la Isla de la Burla. Y si bien el diseño de la navegadora es cuestionable en algunos puntos, es un placer ver que nuestra gata ladrona conserva todas sus grandes características. Primero despreciando al falso Luffy sin siquiera dignarse a regalarle su atención, después mostrando la ternura de quien es el corazón de la banda al protagonizar el primer reencuentro (grande la sencilla y casual escena del reencuentro entre ella y Usopp), e inmensa fingiendo su indefensión típica para luego reventar como si nada un edificio (largándose de paso de él sin pagar). Otra cosa es su diseño, que puede gustar más o menos. Nami siempre ha sido la sexy del grupo, y era muy sexy... y ahora Oda ha decidido llevarla al extremo. Una virtud de Oda es que sus personajes no son unos guarros y cambian de ropa tras cada saga, y creo que el mangaka disfrutaba de sobremanera rediseñando a sus féminas. Y Nami estaba ya muy explotada y Oda había probado con ella infinidad de peinados, se estaba quedando sin ideas y ha decidido ampliar el espectro de su "Barbie" favorita. Una melena larga, la parte superior de un bikini y unos pantalones cuyo cinturón casi está a la altura de las rodillas... y ya tenemos una Nami nueva, fresca y muy sexy, dispuesta a protagonizar infinidad de doujins y a servir de modelo para nuevas POP. El diseño es explosivo, y Nami sigue teniendo un rostro muy infantil, pero en cierta manera me parece que ha perdido algo de la inocencia -fingida- que caracterizaba al personaje.
Mucho más me gusta el diseño nuevo de Robin. Los rasgos de Robin siempre habían sido más adultos, y particularmente me encanta su rediseño en plan "mujer moderna". El clásico top de la pirata y una falda de Boa le confieren un aspecto que me parece bastante sensual pero mucho más refinado y elegante que la luchadora de barro con la que comparte banda. Estando ya en la treintena, no podía cambiar mucho, y en ese sentido creo que Oda ha querido también que su cambio fuera menos brusco que el de Nami. Algo que me ha gustado es que las primeras palabras de Robin sean sobre sus perseguidores; Robin y su "Quiero vivir" siempre han sido el ejemplo más claro de lo que dependen los unos de los otros de los miembros de la banda mientras están solos. Robin esta en peligro hasta que no se encuentre rodeada por sus nakamas.
La nueva apariencia de Robin y Nami son sin duda lo que ha dado fuerzas a Sanji durante su larga estancia en el infierno okama. El cocinero es lo más parecido a un elemento narrador en este capítulo, llevándonos hasta Shakky y Rayleigh y sabiendo de boca de estos el orden de llegada y los paraderos de los nakamas, así como conociendo también la odisea de Duval... hasta que el recuerdo de Nami le hace olvidar cualquier otra cosa (en este sentido Oda, para variar, nos da largas y no nos dice que pasó con Kuma y el Sunny (aunque sepamos que este está intacto)). Sanji sigue siendo uno de los cerebros de la banda y nos coloca un poco en escena, pero al contrario que Robin es un cerebro muy facilmente desestabilizable... y más aún ahora después de dos años entre okamas. Su radar de mujeres, su despedida de los okamas y su sorprendente cambio de flequillo (ahora sabemos porque ocultaba ese ojo... pero eso no hace sino hacer que nos preguntemos por qué ahora oculta el otro) son sencillamente hilarantes.
Franky, cuyo cambio es el más bestia de todos (quiero pensar que el tanque que es ahora es una muñeca rusa y en algún lugar de su interior estará su tupé), y Zoro quedan para el siguiente capítulo. Habiendose confirmado aparentemente ya que Zoro no ha podido cumplir su eterno sueño de amputarse un miembro, espero que el retraso sea motivado simplemente por la emotividad de que sea el primero en reencontrarse con Luffy.
Nada más, pero también nada menos. Capítulo de presentación para mostrar los nuevos looks de la banda, apariciones molonas y la gran e inconfundible comedia absurda y al mismo tiempo logica propia de este mundo, pero en la viñeta final Oda ya nos recuerda otro de los grandes rasgos de la serie y ese es su vertiginoso ritmo y la densidad de sus capítulos. Comedia, presentaciones, reuniones emotivas... y una Marina que ya se está movilizando, y es que Oda es capaz de querer retomar la serie a lo bestia y darnos una Buster Call para comprobar las nuevas habilidades de la banda. Afortunadamente sólo tendremos que esperar una semana para ver el siguiente capítulo.
Afortunadamente, One Piece ha vuelto.
La espera ha terminado. La agónica semana mundial del F5 ha llegado a su fin. One Piece por fin ha regresado. Y ha regresado con un capítulo bastante bueno, creo que con toda la expectación que un rediseño de personajes genera y todas las obvias limitaciones que argumentalmente conlleva, Oda ha conseguido un episodio bastante decente.
Si exceptuamos el encuentro final entre Luffy y su versión falsa, la presencia de Luffy es muy pequeña y se limita a poco más que un cameo inicial. Creo que es un acierto que Luffy no acaparé muchas páginas más allá de la previsible escena en la que recoge el sombrero, pues en los últimos dos años hemos ha acaparado el peso de la historia como nunca y esta bien que la reunión este protagonizada en un principio por los nakamas, que son aquellos por los que los lectores están más intrigados. Aún así, en un par de hojas, tenemos unos detalles interesantes. Primero es significativo que Rayleigh abandonara a Luffy después de enseñarle las bases del Haki, esto al menos nos indica que las ha controlado, y después nos lleva a la feliz conclusión de que ha sido libre para desarrollarlas, y eso en el caso de Luffy puede dar lugar a escenas muy divertidas. Luego tenemos un final rápido del arco de Boa, en el que Luffy rechaza a esta con una indiferencia brutal que no parece afectar mucho a la shichibukai. Boa y Luffy me recuerdan en cierta manera a Sanji y Nami, que ya puede esta insultar brutalmente al cocinero que el este encontrara alguna forma de interpretarlo felizmente. ¿Cierre rápido? Sí. ¿Mejorable? Sí, pero yo al menos no se como. Supongo que Oda ha decidido cortar por lo sano, pues intentar hacerlo de otra forma daría lugar a otras preguntas. Aún no descartando que Boa se encuentre en Shabondy (alguién ha tenido que llevar a Luffy), parece que de momento su parte en la historia ha terminado y no será nakama (algo que aunque nos gustara a muchos era muy peligroso de cara al futuro desarrollo de la historia). El rediseño de Luffy en si es... raro, apenas ha cambiado fisicamente más allá de una molona cicatriz en el pecho que parece ser la marca de cierto perro rojo, y en sus ropajes encontramos una bonita banda de tela a modo de cinturón y unas más discutibles mangas con vuelos que le quedaban de fábula a Boa pero que en Luffy quedan algo fuera de contexto.
Pero llegamos ya a Shabody y a los distintos nakamas. Brook es el primero en aparecer en escena. Su aparición era quizás la que menos espectación levantaba, por carisma de personaje y porque obviamente era imposible que cambiara mucho. Creo que es un acierto de Oda el mostrarlo el primero y transformarlo en un motor para la unión de todos. Vemos una escena de unión de Nami con Usopp que resulta muy emotiva por la fuerza de los dos personajes y el vínculo existente entre ellos, una parecida puede pensarse con Zoro y Sanji, o con Robin y Franky, pero sinceramente no veo aún a Brook con un vínculo muy fuerte con el resto de la banda. Así pues Brook se muestra el primero en un buen ejemplo de que Oda sabe que hay que ir de menos a más en la narración. Y con Brook usa sus armas de siempre, humor absurdo y juegos de palabras (me encanta cuando Sanji oye lo de el "live" de Brook). La última vez que dejamos a Brook era un prisionero que buscaba alguna forma de escapar de sus captores para hacerse más fuerte, finalmente parece que ha encontrado esta posibilidad a través de la música y los "primos de Appo" que le capturaron son ahora sus managers. Brook parece haberse transformado en una estrella del rock y dejado su violín en favor de una guitarra eléctrica. Ha conocido al sastre de DoFlamingo y su estilo parece haberse asalvajado un poco de acuerdo a su nueva música. No puedo evitar sentir curiosidad sobre como actuara cuando se encuentre frente a la banda y cuando posteriormente se enfrente a enemigos.
Otro miembro que apenas ha cambiado es Chooper. Parece algo más cabezón y ha cambiado su gorro, pero nada más. Su diseño es algo decepcionante, pero era también uno de los más complicados de modificar por los particular de su aspecto y el gran carisma que tiene en Japón (kawai, mascota, etc, etc). No parece haber cambiado fisicamente, ni mentalmente, y creo que todo el mundo quiere que la banda siga siendo un atajo de borregos. En este punto Chooper hace gala de su ingenuidad habitual y confunde a los falsos nakamas con sus compañeros de toda la vida (quizás algo forzado, porque Chooper además tiene un olfato muy desarrollado), pero recordemos que igual que hay nakamas fuertes hay nakamas superlativamente idiotas (y en este sentido Chooper es el único que puede rivalizar con Luffy). Lo que más me gusta de esta escena es la facilidad de Oda para meter al reno en el centro de la acción como si nada. Nami y Usopp se han metido de lleno en ella son cobarde socarroneria, Luffy la tiene a las puertas, Brook es un "iman", y Robin y Sanji la observan desde la prudencial distancia. En apenas 20 páginas Oda ha presentado la minitrama de los "falsos sombrero de paja" y ha colocado a casi todos los miembros de la banda en el mapa, cada uno de ellos además en una posición completamente natural.
Esta "banda falsa" es un buen recurso de Oda para retomar la serie. Su caracter cómico es innegable al ofrecernos una parodia de la banda, y con ello además se ganan un desprecio natural del lector (además de haber comprobado ya que "Luffy" es un pirata digno de la isla de la burla). Creo que todavía es algo pronto para ponderar su fuerza (podría ser que "Luffy" fuera algo fuerte y que tuviera algún que otro compañero fuerte de todos los "rookies" que se le han unido), pero son personajes con carisma 0 y no creo que Oda les vaya a regalar ningún momento de gloria. Su rol no es otro que el de ser bufones cómicos, permitir a los personajes realizar alguna que otra entrada molona y propiciar que Momonga y sus amigos emprendan el viaje desde su nueva base (me parece significativo que no hayan mencionado a Aokiji como almirante de flota y sigo viendo a Akainu en ese rol... con lo que ello conllevaría para la Marina).
Y si hablamos de entradas molonas tenemos que hablar de Usopp. Usopp se nos presenta con una fuerza y una chuleria superlativos, y verdaderamente es una gozada ver a un personaje que siempre ha sido tan débil y cobarde ver cumplido su sueño de ser un fuerte y valiente guerrero de los mares (otra cosa es que sea fuerte en el "Paraiso" y cuando entremos en el Nuevo Mundo vuelva a ser débil). Usopp aparece luciendo tableta de chocolate y una siempre fardonas rastas. Con un par de detalles Oda lo ha acercado mucho más a Yasopp, y eso me encanta. Y además sigue siendo Usopp, sonrojándose ante "los cambios" de Nami y poniendo caras exageradas a la mínima que pueda. Echabamos de menos sus mentiras y estoy seguro de que todas estas pronto volveran a hacer acto de presencia.
Usopp se encuentra con Nami en un bar, en una escena con claras reminiscencias de la Isla de la Burla. Y si bien el diseño de la navegadora es cuestionable en algunos puntos, es un placer ver que nuestra gata ladrona conserva todas sus grandes características. Primero despreciando al falso Luffy sin siquiera dignarse a regalarle su atención, después mostrando la ternura de quien es el corazón de la banda al protagonizar el primer reencuentro (grande la sencilla y casual escena del reencuentro entre ella y Usopp), e inmensa fingiendo su indefensión típica para luego reventar como si nada un edificio (largándose de paso de él sin pagar). Otra cosa es su diseño, que puede gustar más o menos. Nami siempre ha sido la sexy del grupo, y era muy sexy... y ahora Oda ha decidido llevarla al extremo. Una virtud de Oda es que sus personajes no son unos guarros y cambian de ropa tras cada saga, y creo que el mangaka disfrutaba de sobremanera rediseñando a sus féminas. Y Nami estaba ya muy explotada y Oda había probado con ella infinidad de peinados, se estaba quedando sin ideas y ha decidido ampliar el espectro de su "Barbie" favorita. Una melena larga, la parte superior de un bikini y unos pantalones cuyo cinturón casi está a la altura de las rodillas... y ya tenemos una Nami nueva, fresca y muy sexy, dispuesta a protagonizar infinidad de doujins y a servir de modelo para nuevas POP. El diseño es explosivo, y Nami sigue teniendo un rostro muy infantil, pero en cierta manera me parece que ha perdido algo de la inocencia -fingida- que caracterizaba al personaje.
Mucho más me gusta el diseño nuevo de Robin. Los rasgos de Robin siempre habían sido más adultos, y particularmente me encanta su rediseño en plan "mujer moderna". El clásico top de la pirata y una falda de Boa le confieren un aspecto que me parece bastante sensual pero mucho más refinado y elegante que la luchadora de barro con la que comparte banda. Estando ya en la treintena, no podía cambiar mucho, y en ese sentido creo que Oda ha querido también que su cambio fuera menos brusco que el de Nami. Algo que me ha gustado es que las primeras palabras de Robin sean sobre sus perseguidores; Robin y su "Quiero vivir" siempre han sido el ejemplo más claro de lo que dependen los unos de los otros de los miembros de la banda mientras están solos. Robin esta en peligro hasta que no se encuentre rodeada por sus nakamas.
La nueva apariencia de Robin y Nami son sin duda lo que ha dado fuerzas a Sanji durante su larga estancia en el infierno okama. El cocinero es lo más parecido a un elemento narrador en este capítulo, llevándonos hasta Shakky y Rayleigh y sabiendo de boca de estos el orden de llegada y los paraderos de los nakamas, así como conociendo también la odisea de Duval... hasta que el recuerdo de Nami le hace olvidar cualquier otra cosa (en este sentido Oda, para variar, nos da largas y no nos dice que pasó con Kuma y el Sunny (aunque sepamos que este está intacto)). Sanji sigue siendo uno de los cerebros de la banda y nos coloca un poco en escena, pero al contrario que Robin es un cerebro muy facilmente desestabilizable... y más aún ahora después de dos años entre okamas. Su radar de mujeres, su despedida de los okamas y su sorprendente cambio de flequillo (ahora sabemos porque ocultaba ese ojo... pero eso no hace sino hacer que nos preguntemos por qué ahora oculta el otro) son sencillamente hilarantes.
Franky, cuyo cambio es el más bestia de todos (quiero pensar que el tanque que es ahora es una muñeca rusa y en algún lugar de su interior estará su tupé), y Zoro quedan para el siguiente capítulo. Habiendose confirmado aparentemente ya que Zoro no ha podido cumplir su eterno sueño de amputarse un miembro, espero que el retraso sea motivado simplemente por la emotividad de que sea el primero en reencontrarse con Luffy.
Nada más, pero también nada menos. Capítulo de presentación para mostrar los nuevos looks de la banda, apariciones molonas y la gran e inconfundible comedia absurda y al mismo tiempo logica propia de este mundo, pero en la viñeta final Oda ya nos recuerda otro de los grandes rasgos de la serie y ese es su vertiginoso ritmo y la densidad de sus capítulos. Comedia, presentaciones, reuniones emotivas... y una Marina que ya se está movilizando, y es que Oda es capaz de querer retomar la serie a lo bestia y darnos una Buster Call para comprobar las nuevas habilidades de la banda. Afortunadamente sólo tendremos que esperar una semana para ver el siguiente capítulo.
Afortunadamente, One Piece ha vuelto.