Homo homini lupus est

Spartacus

¿El espectaculo de "Gladiator" con las virtudes visuales de "300"? Es una pregunta que hace unos años alguién tuvo que hacerse, y seguramente en esos instantes Júpiter no le iluminó con una visión clara de su idea, pero las musas le dijeron que sin lugar a dudas iba a ser un divertimento que conseguiría el favor del pueblo. Así pues, pusose manos a la obra y decidiose por seleccionar como historia la inmortal leyenda de Espartaco y su rebelión de esclavos que los maestros Kubrick y Douglas instauraran en la memoria de todas las gentes medio siglo atras ya. Tales fueron las circunstancias que determinaron el nacimiento de esta serie que, humildemente, pretendo reseñar el día de hoy.
No es este un espectaculo que pretenda instruir a nadie sobre lecciones de historia, pues narra sucesos por todos ya conocidos (y aprovechase de ello en su justo beneficio consiguiendo acaparar la atención de cualquier espectador aunque sólo sea por unos instantes). Este espectaculo, como el grandioso Circo en el que se ambienta no persigue otro fin que el de entretener al pueblo y hacer que durante unas horas se obligue de sus quehaceres y preocupaciones diarias.
Es es un espectaculo argumentalmente débil, mas tiene un ritmo que parece calzar las sandalias del mismo Apollo pues en cada capítulo vemos ante nuestros ojos el desarrollo de acontecimientos impresionantes y sorprendentes, dignos en ocasiones de un primus a pesar de ofertarse en los episodios predecesores del rocio. Alberga en sus líneas no pocas trampas primorosas, pues ni los mismos dioses parecen estar protegidos de los más terribles sucesos -en ocasiones excesivos en demasia- que surgen de las plumas de los escribas. Posee también unos protagonistas carismáticos que capturan el corazón del espectador (ese Doctore o Domine son titanes que sobreviviran mil y un años y aún más), más también es justo decir que el desarrollo de Espartaco en si es una oda a la incongruencia en ocasiones, y que ni el protagonista ni su rival me parecen estar protagonizados por actores dignos de tales honores (en el caso del primero me parece que le falta presencia, mientras que en el segundo no puedo evitar tener su imagen ligada a la ese gran Simbad que se enfrentó al Minotauro (si el lector está familiarizado con la indudable calidad de los entretenimientos fabricados por la Casa de Syfy convendrá que estos dejan una impronta imborrable en la memoria)).
Mas historia poco importa en esta fiesta de sangre, sexo y excesos en honor al Dios Audiencia. Espartaco no es otra cosa que un baño de sangre donde todo tipo de golpes, cortes y mutilaciones se entrecruzan con todo tipo de indecentes actos de dormitorio y donde hasta las sombras de los desleales esclavos conspiran entre y contra ellas. Momentos en el que el tiempo se relentiza o acelera como si Jupiter lo ordenara enmarcan las acciones de unos sudorosos hombres que llevan a cabo la nada fácil tarea de emular al mismísimo Marte propiciando la muerte de todos aquellos que les rodean para el extasis del pueblo. Reflejo del lado más oscuro y salvaje que los bárbaros -y los no tan bárbaros- proporcionaban a la noble y excelsa Roma, es una serie que puede ser demasiado carnal para jovenes inmaculados que aún no han comprendido la realidad del duro mundo en el que vivimos para gloria de los Dioses.