No todos los kraken vienen de las Islas de Hierro

One Piece 636 - El general de la Tierra del Futuro

Oda lo está haciendo bien. En un momento dado la saga parecía ir cuesta abajo, lastrada por demasiados elementos extraños. Pero Oda es un maestro y nuevamente nos muestra que sabe de esto mucho más que nosotros. Este es un capítulo en el que Oda va recomponiendo la saga y la serie, dando coherencia y sentido a cosas que hasta el momento parecían extrañas. Pero no es menos cierto que esta es una saga "rara".
Hodi y cia no son rival, no tenían carisma ninguno y todo parecía apuntar a que Oda se iba a sacar una incongruencia de las antológicas con ellas. De momento no es así. Hodi y los suyos no les sirven a la banda ni para entrenar. Zoro cortó a Hodi bajo el agua... ahora hemos visto como Ikaros y Dosum son salvajemente apartados por Zoro y Sanji; Luffy ni se inmuta, el sencillamente le da un señor golpe a Hodi. Mientras, el arca de Noe se acerca lenta pero implacablemente. Sea lo que sea lo que va a pasar en esta saga, es este barco tamaño Australia lo que lo va a desencadenar... y entonces la banda estará seguramente en problemas por una razón o por otra. Pero mientras tanto queda disfrutar de la banda apalizar a unos cuantos tritones. Después de lo de Kizaru, Magellan y Marineford en cierta manera la serie lo necesitaba; necesitaba una saga donde la banda fardara y se molara lo que no esta escrito... y si es contra villanos inútiles y aborrecibles mejor. Todo eso Oda lo sabe.
Ahora bien, dejando de lado las sobradas de Zoro y Sanji contra lo que se supone que son generales de Hodi, o la del propio Luffy contra Hodi, las exhibiciones de Nami y Usopp (ya de Franky ni voy a hablar porque sencillamente no encontraría palabras a la altura), hay dos personajes que creo que salen muy beneficiados del episodio: Chopper y Surume.
Lo primero que Oda soluciona es un fallo de concepto que Chopper arrastraba desde su presentación: las Rumble Ball. En su momento supongo que Oda las introdujo para controlar al reno. Las rumble ball le daban fuerzas y habilidades poderosísimas, pero durante 3 minutos. Perfecto, por un lado justificaba que fuera a luchar con la banda, por el otro limitaba su fuerza para que no fuera muy poderoso y que sus combates fueran más cómicos y estratégicos. El problema radica en que es algo que pronto se quedó obsoleto. Una batalla larga facilmente podía durar esos 3 minutos, ya ni hablar de las clásicas batallas contra una legión de marines o piratas que suele llevar a cabo la banda. Las rumble ball pronto se mostraron demasiado limitadoras. En la Torre de la Justicia llegaron a su límite, veíamos que las habilidades de Chopper, como las de toda la banda, ya no eran superiores a las de sus enemigos. Los limitadores estuvieron a punto de costarle muy caro a la banda y se vio que la banda tenía que crecer, como dijo Zoro "ya no estaban jugando a los piratas"... una lección que aprendieron muy bien en Shabody. La banda tenía que dejar atrás todas sus limitaciones y preparase de verdad para conquistar el mundo. Eso, en el caso de Chopper, significaba más y mejores transformaciones... pero sobre todo dejar atrás el límite de tres minutos. Lucci y el resto de CP9 abrieron las puertas mostrando las posibilidades que daban las Zoan al ser controladas de verdad, así que Chopper no tenía excusa. Oda nos lo presenta ahora sin esa limitación y con transformaciones más poderosas. A espera de ver el nuevo Chopperstein (lo lógico es pensar que será esa la transformación para la que aún necesite rumble ball), hay ganas también de ver su transformación "humana" avanzada.
El otro punto que Oda soluciona es una de las grandes incoherencias de la saga: Surume. Me encanta como Oda cuida los personajes secundarios (aunque en el caso de Surume es discutible su condición de secundario) y no deja que su coherencia se ahoge entre la banda y la trama principal. No es la suya una gran historia, y se puede acusar a Oda de tirar a lo fácil citando a un hermano protector ante Luffy, pero la historia funciona y explica tanto la actitud de Surume como el hecho de que estuviera supeditado a Hodi Jones. Surume se nos presentó como un monstruo todopoderoso, una leyenda viva. Luffy lo domó con un megapuñetazo antológico... pero el barco de Cariboo ya vimos que duró poco o nada contra él (y no dejaba de llevar un par de tipos de 200 millones). Pero Surume no sólo obedecía a Hodi, sino que incluso a Hammond. Se supone que para domar un animal hay que ser más fuerte que él, vale que Arlong fuera más fuerte que Mohmoo (porque lo era y mucho), pero Surume es mucho más grande que las bestias normales y que Neptuno o Jimbe pudieran domarlo... vale, ¿pero Hodi?. Ahora tenemos una explicación lógica. Y es una buena explicación, porque hasta soluciona el problema de que Surume fuera un asesino sanguinario pero con la banda pusiera caras simpáticas... ahora vemos que es sencillamente un buen pulpito coaccionado, otra víctima de Hody que seguramente tendrá un buen número de hermanos pequeños a los que le será imposible proteger todo el tiempo.
Como siempre en One Piece, y es algo que me parece que se ha hecho aún más patente en esta saga, es imposible adivinar que va a pasar en el siguiente capítulo. Particularmente me gustaría que Zeo y Hyouzuu, los dos tritones que no han sido todavía "apaleados" recibieran su ración de hostias a manos de Robin y Brook... pero el arca parece que se acerca, Hodi tendra que hacer algo, Cariboo sigue por ahí y... no se, sigo esperando descubrir que Garp y Sengoku habían hecho un viaje de jubilados a la isla. Lo único que parece seguro es que habrá una portada para Kureha... que no voy a mencionar a cierto pirata que pasó por el Baratie, pero me toca la moral tener una portada para Kureha, otra para Dalton e incluso una para Wapol y que Nojiko saliera apiñada con cuarenta personajes más.