miércoles, febrero 22, 2012

Luchando contra una herencia maldita

Rosario to Vampire II (capítulo 50)

La segunda parte de las aventuras de Moka y cía alcanza el medio centenar de episodios, superando así ya en una decena la longevidad de su primera entrega (ver reseña). El resultado es extrañamente satisfactorio.
La premisa original de la serie de comedia echii hace ya bastante que dio paso a una más enfocada hacia la acción, y esa directriz se ha visto reforzada en esta segunda temporada donde el hilo argumental resulta mucho mejor definido. El echii sigue estando ahí porque no deja de ser parte de la esencia de la serie -y porque aproximadamente 3/4 partes del reparto son tías que van tras el prota, eso no se puede negar-, pero tiene una importancia mucho menor de la que se podía esperar en una serie de estas características. A su manera, la serie ha evolucionado más hacia el drama y la acción que hacia la comedia y el echii... lo cual no deja de ser raro.
En la primera temporada la trama principal se antojaba algo rara al cambiar de comedia muy ligera a shonnen clásico, en esta el enfoque ha sido ese desde el principio y se profundiza más en los monstruos legendarios a la par que se presenta a una gran organización de villanos como enemigos principales. Sigue siendo algo forzado que el protagonista, que no dejaba de ser un humano en sus inicios, se enfrente a tantas bestias pardas... pero entre la sangre de la estirpe de Mokka y algún que otro experimento más o menos esta bien resuelto. Chirría más el papel de algunas secundarias, que al principio estaban para lo que estaban y que han tenido que ser reconvertidas a luchadoras... pero aquí el autor también ha salido mejor parado de lo que esperaba (incluso Kurumu-chan ha resultado poderosa a su manera).
La carga dramática de los personajes no es que sea la octava maravilla del mundo, pero da menos vergüenza ajena de la que uno se esperaba al empezar esta serie. Si bien la pareja protagonista nunca me ha entusiasmado, las hermanas de Mokka están bien presentadas, Kurumu esta sorprendentemente bien desarrollada, Mizore tiene un arco sorprendentemente bueno, y Rubi sencillamente roba todas las escenas en las que sale... con la brujita y Kokoa no se puede hacer nada.
El dibujo del autor ha acabado derivando a un estilo muy "Obata" en escenarios y personajes másculinos (en los femeninos tira menos de angulos rectos por razones obvias y alcanza un nivel mucho mejor y más regular que el de su primera parte) . En ocasiones algún encuadre es mejorable y la sensación de movimiento no termina de estar bien reflejada, pero en líneas generales tiene un dibujo notable.
La narrativa cambia con respecto a la primera temporada, teniendo ahora una línea argumental continua y definida. Hay algún mini-arco, pero la historia principal es tan clara que dudo que cuando acaben con el arco argumental actual puedan alargar de una forma eficaz la serie. Los capítulos son de unas 30 páginas y la historia o las batallas siempre avanzan de una forma u otra en ellos, no habiendo apenas sensación de relleno (algo siempre particularmente irritante en las series mensuales). Sigue habiendo algo de echii y humor, pero normalmente no suelen ir asociados y no insultan demasiado a la inteligencia del lector. La trama y el desarrollo de personajes priman, y aqui la serie sorprende con unas historias bastante potables y algunos giros argumentales que hacen que la serie -y esto es muy de agradecer- consiga sorprender al lector con bastante frecuencia.

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