Con el final de la trilogía de Zenithia alcanzo mi quinto Dragon Quest finalizado. Y los cinco son más o menos lo mismo con la salvedad del IX, que precisamente me parece el más flojo. El VII caerá tan pronto como alcance tierras europeas... en el caso del X ya sin embargo me esperare bastante a ver la respuesta del público. Cinco juegos he jugado, y los cinco son parecidos... pero eso es una virtud cuando el estilo me gusta.
La saga Dragon Quest va enriqueciendo poco a poco su juego, puliendo las virtudes anteriores (el sistema de reclutamiento de monstruos no es tan excesivo como en el quinto juego) y añadiendo pequeñas ideas nuevas (este juego, por ejemplo, presenta el sistema de clases, que en las siguientes entregas tomaría más y más fuerza), pero la base jugable es siempre la misma. Un argumento sencillo (pero siempre cuidado) y un sistema de batallas por turnos tremendamente clásico. Por mucho que se critique en estos tiempos, a mi el rol por turnos me sigue gustando. No es frenético, pero eso no quita que sea emocionante, y añade un plus de estrategia que siempre me ha encantado.
El sistema de batalla de los Dragon Quest es muy simple, con sus ataques, sus magias -de todos los tipos-, sus defensas, sus habilidades pasivas (que cobran protagonismo poco a poco conforme avanza la serie), sus atributos y sus equipamientos. No hay mucho más... pero sobra. La inteligencia artificial de los enemigos no siempre es la mejor, pero tampoco uno puede limitarse a pulsar el botón de acción para ganar los combates. Este es un RPG de desgaste. No me parece que sea demasiado difícil (salvo el monstruo final, con el que de repente la dificultad se dispara), pero también dista mucho de ser un paseo. La saga siempre ha tenido una buena dificultad, y esta entrega no es la excepción. Es un juego que resulta gratificante terminar.
La novedad de este Dragon Quest son las clases, o más bien el poder cambiar de ellas. Cada personaje (tenemos seis, más luego varios monstruos que podemos reclutar pero que no están tan presentes como en la entrega anterior) puede elegir una o varias clases y progresar en ellas hasta un máximo de 8 categorías (aunque para desarrollar una segunda vocación hemos de descartar la primera (cuyas habilidades no obstante ya habremos conseguido, y a la cual podremos recurrir en cualquier momento)), considerándose entonces que la ha completado. Conforme avancemos iremos consiguiendo habilidades, y finalmente al dominar una vocación por completo adquiriremos alguna habilidad pasiva. Sobra decir que cada vocación tiene unas estadísticas distintas, siendo por ejemplo los atributos de ataque y defensa de un guerrero mucho mayores que los de un sabio, pero teniendo este mucha más sabiduría. En este punto, no obstante, he de decir que no me ha terminado de gustar la implementación de estos oficios, quizás requieren demasiada experiencia para dominarse... y además confieren demasiadas habilidades y nuestros personajes acaban demasiado dopados de habilidades. En este sentido siempre he preferido unas clases más cerradas, creo que permiten a los diseñadores del juego presentar también unos escenarios mejor preparados, mientras que con tantas posibilidades para el jugador han de verse obligados a algo más genérico.
El sistema de clases es abierto, y abierto es el juego. Creo que este es el Dragon Quest menos lineal que he jugado. Suele ser una saga bastante cuadrículada, pero aquí se nos presentan dos mundos entre los que hemos ir viajando y que repercuten cada uno en el otro. Los dos mundos son bastante grandes y además no siempre se nos guía de una forma muy directa, siendo la exploración importante y habiendo mucho que explorar. Cada una de las tres entregas de esta saga tiene una narrativa sorprendente y original, y en este juego se optó por un par de mundos, uno real y uno de los sueños, donde veremos a diversos secundarios en diversos tiempos y experiencias.
La historia no es nada del otro mundo, eso esta claro, pero cumple de sobra y esta plagada de pequeños grandes momentos con simpáticos y memorables secundarios y una media docena de protagonistas que, debido a su pequeño número son desarrollados a la perfección.
A nivel técnico poco se puede decir, continua el estilo de sus predecesores con simpáticos sprites retro moviéndose sobre coloridos escenarios tridimensionales y batallas en primera persona. Las animaciones se valen de los sprites y no hay apenas videos. Los diseños de personajes de Toriyama se me antojan repetitivos en esta entrega como en pocos, pero a su favor he decir que el diseño de monstruos es bastante variado para lo que son los canones de la serie. La música, notable. El control, simple, pero no por ello no digno de ser mencionado. La localización es muy simpática, siguiendo esa tradición de muchas distribuidoras de utilizar los distintos dialectos del castellano.
¿Recomendable? Bueno, sí, pero con matices. Si a uno le gustan los Dragon Quest... este juego le gustara, si no le gustan... este tampoco será el que le haga cambiar de opinión. Si no conoce la franquicia, pues es un juego largo y algo difícil, pero creo sinceramente que también divertido y accesible y que es un perfecto ejemplo de lo que esta serie ofrece.
Yo he llegado a la conclusión de que no me gustan los DQ. EL VIII lo disfruté un montón. El IV bastante. El V no porque lo acabé por inercia. El IX lo dejé incompleto cerca del final. El VI lo dejé incompleto hacia la mitad del juego. Cada DQ que juego lo disfruto menos que el anterior. Se ve que el primero que jugué me moló mucho por la novedad y luego cada vez menos, así que el VII cuando salga para 3DS se quedará en la tienda.
ResponderEliminarJe, recuerdo tus comentarios en anteriores entradas sobre la saga.
ResponderEliminarY si, viendo lo que dices... yo no los tocaría ya. Es una saga a la que se le exige ser continuista (aunque el X será raro con eso de hacerlo online). Visto uno... vistos todos. Y si te se hace pesado... pues yo te diría que al menos te esperaras unos cuantos años antes de volver a tocar uno
Menuda maratón de juegos de Dragon Quest que llevas ya. Haces bien en dosificarla en el tiempo.
ResponderEliminarAunque todos son parecidos plasmas muy bien en tus reseñas lo matices que los diferencia.
El VII promete bastante y del X espero mucho...pero ya veremos qué tal va opinando la gente.
Hombre, los he ido jugando a lo largo de un lustro, tampoco es que haya sido un no parar...
ResponderEliminarEn general, con las franquicias, creo que al menos hay que dejar pasar un año entre juego y juego para que no se hagan muy repetitivas, sobre todo con las de rol que tienden a ser muy continuistas (los Tales, Finals, Shin Megamis, Fire Emblem son todos muy parecidos, es innegable).
Yo espero más -o mejor dicho, lo mismo- del VII... el X no me inspira demasiada confianza, me parece que se va a potenciar todo lo que tenía el IX que no me gustaba demasiado.
Sin duda son el género de videojuego que mejor envejece. Aún es disdrutable una buena partida a un Soleil, Story of Thor o Phantasy Star de la olvidada Sega MegaDrive.
ResponderEliminarPara un buen RPG el hecho de que sea continuista, gráficamente justito y repetitivo no es ningún inconveniente e incluso una virtud porque como bien comentas el IX de gusto cuestionable ya que yo ya disfrutaba con las entregas "calcadas".
Yo me lo pasé hace ya meses y la última parte se me hizo pesadísima y muy liosa con lo de cambiar de mundo constantemente. Con todo me parece el mejor de los 3 remakes de la DS.
ResponderEliminarA pesar de que me gustan, me cuesta lo mío engancharme a un DQ. El IX lo dejé a la mitad por coñazo. Llevar 3 compañeros creados por tí como autómatas sin vida, pues oye...
Bassdrum D. Txema, estos DQ sin ir más lejos tienen cerca de 20 años, y las entregas antiguas de FF son mejores que las modernas XD.
ResponderEliminarCiertamente es un género que envejece bastante bien, aunque no se si el mejor... los grandes plataformas clásicos también sobreviven bien (ya ni hablar de los puzles)
Kururin, extrañamente, creo que este juego es demasiado "libre", es relativamente poco guiado para lo habitual en el género. El final puede hacerse largo, pero creo que es dificil que no sea así en un juego tan repetitivo... a mi me costo porque llegue bajo de nivel al último monstruo y me mató de mala manera (tuve que tirarme unos días cazando reyes limometálicos XD).
El IX es que, directamente, tiene una parte de historia horrible. Luego, una vez pasado, mejora... es curioso.