Infinite Stratos era un anime normalito (ver reseña). No inventaba nada, pero me gustaban los combates y luego presentaba un harem medio inocentón con un protagonista adorablemente obtuso y un quintento de simpáticas chicas. Es un anime del que siempre he guardado un buen recuerdo. Es una chorrada y lo sé, pero me entretuvo, que le vamos a hacer.
Así pues, secuela. ¿Qué se puede hacer en la secuela de una serie tan normalita? Historia hay, la franquicia se basa en unas novelas que continúan publicándose y todo eso... pero vamos, la historia no deja de ser una soberana chorrada. Uno en esta serie quiere ver comedia romántica echii llena de malentendidos y de tortazos finales al tontorrón del protagonista en la mejor tradición de Love Hina. Podemos decir que un 25% del minutaje de la serie se basa en la historia (tiene valor además que el episodio se note horriblemente montado y precipitado por una alarmante falta de minutos) y el otro 75% en el harem-echii del bueno de Orimura-kun con argumentos tan sutiles como el darle al protagonista una fiesta de cumpleaños fanservicera, enseñar a cocinar a la clásica asesina de alimentos de estas series o -en un episodio que hay que decir que tiene su mérito por parte de los guionistas- hacer que a la tía que viste la falda más corta de la serie en un episodio una extraña anomalía haga que le desaparezcan todas las bragas que se ponen ¿?
Sobra decir que si la primera temporada era una chorrada, esta lo sigue siendo, y más todavía. Pero con unos combates que tiran demasiado de ordenador y una comedía que parecía explotada, si esta serie sobrevive es por un motivo muy simple...
Teníamos a la amiga de la infancia protagonista (aunque con un protagonismo sorprendentemente pequeño), teníamos a la "ojou-sama", teníamos a la yandere (no se si sería correcto llamar a Laura así), teníamos a la trap y teníamos a una china con coletas que todavía no se que arquetipo era. Pero nos faltaba el personaje clave para este tipo de series, el personaje al que cuando el autor no sabe que hacer siempre puede recurrir. Sí, nos faltaba la cabrona. Tatenashi sostiene ella sola esta segunda temporada y le roba a Char el puesto de chica de la serie con una facilidad pasmosa. Presidenta del colegio, heredera de un linaje importante, luchadora más fuerte y protectora del protagonismo pero, por encima de todo, tía cachonda que se entretiene puteando y provocando al protagonista y que no duda en ponerse un naked apron o organizar un concurso de princesas con el resto de las chicas de la serie. Deudora de Kitsune de Love Hina o Nabiki de Ranma, personajes como este siempre te alegran el día.
La serie ha estado entretenida, pero me ha parecido peor que la anterior, y el harem se esta haciendo demasiado grande, creo que como minimo Rin sobraba.
ResponderEliminarPor cierto, ¿Has visto Space Battleship Yamato 2199? Es un ramke de la serie clasica, la estoy viendo ahora mismo y me parece mentira que haya pasado tan desapercibida siendo una de las mejores series del año.
Rin es que no ha pintado nunca demasiado, es un personaje... raro.
ResponderEliminarYamato es de las que tengo apuntadas, pero no la he visto.
Este era de los animes basados en novela ligera cuando estaba de moda las típicas tramas sobre "el único chico en una escuela de solo chicas" o de "escuelas mágicas" en general antes de que invadiera el isekai la diferencia es que de estas Jamas salio NADA sobresaliente pese a lo que uno pueda pensar ya que el isekai al menos en novelas se ha visto más variedad y cosas realmente buenas como mushoku tensei y world teacher lastima que solo escogen la peor basura para adaptar :/
ResponderEliminarBueno, como entretenimiento son pasables...
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