A principios de año pude ver "12 hombres sin piedad", una película que tenía bastantes ganas de ver. Suelo reseñar todo lo que veo, pero con las películas clásicas me da pereza y me gusta usar la reseña del blog como excusa para montarme marathones o ciclos de películas clásicas que no he visto. Esta ha sido una de esas ocasiones. Así pues, la reseña de tres películas que enaltecen la honradez y la dignidad de las personas, películas de las que te reconcilían con los valores humanos más tradicionales y te hacen pensar que quizás los hombres no somos tan malos después de todo.
12 hombres sin piedad
Esta es una película que me resulta difícil reseñar. Es una buena película, eso es indudable, pero es también una película muy tramposa. La película tiene muchas cosas que me encantan, muchas cosas que me parecen muy bien hechas, pero la idea subyacente, la moraleja, no termina de gustarme.
La película nos traslada a la sala de un jurado, y no nos saca de ahí a efectos prácticos. Durante hora y media vemos lo que serían aproximadamente unas tres horas de deliberación de los 12 jurados. El veredicto parece claro al principio, pero uno de los jurados se opone a él y poco a poco van rebatiendo las diversas pruebas y acusaciones principales al mismo tiempo que las personalidades de los 12 hombres van saliendo a la luz y se ve como cada uno de ellos afronta la responsabilidad de decidir el destino de una persona.
Es una buena película clásica, eso significa buen guión, buen ritmo y buenos actores. La película es una adaptación de una película de televisión y tiene un carácter muy teatral al ser toda la acción continua en una misma habitación y ser casi continua en su desarrollo. Los testimonios/pruebas se van desgranando poco a poco ayudando a mantener la intriga y el suspense, mientras que los conflictos entre los personajes son los que van aumentando poco a poco la tensión. Es una película de corte sobrio, sin apenas ningún artificio que distraiga de su contenido.
Ahora bien, tengo que decir que no me gusta el fondo en toda su extensión. La famosa “duda razonable” de los juicios me parece llevada al extremo. A efectos prácticos todas las pruebas de un juicio son circunstanciales, y nunca se puede estar al 100% seguro de nada. Conozco la frase de que es más terrible que un hombre inocente vaya a la cárcel que el hecho de que un culpable esté en la calle y creo en la presunción de inocencia, pero en algunos casos me resulta ridículo como se rebaten todas las pruebas de una forma tan exagerada… si fuera una única prueba no pondría pegas, pero en esta película acaban rebatiendo una media docena, y entiendo la duda en cada una de ellas, pero creo que el conjunto de todas apuntaba a un único veredicto posible.
La película es un canto tan grande al idealismo que creo que acaba desvirtuándose a si misma.
Caballero sin espada.
Me veo obligado a reconocer que conocí esta película por los Simpsons, pero eso no quita que desde que ví aquel episodio con un perro maligno y Mel Gibson siempre he querido ver esta película. Esperaba ver la lucha desesperada de un idealista, un caballero sin espada como me parece brillantemente la tradujeron en España. Y eso es lo que es.
El punto de partida es casi ridículo. Jefferson Smith es un guardabosques que de repente se encuentra en el congreso de los EEUU como mero figurante, con la simple y casi ridícula propuesta de montar un campamento infantil para niños pobres en el que instruirlos en los valores más patrióticos de la nación. Es un idealista en el sentido más clásico de la palabra, un pobre buen hombre soñador e ingenuo que de repente se encuentra en el mayor centro de corrupción del mundo. La película es una oda al patriotismo con símbolos de Washington a diestro y siniestro y una banda sonora compuesta por barras y estrellas y poco más. El señor Smith va a Washington, lugar que considera la capital de la libertad y descubre la terrible realidad que allí se ha instaurado, y está a punto de ser quebrado, pero al final se alza con toda su dignidad y entereza para denunciar lo que allí ve con una de las secuencias más prodigiosas y maravillosas que creo que se han podido ver en la historia del cine.
Es una película de Frank Capra, y eso significa optimismo. Tiene sus momentos de comedia y tiene su romance, pero es también bastante oscura en algunos momentos y no deja de sorprenderme que una película tan dura contra el congreso fuera filmada a finales de los 30... con toda la la crisis en la retina de los americanos y la II Guerra Mundial a sus puertas. Los americanos sin duda son muy hábiles al centralizar sus mensajes patrióticos en sus habitantes y no en el país en sí.
El ritmo de la película es sorprendentemente ágil y bueno. El guión desarrolla bien los personajes, el drama creciente del protagonista y también el romance. La dirección es clásica, y todo sucede en apenas un par de escenarios. Jimmy Stewart sencillamente tiene uno de esos papeles que es un regalo para cualquier actor, su buen hacer eleva a Jefferson Smith al nivel de clásico en el sentido más estricto de la palabra.
Descubrí esta película hace años en el programa de Garci, me encantó entonces y me ha encantado en su revisionado. No soy católico, tampoco monarquico, así que verdaderamente la trama no podía importarme menos... pero los británicos saben montar muy bien sus grandes discursos teatrales, y cada línea de Tomás Moro es sencillamente memorable.
El rey Enrique VIII tiene un problema, y es que no tiene un Enrique IX que le suceda. Catalina de Aragón no le da un retoño varón e Inglaterra necesita un sucesor de la estirpe de los Tudor. Enrique ha puesto sus ojos en Ana Bolena, pero necesita para casarse una anulación papal, anulación que el Papa no parece estar muy dispuesto a darle... así que Enrique funda su propia iglesia en la que él es el máximo representante de Dios. Tomas Moro, su consejero, no dice nada ante ello. Tomas es un abogado de férreas convicciones católicas que se debate entre su Dios y su rey y amigo. Tomas Moro ha sido durante años la conciencia del reino, un hombre de cuya rectitud e integridad nadie duda, y el hecho de que no reconozca la legitimidad de la nueva iglesia es un duro golpe a esta. Así pues, la nobleza y los tribunales de las islas tratan de convencerle o forzarle, o en su defecto de desautorizar su moral. La película es la lucha de Tomas Moro contra ellos.
En algún momento puede parecer que la película omita algunos puntos, pero no deja de reflejar en 2 horas varios años de la vida de un hombre, y la película se preocupa más que de por los hechos históricos por reflejar la conducta y las palabras de este santo de varias religiones. La estructura de la película suele centrarse en unas pocas escenas largas que denotan origen teatral. La banda sonora es bastante escueta y el montaje es bastante clásico. Hay algunos primeros planos, pero predominan los medios y largos, donde los actores tienen mucha más cancha para expresarse corporalmente mientras dan una lección de oratoria con sus discursos grandilocuentes.
Estas películas son muy complejas y evidentemente poco reseñables. Hace poco vi Caballero sin espada y me pareció una muy buena cinta. De primeras no la entendí y la tuve que volver a ver. Muy buenas películas has seleccionado. Te felicito.
ResponderEliminarCada vez que oigo Caballero sin Espada, me acuerdo del "remake" de Mel Gibson en Los Simpon con "Los que estén a favor gritad muerte" xDDDD
ResponderEliminarXD Esta gran reseña ha sido eclipsada por el momemto de Mel Gibson, Homer Simpson y el perro siniestro. Uff. Cuantas pelis habré visto gracias a las ideas de Matt Groening.
ResponderEliminarDe las tres peliculas solo he visto Caballero sin espada (enorme Stewart) y tomo nota de las otras. El cine inteligente bien hecho es necesario.
Yo también soy del grupo que descubrió 'Caballero sin Espada' gracias a los Simpsons.
ResponderEliminarLa de '12 Hombres sin Piedad' la descubrí en un episodio de Cosas de Casa, allí sólo había una prueba que Urkel consiguió rebatir demostrando que era falsa, no varias.
Oconowocc, a mi Caballero me pareció sorprendentemente accesible, creo que ha envejecido muy bien.
ResponderEliminarJesús T. chusetto, en ese episodio para mi Los Simpsons ya estaban en su cuesta abajo... pero aún fuera de su mejor momento seguían sacando grandes momentos como ese.
Bassdrum D. Txema, a mi me gusta cuando comienzan a caminar a cámara rápida... algo que también pasa en Megapiraña XD
Anonimatus, en su día veía Cosas de casa... pero no me acuerdo de aquella escena, aunque por entonces mi cultura cinéfila no era demasiado grande.