Nación pertenece a la época madura de Pratchett, su mejor época. En la primera década de este siglo vimos las mejores novelas de Mundodisco, las más inspiradas, las más globales, las más divertidas. Pratchett encontró entonces el equilibrio natural entre su mundo de fantasía y su crítica de la sociedad moderna. En los últimos años, no obstante, las peripecias sobre la gran tortuga mostraban evidentes síntomas de agotamiento, demasiadas novelas sobre los mismos personajes.
“Perillan” (ver reseña), siendo una novela que podría perfectamente haberse ubicado en Ankh-Morpork, tenía cierta frescura. Esta “Nación” es mejor aún, existe cierta reflexión sobre la cultura británica y el imperialismo, pero es una novela que va más allá y que arroja su lupa sobre el concepto de nación, la comunicación entre diversas culturas y la existencia de los dioses. Y Pratchett, que en esta novela ya sabía que sufría de alzheimer, se saca de la manga su mejor narrativa. Hay muchas novelas de MundoDisco exquisitamente escritas, pero creo que en esta novela es cuando el inglés alcanza su mayores cotas de lirismo con algunos pasajes prodigiosos. Pratchett domina un estilo en el que trata temas complicados y usa recursos complejos con una facilidad terrible, pero ello lo hace consiguiendo que todo parezca natural; aquí el escritor consigue unas escenas de una poesía y un simbolismo que no son ajenos a su obra, pero que aquí alcanzan uno de sus mayores esplendores.
Además en este libro consigue a dos de sus mejores personajes: Mau y Daphne. El primero es un salvaje que ve el infierno y a partir de ahí comienza a hacerse preguntas de que sentido tienen los Dioses si permiten semejantes horrores, y de ahí Pratchett parte hacia el eterno conflicto entre ciencia y religión con reflexiones sombre ambas (usando un punto de vista no maniqueo ni sectario, respetuoso con ambos planteamientos). Y Daphne es una chica de alta sociedad que se ve perdida en una isla, y aquí el británico afila su pluma contra los condicionamientos sociales y algunos preceptos de las civilizaciones. Naturalmente entre ambos hay algo parecido a un romance, pero es una relación basada en el respeto y en el como cada uno cambia el mundo del otro y le hace crecer, un desarrollo maduro y terriblemente gratificante. Y ambos personajes, así como los secundarios, caen bien, no son sabiondos repelentes o ladrones adorables como suele ser defecto en muchos de los protagonistas de este autor, no son personajes que se note que son protagonistas, son personajes que se transforman en protagonistas por las circunstancias, que es algo muy distinto.
No es la mejor novela de Pratchett, le falta algo del carisma que –por simple herencia de otros libros- tienen algunas de las mejores entregas de MundoDisco. Pero es una novela sólida e inteligente, mucho más sugerente y profunda de lo que podría parecer a priori, y naturalmente está terriblemente bien escrita. Absolutamente recomendable.
La leí hace años así que no la recuerdo del todo bien, pero creo que estoy de acuerdo contigo en que eran buenas ideas pero le faltaba algo de carisma y para mi en aquel entonces le quito puntos por que solo había leído algunas novelas de Mundodisco, principalmente de la Guardia y se me hizo raro el cambio.
ResponderEliminarA mi me pasó un poco lo contrario, habiendo leído casi todo de Mundodisco el cambio se me hace a mejor :)
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