Veo Haikyuu! Y me gusta. Me encanta. Es sumamente divertida y tiene unos personajes muy carismáticos y entrañables (y además tiene a Shimizu-san). Pero no tiene emoción ninguna. Se sabe perfectamente como va a acabar a grandes rasgos. A no ser que la serie se marque un final a lo Slam Dunk... el grupillo protagonista ira acabando con equipos hasta llegar al nivel nacional y entonces, quizás, perder la final o algún otro partido sumamente importante pero ya simbólico... porque el viaje ya estará hecho. Es la maldición de los spokon de instituto de la que ni la mismísima Slam Dunk antes citada pudo escapar. Es la maldición que hará que Souma tenga que acabar con todo el Elite Ten en un año. Porque en los mangas deportivos... el instituto dura 1 año. El rol y el carisma de los sempais es demasiado grande y no se pueden sustituir. No importa que el equipo sea un desastre y que pierda los primeros partidos, los mimbres estarán ahí, como ese par de buenos jugadores que habían dejado el equipo el año anterior por falta de interés, enfermedad de un familiar, necesidad de trabajar como ornitólogos o por proxenetismo. Da igual. Al cabo de 6 meses serán un equipo de la hostia sin suplentes y con grandes carencias que sorprenderá a todos por sus ganas y superara a equipos mucho más versados. Eso es, a grandes rasgos, lo que pasa en cualquier spokon.
Y eso es lo que en Chihayafuru no pasa. Tenemos los tres años del instituto, con un equipo muy débil al principio, reclutado a la fuerza por la carismática protagonista; y un gran bloque al final que quiere perpetuarse como un equipo ganador y estar a la altura de las espectativas de su líder. Y, lo que es mejor, tenemos eso en todos los equipos, con sus motivaciones, sus tradiciones y su poderío. Y con cinco enfrentamientos de uno contra uno, en ocasiones unos pueden cubrir a otros, y en ocasiones no. Y los buenos pueden perder, y no pasa nada. Y sorprende cuando en el segundo año consiguen ganar el campeonato. Y sorprende cuando en el tercero pierden en las semifinales. Y no pasa nada porque ganaran "antes de tiempo" porque aquella victoria estuvo bien justificada, así como está bien desarrollada esta derrota, que incluso dignifica aquella victoria anterior... porque ganar es difícil, pero repetir aún más.
Y hemos visto grandes momentos con todos los secundarios, les hemos visto sufrir y mejorar, les hemos visto sacrificarse... y han perdido. Porque sus rivales han hecho esos mismos sacrificios. Pero lo han dado todo, y el lector lo ha visto y no puede echarles nada en cara. Sencillamente, los otros han sido mejores esta vez.
Habrá otras ocasiones, y no las veremos porque el manga habrá acabado... pero sabemos que estarán ahí, porque Yuki Suetsugu ha narrado a la perfección el buen trabajo hecho por Chihaya.
Y ahora, se acabó el tiempo de los secundarios...
Y ahora, se acabó el tiempo de los secundarios...
He visto las dos temporadas de la serie en estos últimos meses y es, efectivamente, muy buena. El balance de competitividad y superación está logradísimo pero es en los personajes, con sus altos y bajos, filias y fobias, amores y desamores donde conquista por completo. Que se haya tirado por una narrativa más próxima al "slice of life" le permite esquivar con elegancia el culebrón barato, bendita anomalía considerando el target diana.
ResponderEliminarLa comparación con Haikyuu no la encuentro justa. Son deportivos, vale, pero el perfil de sus lectores en poco o nada se asemeja. Haikyuu está supeditado milimétricamente a las normas canónicas del spokon y el margen de maniobra es muy reducido, no olvidemos que su público está ávido de acción y busca identificación inmediata, exaltación del esfuerzo, compañerismo (con todos los lugares comunes, pero menos da una piedra) y demás parafernalia, sin demasiados rodeos. Y que conste que me encanta, está llevada con salero y por encima de un género proclive a la mediocridad. Son series distintas, para dos mercados distintos. Y de edades y expectativas diferentes.
A Kururin: mi pene también es distinto. El arte es el arte. No entiende de mercados, ni excusas, sino solo de emociones. Y las de Chiyahafuru son de una calidad, como acaba de decir el tal Hetero redactor de este blog, que no tienen parangón.
ResponderEliminarAl final, reduciéndolo a lo que importa, no hay serie ganadoras ni perdedoras, solo hay series con una mayor o menor relación entre intensidad/claridad de identificación y significado. Tengo 14 años, mi deporte favorito es el baloncesto, y mi spokon favorito es de léjos Chihayafuru.
Kururin, en el manga si avanzan algo en el culebrón... pero de una forma bastante sólida y coherente, a fin de cuentas la indiferente es Chihaya pero los dos están enamorados perdidamente y algo tienen que hacer.
ResponderEliminarNo pretendía "denigrar" a Haikyuu. Esta es lo que es, como dices, un spokon de libro. Y es tremendamente entretenida y divertida. Sus personajes tienen un carisma brutal y la comedia está por encima de todo... y además el volley es un deporte dinámico, no tiene el lastre de otras series que viven de deportes con marcadores mucho más cortos. Haikyuu, teniendo en cuenta su público potencial, ya hace mucho.
Mai opinion, Kururin no esta desencaminado en su comentario, no me imagino a Haikyuu tomando más riesgos de los que toma, tristemente sería muy posible que la cancelaran.
Creo que Chihayafuru tiene un poco más de margen porque el spokon deportivo no es tan competitivo, y sus vertientes más comerciales son las series pseudo-yaois (como en parte la propia Haikyuu, por cierto) o las comedias románticas. Creo que la autora se dejó abierta ambas puertas al principio de la serie, pero afortunadamente tuvo éxito y pudo hacer una serie mucho más madura y adulta; no se cual será la media de edad de la audiencia de Chihayafuru... pero creo que es relativamente elevada (felicitarte por tus gustos, dicho sea de paso)
Esta señora llamada Yuki Suetsugu, ya no sabes por dónde va a venir. Te esperas algo, y zas, te la clava. Crees que algo va a ser relleno y te mete lo mejor del manga. Tengo muchas ganas de ver a Chihaya contra el gafitas, pero lo que de verdad va a ser gordo va a ser el último camino para Meijin y Queen... al fin y al cabo, es lo que todos estamos esperando desde la primera página del manga.
ResponderEliminarLo malo es que el final ya se vislumbra y no es algo que esté lejos, más allá del horizonte.
Yo si creo que Haikyuu podría aventurarse a mostrar un segundo año del Karasuno. Introducen manager nuevo, luchan contra rivales con potencial pero que están verdes, le empiezan dar más cámara a Yamaguchi y gente de segundo, además a diferencia de Slam Dunk, los de primero y segundo chupan mucho más camara, por ejemplo Sugawara que era uno de los grandes personajes en la primera, se ha visto mucho más relegado en esta segunda parte. Pienso que podrían solventar la pérdida de los senpais. Siendo que en el futuro está shiratorizawa y un par de escuelas de nivel similar o mayor y el final boss que debiese ser Nekoma.
ResponderEliminarSobre Chihaya, ciertamente es un Sopokon diferente porque el deporte en que se basa está muy fuera de los standares, gracias a eso puede ser algo distinto y llevar el género a un nivel más allá.
Jesús T. chusetto, sí, es muy grande ver que el manga no se está eternizando y que nos acercamos día a día al final.
ResponderEliminarYo, fijate, creo que el final debería ser el principio de la partida, la primera lectura de carta y las dos manos volando hacia ella. No necesito saber quien gana, la historia es el camino hacia allí... e incluso diría que podría ser algo anticlimático al ser un enfrentamiento a 5 partidas. Me pasa algo parecido con Ippo, mi final perfecto es el comienzo del combate entre Ippo y Miyata... luego como acabe... da igual.
Darkking91, el que aparezca un rookie de nivel, más papel para los secundarios... y sí, hay algunas escuelas que se ve que tienen madera para varios años, pero el problema es que se irían demasiados sempais, tanto del equipo protagonista -donde tienen un rol relativamente menor- como de todos los rivales, y aquí sería más complicado encontrar sustitutos porque precisamente a todos los habrían derrotado ya y no habría figuras como el tio de Shiratorizawa o el "gran rey".
Y luego esta el sencillo tema del volumen de la serie, los primeros años se alargan tanto que muchas veces es impensable ver un segundo... que tendría que tener más o menos la misma extensión, y eso dispararía la serie hasta los 600 o 700 capítulos. No hay spokon que aguante eso.