Una informática con cierto fetiche por las sirvientas, tras una noche algo excesiva en cuanto a la ingesta de alcohol, va por un descampado y se encuentra una dragona herida por una espada. La informática salva a la dragona y esta, en agradecimiento, decide convertirse en su particular sirvienta. A esta pareja poco a poco se les irán sumando más dragonas antropomórficas que harán más pintoresca la vida de la protagonista inicial mientras tratan de integrarse en el mundo humano.
Admitiendo que el argumento es ligeramente absurdo, esta serie no deja de ser bastante entretenida y disfrutable. Es una de esas series optimistas que te alegran un poco el día con su comedieta ligera y carente de pretensiones. Es un slice of life simpaticón firmado por Kyoani, y eso se traduce también en una animación de escándalo y una dirección muy buena que da lugar a escenas mucho más potentes de lo que uno cabría imaginar de una serie así. La paleta de colores es muy viva y las transformaciones y la magia de los dragones dan para un buen despliege de efectos e imagienería visual que hacen la serie sorprendemente espectacular por momentos. La trama, sin ser nada del otro mundo, da la lugar a una curiosa pareja que desarrolla una extraña y hermosa relación de convivencia, amistad e incluso amor. La serie esta protagonizada por dos chicas y es notable la naturalidad con la que trata la relación entre estas sin apenas ningún componente sexual más allá de alguna ligera coña pero con un matiz yuri in crescendo. Con algunas pequeñas dosis de crítica social, pero mostrando una sociedad bastante idealizada o edulcorada, el humor en sí de la serie es bastante blando y disfrutable (con la excepción de un horrible personaje marcado por el fanservice más absoluto y absurdamente gratuito).
La serie no es redonda, ni mucho menos, pasada la sorpresa inicial y la presentación de personajes se estanca en un humor muy sencillo y repetitivo; la niña acaba robando prácticamente cualquier escena de la serie y eso no deja de ser una mala señal en el fondo. En su segunda mitad la serie cimenta la relación entre las dos protagonistas y vamos viendo como esta cada vez es más sólida y firme; pero este continuo y gradual aumento de la confianza se traduce en que no hay grandes eventos, y a la serie le fallan esos motores dramáticos que han de actuar ocasionalmente para dejar descansar a los protagonistas.
La serie es entretenida, se deja ver bien y sobra decir que visualmente es una gozada habida cuenta del estudio que la firma, y su alocada premisa funciona mucho mejor de lo que uno podría creer, especialmente en unos primeros episodios donde el carisma y la excentricidad de la dragona llenan la pantalla... pero a la serie se le hacen demasiado largos sus 13 episodios y el nivel general decae bastante a partir de la mitad.
Estas series son como "La indomable Kimmie Schmidt" o te gusta o no. Creo que es una cuestión más de gustos y de dejarse llevar para pasar un rato alegre que el buscarle sentido. Efectivamente es siempre lo mismo y puede llegar a aburrir si realmente no te va.
ResponderEliminarEl Yuri no queda entre Kobayashi y Tohru, no olvidemos a Riku y sus corazones jajaja. Kyoani es kyoani y anima de una forma brutal cuando Riku se extasiaba jajaja, yo me partía cada vez que pasaba.
Luego están los gamers aquellos que están fatal también.
La del fanservice, supongo que te refieres a la tuerta. Creo que existe sólo para martirizar al pobre chiquillo jajaja Igual no es tan gratuito. Debo recordarte (igaul no lo había comentado) que en Japón son todas más bien planas, lo sé, he estado allí. Las que no lo son lo esconden. Me di cuenta al pisar un aeropuerto europeo tras dos semanas, de repente todas (las europeas) me parecían pechugonas. Resumiendo: Nos parece una gilipollez, pero es una de esas cosas Japonesas raras como ellos solos.
No sé si viste el final, pero hay una buena pelea entre Tohru y su Padre, pero nada.. mucho dramatismo para fianzar la relación.
Por lo que he visto en internet, hay algún que otro personaje (Iruru) e historia. No es de extrañar que vuelva con una segunda temporada. Si la hace kyoani, por mi de acuerdo. La serie de las trompetas me acabó aburriendo, y no soy fan de ver chicos en bañador.
Tal vez no sea una serie especialmente buena, pero eso no quita que yo la haya disfrutado como un enano. Una de mis favoritas de esa temporada.
ResponderEliminarYa sabía yo que al final publicabas la reseña antes que yo...
ResponderEliminarPoco puedo añadir, yo me lo he pasado muy bien viéndola, su punto de absurdez me encanta y se le acaba cogiendo cariño a los personajes. Lo único que me falla es la "rutina" en la que entra la serie una vez que todos se conocen (buena decisión retrasar al máximo la aparición de Elma, aunque haya quedado un poco aislada respecto al resto de secundarios) y ese último capítulo que ha emborronado por completo la percepción final de la serie. En el manga lo del padre de Tooru se resuelve de una manera más casual y cotidiana, fiel al espíritu de la serie.
Respecto a lo de Lucoa y su "pechonalidad"... Pues qué quieres que te diga, KyoAni ha hecho cosas muchísimo más descaradas, el problema es que la serie es tan blanca que cualquier broma mínimamente picante destaca demasiado. En ese sentido me ha llamado mucho más la atención los escarceos pseudoeróticos de la serie con Kanna, suavizados porque la receptora era la compañera de clase que bebe los vientos por ella. Tal vez no hayan cruzado la línea, pero sí que han estado sobre ella muchas veces.
erGuiri, a mi me gustaba el tono sencillo de la serie, pero en su segunda mitad se me hacían algo largos los episodios, y tenía la sensación de que repetían demasiado los gags cuando tenían muchos secundarios a los que apenas les habían sacado partido; aunque supongo que todo esto lo dejaran para una hipotética segunda temporada, porque por ejemplo de la familia de hechiceros del crío tienen que hablar tarde o temprano.
ResponderEliminarEl yuri con la niña se me hacía... extraño. No me gustaba demasiado lo de la niña loca... prefería las coñas de la frente luminosa del primer episodio XD.
La pechugona es que era demasiado obvio, la idea del personaje en si no me disgustaba... pero es que era siempre exactamente lo mismo, y encima con un niño por ahí que siempre es algo raro.
Setzer, a mi me gustaba sobre todo al principio... eso hacía que hacia la mitad comenzara a decepcionarme bastante por las expectativas que había puesto en ella.
Lechu, je, pues la he puesto la última de la temporada... hasta Julio ya tocan reseñas de series de otras temporadas anteriores.
Elma para mi gusto la introducen demasiado al final, y la inclusión en el grupo queda algo forzada. Es un personaje que podían haber manejado mejor.
El final me parece algo fozado, supongo que tenían que hacer que la prota fuera prota... pero esa parte no me gusta demasiado... aunque sin embargo me encanta como la escena final es Kobayashi llevando a Tooru con su familia.
No se si Kyoani ha hecho cosas más exageradas que Lucua. En las ligth-novel con diseños más "adultos" no suele ser tan exagerado a pesar de que siempre meten una vaca lechera, pero en esta con esos diseños más simpáticos se me hace raro tanto pecho. Como he dicho antes... tampoco soy muy fan de esa obsesión de la frentuda con Kanna XD