La moralidad de los dioses

One Piece - 867 - ¡Feliz cumpleaños!

Excelente capítulo y excelente pasado para Big Mom. Oda termina de presentar los acontecimientos de Elbaf sin contar en verdad nada, e incluso dejando la posibilidad de que veamos a Mountbeard en el futuro. Luego añade un interesante giro de guión con Caramel, convirtiéndola gracias a la fruta alma-alma en una actriz de primera (y explicando de pasa el como una nube y un sol pueden acompañar a Big Mom) y en una grandísima villana y recordando la villanía del Gobierno Mundial al tiempo que hace más sólido el universo de la serie cimentando los Chiper Poll y revelando que Long John fue el primer gigante en entrar en la Marina. Pero todo ello, naturalmente, está al servicio de Linlin. 

El que la madre Caramelo se haya revelado como uno de las mayores cabronas de la serie sirve para suavizar un poco la brutal escena final y le da a todo un toque de extraña justicia poética, pero en verdad no importa demasiado. Es un secreto que Oda revela al lector, una herramienta de su narrativa como todas las frases inocentes que enmarcan de una forma retorcida e irónica una escena tan salvaje. Pero la protagonista de esta historia desconocerá siempre la verdad, y esto no hace si no aumentar su extraña y retorcida tragedia. Linlin es una niña, una niña excepcionalmente fuerte, pero una niña. En un foro en inglés leía que podía ser el equivalente a Aisha en haki de armadura, y encajaría bastante con lo que hemos visto. Habíamos visto a aquel luchador del coliseo que era poco menos que invulnerable a cualquier tipo de daño, un hombre que tenía de nacimiento un haki de armadura increible... pero una persona normal. Linlin parece tener esa misma característica, pero en el cuerpo de un monstruo de la naturaleza, un monstruo que además de rebote consigue una fruta terriblemente poderosa (no llegará a los niveles de Enel y su endiosamiento, pero su disparatado poder tuvo que hacer aún más loca su infancia hasta que comprendiera su naturaleza). Pero esa fuerza desmesurada ha hecho que nunca haya tenido un igual, mucho menos un superior. Nadie la castigo nunca por nada, y ahora vemos incluso que Madre Caramel intentaba comprobar el alcance de su poder para conseguir un precio más alto por ella. La niña nunca tuvo a nadie que le enseñara los conceptos del bien y del mal, podía hacer cualquier cosa y nadie podía castigarla por ello, no al menos explicitamente pues todas las consecuencias de sus actos se presentaban ante ella como actos extraños cuya lógica no alcanzaba a comprender, injusticias de un mundo que siempre parecía estar contra ella. 

Desconoce que fue ella la que mató a su adorado Fallbeard o que se comió a todos sus amigos y a Madre Caramel, vive bajo la impresión de sus amigos desaparecieron inexplicablemente de repente, del mismo modo que sus padres no volvieron nunca o se vio obligada a irse de un Elbaf que era el único lugar en el mundo donde parecía encajar. Big Mom es una niña grande, traumatizada por ser demasiado grande, incapaz de comprender nada del mundo que la rodea porque sencillamente ella es ajena a las leyes de la naturaleza que atan al resto de los personajes. No creo que pueda decirse que sea mala -aunque obviamente es lo opuesto a una heroína-, sencillamente no pueden aplicársele los mismos conceptos de moralidad que a una persona normal, al fin y al cabo la moralidad viene dada por la interacción con la sociedad, y esta interacción en el caso de Linlin ha sido siempre traumática. Big Mom, como todos los grandes personajes de la serie, no deja de ser una soñadora, y lo único que en verdad quiere es volver atrás en el tiempo, a su niñez, cuando creía tener amigos y protectores. La importancia de "la fiesta del té" y la felicidad artificial de cuento de hadas que impera en Totland quedan ahora plenamente justificadas y retratan a un personaje retorcidamente triste que busca una felicidad de la que no se da cuenta que ella misma es su mayor enemiga.