Primera novela de James Ellroy que leo, y probablemente última en mucho tiempo. Tenía algo de curiosidad por este autor, uno de los grandes de la novela negra de nuestros días, pero esta novela me ha parecido bastante flojita. Es una de sus primeras novelas, así que puede entenderse que su estilo no estuviera pulido del todo y que luego mejorase tanto la construcción de sus personajes como la profundidad de sus tramas (y además la edición que he leído tiene una traducción muy deficiente, con algo tan surreal como traducir "coroner" como "coronel"), pero aún a sabiendas de que las críticas ponen muy bien a este autor y es probable que haya escogido una obra menor de su carrera... esta obra no me incita a darle más oportunidades, no al menos antes que muchos otros libros que tengo pensado leer.
La novela esta protagonizada por Lloyd Hopkins, un rudo sargento de Los Ángeles que -a pesar de lo caótico de su vida- tiene una mente privilegiada para perseguir asesinos. Mientras su vida personal se desmorona, las pistas pondrán a Lloyd tras las huellas de un asesino en serie con el que comparte muchas similitudes. El problema de esta novela es que es... demasiado fácil. El trabajo policíaco me parece flojo; Lloyd supuestamente es un genio, pero no da esa sensación durante la novela; su investigación resulta sorprendentemente fácil y en ningún momento encuentra pistas falsas, y cuando se encuentra atrancado por avatares del destino su camino y el del asesino se cruzan. La novela nos presenta a un policía y un asesino obsesionados con proteger la pureza de las mujeres, con muchos puntos en común en el pasado y traumas parecidos... todo ello no tendría porque estar mal, pero el problema radica en que todo acaba siendo demasiado conveniente para el desarrollo de la trama, da la sensación de que al policía le caen las pistas del cielo, y también al asesino cuando comienza un extraño juego siniestro entre ellos.
Los casos de las novelas de Chandler no eran ninguna maravilla, como tampoco parecen serlo los de Hammett... pero en aquellas novelas lo que primaba era dibujar un retrato de la sociedad y todos sus trapos sucios de manos de un hombre tan duro como incorruptible. Ellroy retrata algunas cosas interesantes de su sociedad, con el feminismo, la homosexualidad y el racismo como ejes de muchas de sus tramas, con la prostitución, las drogas y la corrupción como motores de la sociedad... pero se obsesiona con su protagonista, al que quiere hacer mucho más profundo de lo que en verdad es. El autor le regala al protagonista traumas y obsesiones, lo hace un personaje atormentado por su pasado, por sus traumas del pasado, por su obsesión por las mujeres. Pretende ser un personaje con muchos matices y sombras, pero que a la vez es el mejor detective del mundo. Y no termina de funcionar. Es un capullo, alguien que se piensa que sufre mucho más que el resto y que luego no duda en poner en peligro a amigos y amantes, alguien que no valora todo lo que se hace por él a pesar de que tiene un jefe que es un admirador suyo y que le cubre cuando se salta las normas... porque como buen poli duro que es se las tiene que saltar cuando él cree que tiene que hacerlo.
La novela es bastante previsible, tirando de argumentos y formas ya bastante manidos. No es especialmente original, y si bastante pretenciosa. En su recta final es entretenida, y esta escrita de una forma bastante ágil, pero no es una novela pueda recomendar especialmente.
De Ellroy no he leído nada y como nombras a Chandler, aprovecho para comentar que este verano me leí "El largo adiós" por el mismo motivo por el que has leído algo de James Ellroy. Y creo que me va a pasar lo mismo, tardaré en leerme otro libro de él, si es que lo hago.
ResponderEliminarSin embargo, aprovecho para decir que de este estilo me he aficionado a la saga de libros de Michael Connelly sobre el detective Harry Bosch. No me parecen libros espectaculares pero logran atraparme y, a lo tonto, ya me he leído los cuatro primeros (ah, y la serie de televisión de Bosch me está encantando).
"El largo adiós" tiene fama de ser la mejor novela de Chandler... pero la película me pareció muy flojita a pesar de que parece que es considerada una obra maestra del cine melancólico. Después me leí "La dama del lago", que no está mal, pero en la que el personaje de Marlowe pierde algo de fuerza. Me temo que me tira la rama cinéfila y me quedo con el Bogart de "El sueño eterno".
ResponderEliminarMe apunto Michael Connelly como futura lectura.