Un primer vistazo a Kakegurui es desagradable. Es una serie que flirtea con un extraño pseudoporno facial que en Japón responde al nombre de ahegao. Uno ve los primeros minutos de la serie y ve -junto a algún ocasional varón- unos diseños de chicas... turgentes, chicas que estudian en ese clásico instituto japonés al que solo van millonarios y e hijos de personas importantes, la clásica academia que el anime nos ha enseñado que rige el gobierno del mundo desde la sombra. Y es una academia que se rige por la habilidad de sus estudiantes para apostar. Hasta ahí la cosa no pinta bien. Pero luego, comienzan las apuestas, unas apuestas loquísimas y extremas... y las chicas -y algún chico ocasionalmente- se desgañitan por la emoción del placer y sus rostros se deforman hasta lo grotesco en todo un abanico de orgasmos faciales mientras cruzan sus piernas para contener un orgasmo real nada disimulado.
Esta cosa tan extraña es "Kakegurui", y un anime que lo tendría todo para ser desagradable, para ser insultante y repulsivo, se convierte en una extraña experiencia hipnótica, una de esos casos a los que aplicar el término de "placer culpable". "Kakegurui" vive en la exageración, en la hipérbole más imposible, y en ella el espectador encuentra un extraño confort preguntándose hasta que grado de locura y degeneración mental llegaran las dementes protagonistas de esta serie. Las chicas -y los ocasionales varones- de esta serie viven al extremo, en el clásico escenario de élites que lo tienen todo y que sólo se sienten vivos cuando se arriesgan a perder algo, y cuanto mayor sea la apuesta y el riesgo mayor placer encuentran. Y como espectador, uno quiere ver hasta donde llega el grado de locura, de degeneración, de estos personajes; es aquí donde vemos esas expresiones ahegao, que muestran el verdadero rostro de los protagonistas, cayendo sus bellas máscaras físicas para mostrar seres absolutamente degenerados en su psique. No se trata solo de suerte, las apuestas son un batallas de inteligencia y duelos psicológicos; cada apostadora -u ocasional apostador- intentará intentará hacer trampas y derrotar moralmente a su oponente.
En la exagerada locura en la que vive, "Kakegurui" funciona como thriller, con partidas muy locas, con apuestas exageradas donde trampas y faroles se alternan bajo la mirada de personajes desquiciados y enloquecidos. Es todo absurdamente extremo, y los protagonistas no están exentos de perder, con lo que la emoción en los enfrentamientos es relativamente real.
A nivel técnico poco se puede objetar a la serie, MAPPA es un estudio bastante consistente en su animación y con unos diseñadores que alejan sus series de los estilos visuales más característicos. En esta serie la animación es siempre sólida y consistente, estando sólo empañada por algún que otro momento en el que se sirven del ordenador. Los diseños de los personajes no son especialmente originales, pero se salen de la corriente imperante en la mayoría de las series, y sobre todo adquieren un elemento diferenciador por las grotescas y desagradables deformaciones faciales continuas y el claro brillo de locura que transmiten los ojos de las chicas -y aquí ya no hay ningún varón ocasionalmente-. El trabajo de las seiyuus -y algún ocasional seiyuu- es notable, capturando a la perfección la locura de los personajes, y ello se suma una banda sonora que tirá de elementos de jazz y que acopla como un guante a la serie.
Es una serie extrema que puede desagradar a muchos, siendo adictiva para otros por exactamente los mismos motivos por los que es repulsiva para los primeros. Así que yo al menos recomendaría echarle un ojo a sus dos primeros capítulos, no es una serie que deje indiferente.
Sabes que,despues de sufrir por culpa de un pariente el ver un par de horas una partida de poker por television,con sus hooooooooooooras de "poker faces"....esto es el paraiso.
ResponderEliminarMe encantan este tipo de series y, al igual que Kaiji en su día, esta no fue menos. La disfruté de inicio a fin, a pesar de ese final descafeinado, pese a ser inventado por el propio autor del manga original. Por estos motivos, me haré con el manga.
ResponderEliminarSi te gustó este, kaiji te encantará desde mi punto de vista este es superior a kakegurui, kakegurui lo veo incluso inferior a no game no life por que llegado a un punto no tiene nada de emoción.
ResponderEliminarAnónimo (i), puff, no me quiero imaginar lo que tiene que ser una partida realista con tanta tontería de cara de poker... verdaderamente esta serie tiene que ser un disfrute después de una de esas XD.
ResponderEliminarYer Wells VLOG, no sabía que era del autor... pero bueno, cuando ves que se va a enfrentar con la presidenta en un único episodio sabes que es forzado... y cuando ves el planteamiento sabes que empatarán. Bastante predecible, pero mucho mejor de lo que me esperaba... uno todavía recuerda el final inventado de Soul Eater XD.
Anónimo (ii), Kaiji es una de esas que siempre he tenido en el punto de mira... pero que siempre me ha echado un poco para atrás, tengo que ver si un día me pongo y la veo.
PD: A mi me encanta No game no Life XD
"Placer culpable" esta en desuso, porque meterías muchas cosas ahí, ¿no? Kakegurui, Legends of tomorrow, Fates... Es simplemente una serie que te puede gustar pero que no puedes recomendar abiertamente, tienes que explicar lo peculiar que es antes.
ResponderEliminarYo las partes hiperexageradas es, como siempre, lo que menos he disfrutado, pero aún habiendo mucho de eso Kakegurui tiene juegos con gracia, su tensión de saber con que locura van a salir al paso, la extraña relación de las dos protas...
Como comentan mis dos usuarios predecesores Kaiji es mejor, pero he disfrutado con este anime hasta el final.
Ufff... Legends of tomorrow... que jodidamente divertida es de lo mala que es XD.
ResponderEliminarA mi me gustaban las caras, aunque a veces eran excesivas se veía lo demencialmente idos que estaban todos los personajes. Me encantaba que para las más "tochas" cuanto peor fuera mejor les parecía XD.
Como recordarás de una conversación en Twitter a Kakegurui la metía junto a Wellcome to the Ballroom y Made in Abyss en el grupo de mejores de la temporada, así que está de más decir que me ha encantado si obviamos ese final tan descafeinado y anticlimático. Es tan exagerada y excesiva y poco creíble que no hay término medio, o la amas o la odias. En ese aspecto me recuerda mucho a Prison School, otra que en su día también disfruté como un marrano en una charca de barro.
ResponderEliminarPd: Por qué me has tenido que recordar el final de Soul Eater. Por qué. Con lo que me gusta esa serie tengo la percepción de que ese final es 1000 veces más horrendo aún.
Yo la pongo por debajo de esas dos, que me parecen excepcionalmente buenas. La comparativa con Prison School no es mala, son series que viven de las formas y el exceso... lo cual dicho sea de paso no es fácil, y estas series triunfan de sobremanera.
ResponderEliminarPD: El final de Soul Eater, como el de Kumamiko y alguno que otro más hay que recordarlos, el hombre que olvida sus errores está condenado a repetirlos.