Shokugeki no Piece

One Piece 900 - Mal final: el musical

Es una pena que el anime de One Piece sea ahora mismo semejante basura (aunque ha mejorado algo últimamente merced a ciertos cambios en el equipo, dicho sea de paso), porque este capítulo sería una gozada increíble bien adaptado a un medio audiovisual. Sin embargo seguramente tendremos algo tan poco gratificante como fue la adaptación del capítulo 827 (ver reseña), y es una pena porque este capítulo -argumentalmente al margen- es uno de los más interesantes experimentos narrativos de Oda con esa Big Mom que lo convierte todo en un macabro musical de contrastes, una perversión de las narrativas coloridas y sobrecargadas del Disney clásico con un toque siniestro y enrevesado donde se enfrentan auténticas carnicerías con una visión completamente desdibujada de la felicidad de manos de la mujer más poderosa del universo de One Piece.

La influencia del estilo Disney es más que obvia, pero creo que es más una influencia heredada que directa. En este capítulo he visto las viñetas más "tezukianas" que jamás he visto en One Piece, copiando por momentos el estilo de dibujo y narración del "dios del manga"; y siendo Oda un cinéfilo confeso, veo también mucho en este título de aquel primer Burton que diseñaba musicales siniestros como Beetlejuice a modo de burla de esa Disney que le había echado de su seno. La yuxtaposición de ese cielo que Big Mom ve, con el recuerdo de su niñez y de ese sueño de una niña pequeña de un futuro en el que todos serían sus amigos, con esa masacre de todos los aliados de la banda, es una pequeña gozada. En anime, el contraste de las explosiones y la sangre sobre el mar, con el mundo de piruletas y objetos sonrientes -literalmente- de Big Mom, con la música de fondo sería una auténtica maravilla. 

Y esta experimentación formal de Oda está además muy bien pensada al permitirle trampear el desarrollo a unos niveles espectaculares. El dramatismo de la derrota de Luffy y todos sus aliados, sobra decirlo, sería muy grande. Sin embargo, con la herramienta de la música, Oda puede obviar todo lo explícito y dejarlo todo sugerido mediante elipsis narrativas que quedan muy coherentes con la música. Si no hubiera canción, Oda tendría que mostrar escenas demasiado explicitas, tendría que mostrar resistencia y tendría que mostrar el aplastamiento de dicha resistencia... sería posible hacerlo pero seguramente necesitaría muchas más páginas y además probablemente conllevaría escenas que luego no se podrían deshacer. Sin embargo ahora no tenemos que ver a Sanji ver caer a su familia, no tenemos que ver a Jimbe desesperar ante los ataques a los piratas del Sol, no tenemos que ver a Luffy impotente como cuando Kuma los derrotó. Estamos viendo uno de los momentos más dramáticos de la serie, pero la propia narrativa hace que no sea explícito y que todo quede a expensas de la imaginación del espectador. Y funciona a la perfección, porque ese ha sido el tono extraño de toda la saga, porque Totland es un mundo aparte y en esta saga la aventura más alocada está potenciada por encima de las reglas más convencionales de la épica de los shonnen. La narrativa y el enfoque de Totland han sido muy bien medidos por parte de Oda; Luffy no podría realizar una incursión seria en la base de un Gran Poder como si nada, la derrota sería casi inmediata e irrebatible, por eso en Wano veremos una auténtica concentración de poderes. Sin embargo las particularidades de Big Mom permiten este desarrollo en el que la comedia y lo disparatado sacuden además el anquilosamiento en las rutinas shonnen en el este tipo de series siempre caen. 

El Sunny no está destrozado, eso creo que es obvio (además su madera sabemos que casi se repara sola, y es de esperar que tenga casi un Tom-san de klabautermann). El capítulo es una celebración de Big Mom, creo que es incluso bastante inteligente que su estado de ánimo se transmita incluso a toda su banda y saga; en el momento de máxima felicidad de la Emperadora, la victoria de su banda es incontestable e inevitable. La banda y sus aliados habían conseguido escapar por los pelos en infinidad de ocasiones, pero creo que es también justo y necesario que en un momento de confrontación abierta hayan sido derrotados ya que el milagro duraba ya mucho. Una victoria contra un soldado en concreto es creíble, una huida agónica también... pero la banda de los piratas del Sol es una banda normal, como en cierta manera no deja de serlo la propia banda protagonista, y el ejército del Germa tampoco podía suponer un factor especialmente diferenciador. La banda de Big Mom es un ejército gigantesco de miles de efectivos, con decenas de personajes con un nivel considerable y varios monstruos entre ellos. La banda y todos sus aliados tenían que ser derrotados por simple coherencia interna de la serie. Quizás el Sunny podría haber escapado a propulsión o con un revestimiento de emergencia, pero eso dejaba en tierra al Germa y -sobre todo- a Chiffon. La hermana de Lola ha hecho grandes méritos en esta saga y es un personaje demasiado benigno para ser asesinado a sangre fría por Oda; esto es el Nuevo Mundo y el mangaka parece querer dejar claro que aquí la gente muere y los Pells no se salvan de explosiones, pero la muerte de este personaje parecía demasiado triste y oscura para lo que no deja de ser un shonnen. Así mismo también tenemos la asignatura pendiente de la Isla submarina, y la traición de Jimbe no parecía lo mejor para el reino de Neptuno... aunque Oda podía hilar un poco fino argumentando que Big Mom fuera directamente a por Luffy y no a por sus aliados.

El perdón de Big Mom era necesario, eso era obvio desde el principio. Incluso tras la derrota de Katakuri, la Emperadora seguía estando a otro nivel y había que justificar que esta no aniquilara a la banda... hasta la que podría llegar facilmente si obviamos esa lentitud de Prometheus que Oda se sacó tan conveniente de la manga hace algunos capítulos. El pastel ha gustado a Big Mom, como se preveía, ha sido lo mejor que ha tomado en toda su vida y la ha retrotraído a aquella fiesta del té primigenia en la que devoró a sus amigos. El sueño de Big Mom se ha cumplido y eso es motivo más que suficiente para esa gigantesca niña gigante para perdonar -o al menos considerar- el perdón de todos sus enemigos. 

El problema, claro, es que ahora lo complicado es justificar que Linlin deje ir al mejor cocinero que ha visto jamás. Va a ser divertido ver como la Emperadora menosprecia al Germa en favor de Sanji, que ahora debería tener mucho más valor para ella. Supongo que veremos una gran escena de Sanji negándose ante una Big Mom que ha demostrado no tener honor, pero aún así tengo curiosidad por ver como sale Oda de esta. El que Pudding salve la situación con su fruta o su particular poder no termina de convencerme por ser siempre la narrativa de la serie bastante clásica en este sentido; particularmente apostaría ahora mismo por la ruleta, que ocasionaría que Luffy pudiera tener su gran escena frente a Big Mom, pero lo bueno de esta situación que tanto el protagonista de la serie como su antagonista actual son dos personajes absolutamente impredecibles que dependiendo de un par de líneas de guión podrían actuar de mil y un formas distintas siendo todas ellas lógicas.

Y luego nos queda ver que pasa con Caesar o con el Germa, supongo que Oda lo resolverá rapidamente... pero el futuro de Pudding en la serie, con su poder y su relación con Sanji, es algo todavía más interesante.