Todo pintaba mal con esta serie. Cambio de equipo de producción. Malo. Reducción de metraje. Malo. Y la historia ¿para qué negarlo? tampoco invitaba al optimismo, este tipo de series son malillas y muy dificilmente sobreviven a esa primera temporada en la que sorprenden para bien merced al siempre eficaz recurso de presentar personajes. Y lo cierto es que al final la serie ha estado bastante bien, el cambio en los diseños o en la animación no se ha notado mucho, y la reducción de minutaje ha mejorado el ritmo de la serie, que en ocasiones se resentía mucho cuando tenía que llenar 20 minutos; el manga original tiene capítulos de 10 páginas, y con dos o tres de ellos llena perfectamente una docena de minutos sin que la serie comience a notarse repetitiva o todo parezca muy inconexo.
Y luego, sorprendentemente, la historia ha sobrevivido. La serie es un extraño "slice of life comercial" que gira en torno a anécdotas o curiosidades sobre dulces clásicos, y estos segmentos más o menos siguen funcionando y resultando simpáticos. Y, por encima de todo, la serie ha hecho algo tan valiente como prescindir de su carismática estrella durante casi la mitad de los episodios. En el manga puede ser algo no tan flagrante por las diferencias de ritmo, pero que un anime renuncie a su principal heroína -y reduzca su fanservice en lugar de aumentarlo- no deja de ser raro. Yo -como cualquier persona digna de ser llamada así- prefiero a Saya... pero Hotaru es una cabra loca que obviamente constituye el motor principal de la serie... y la serie sobrevive sin ella. Y lo hace merced a ese buen recurso que es el personaje de Hajime (Beniyutaka no funciona tan bien, aunque claramente es un personaje presentado por el autor para usar más tarde). El no tener a Hotaru sienta bien a la serie, el descanso de su heroína principal sirve para que el ritmo -e incluso el tono- de la serie cambia algo, dando a la serie una más que necesaria variedad para evitar caer en el tedio.
La primera serie ya fue una más que agradable sorpresa (ver reseña), y esta serie ha sabido mantener lo importante de aquella serie, así como cambiar los suficiente como para que pareciera repetitiva. No deja de ser una extraña comedia random que tontea con el documental absurdo mientras te mete una comedia muy blanda... pero sigue funcionando y siendo bastante recomendable.
Se me pasó comentar esta serie cuando la reseñaste en el podcast. Yo no soy tan positivo con esta segunda temporada: bien el acorte de tiempo por episodio, pero para mí la gracia era ver a Hotaru contando la historia de los dulces (ni siquiera el personaje en sí, solo la historia); así que esta segunda temporada, que no tiene eso (yo diría que falta más de la mitad de la temporada), pierde mi interés. La nueva no está mal, pero es que a mí el día a día de los protas no me importaba lo más mínimo.
ResponderEliminarSí, la gracia es Hotaru, eso está claro, pero creo que a la serie necesitaba descansar de Hotaru, si no podría haberse hecho algo repetitivo. La nueva chica no estaba mal y cambiaba un poco el tipo de humor... y si tenemos un poco de suerte podremos tener una tercera temporada para acabar la historia (material del manga tienen)
ResponderEliminarTambién me sorprendió, realmente disfrute mucho más esta segunda temporada. Además se ven ideas que de ser más aprovechadas podrían dar un slice of life bastante bueno, pero se pierden entre sus dulces.
ResponderEliminarAún así se pasa bien viendola y no me quedo dormido a la mitad.
Lo triste es eso, yo he visto series de esas de tres minutos que se hacen increiblemente largos. Esta, siendo su segunda temporada, podía pecar de repetitiva, pero más o menos se ve bien, e incluso se agradece que con los nuevos personajes se metan otras voces narradoras de historias de dulces.
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