¿Nos damos cuenta de que Chihayafuru se está acabando? Creo que no, porque la cabrona de la autora es tan buena que uno no se percata de ello. Pero acabamos de empezar el segundo enfrentamiento de un máximo de cinco, y después no quedaría nada importante con la salvedad de la resolución del triángulo amoroso. Y aún con todo, la tensión es normal. Lógica. Estamos en el climax de la historia, pero el hacer que las derrotas sean normales en esta serie hace que sea normal perder la primera de las partidas y que esta no se haya tenido que alargar ad eternum con emoción artificial. No todos los capítulos, ni siquiera los de la batalla final, tienen que ser decisivos. Lo importante es que los últimos lo sean, lo importante es que el ritmo sea ascendente. Y lo está siendo.
Chihaya ya ha perdido una vez, pero la suya ha sido una derrota digna, y ahora llega el momento de su contraataque, y será un buen contraataque. Yamashiro Kyoko de lectora es el power-up por definición de la serie para los lectores, y tras un primer round en el que Arata se lució ahora le llega el momento de experimentar el terror del Meijin, y es también escenario para que Chihaya pueda tener una primera victoria sin que esta parezca milagrosa y en la que Shinobu podrá agarrarse a ese handicap como excusa y también como algo casi ofensivo (recordemos además su frustración al estar convencida de ser mejor que Suo pero ser incapaz de derrotarle con los lectores más descriptivos) que sumar a unas cartas aparentemente desordenadas que una jugadora ya con muchos recursos como es Chihaya esta usando ante una onanista del karuta como ella.
Y mientras todo esto pasa, mientras la final avanza, Suetsugu cuenta cosas, cierra arcos y en general rellena páginas con viñetas que no esperábamos ver pero que resultan maravillosas. Y en este capítulo tenemos esas páginas sobre el padre de Arata que nadie había pedido salvo la propia conciencia de la autora, y tenemos una bonita escena de Tamaru con Sakurazawa, y unas palabras desde el respeto entre Suo y Harada que no solo siguen desarrollando el desenlace del desarrollo del Meijin si no que ensalzan la deportividad del deporte.
Y luego tenemos a Kana-chan. El ángel de la serie. Es obvio que no íbamos a tener fanservice referente a sus pechos, Chihayafuru no es un echii y no ha recurrido a ese par de atributos más allá de un par de veces como gag cómico –porque es imposible no ver ese par de elefantes en esa pequeña habitación- y para ensalzar las cualidades de los ropajes tradicionales nipones. Uno pensaría que tendríamos ese bonito fanservice que es esa pareja amada por todos que es Kana-Desktomu. Pero no. Tenemos un fanservice mejor, el mejor posible, el que no es fanservice… el que es sencillamente mostrar al personaje siendo el personaje. Y en medio de la final, con su amiga jugando el campeonato, con los nervios a flor de piel… Kana-chan ordena zapatos, porque es Kana-chan y al igual que los poemas tienen que escucharse hasta el final en el karuta, un japonés sencillamente ha de descalzarse correctamente. Kana-chan puede ser la mejor amiga de la prota, pero por encima de todo ello es un personaje propio, tiene su propio arco de karuta como lectora y de heroína con su romance, pero incluso tras sus desarrollos están sus bases y las suyas son la misma cultura japonesa en sí. Y este personaje que sabe que tiene que estudiar económicas aunque su sueño sea otro, no va a renunciar a que los japoneses dejen de ser japoneses incluso en sus costumbres. Grande Kana-chan e inmensa Yuki Suetsugu.
Zadkiel
ResponderEliminarPoquísimo que agregar la verdad, lo que más destacó es el ambiente que ha logrado la autora para la final, claro que me interesan las partidas pero casi con el mismo entusiasmo espero ver que otro aspecto secundario de la misma nos mostrará la autora, los camarógrafos, las chicas que llevan el marcador, los lectores de poemas en el vestuario, nos esta mostrando todas las partes que forman esta final y eso solo la enriquece cada vez más.
Cuando vi a Kana-chan ordenando zapatos no puede evitar pensar, pero que haces Kana, Chihaya esta en la final justo al lado tuyo, pero después ves que es solo Kana-chan siendo Kana-chan, y no puedes evitar sonreír, es una sensación como cuando ves a Luffy llegar a una nueva isla y sabes que se saldrá del plan y se irá de aventuras, y ante ese nivel de genialidad solo queda maravillarse.
a mi me daba miedo como iban a sucederse 5 enfrentamientos, pero todo ese desarrollo paralelo de secundarios y pequeñas historias está funcionando perfectamente... muchas ganas de ver como finalmente explota la trama de Suo y su familia
ResponderEliminar