Golden Kamuy III
Asirpa y Sugimoto están separados, uno pensaría que sin la pareja principal y su increíble química la serie perdería gran parte de su fuerza... pero nada más lejos de lo contrario.
El tener a Asirpa cautiva da más margen para desarrollarla, viviendo su propia odisea intentando averiguar todo sobre su padre -casi el verdadero protagonista de esta parte- mientras al mismo tiempo mantiene la consciencia sobre su situación.
El tener a Sugimoto también sólo es más interesante, al hacerle interactuar con un grupo de personajes que eran cuasi enemigos antes y en los que también se profundiza al formar parte ahora del grupo principal.
Los personajes son, como siempre, la esencia en esta serie, descubriendo todos ellos una maravillosa gama de trasfondos y matices. Incluso los personajes ajenos a esta gran cacería consiguen brillar, ya que el autor no se olvida de ellos y ocasionalmente oxigena la trama principal con episodios sobre Hijikata o Tsurumi que consiguen profundizar más en el contexto de estos personajes.
Como siempre, hay grandes incorporaciones al casting absurdamente carismáticas como Sophia o Gansoku Maiharu.
Y naturalmente, esto es Golden Kamuy
Un episodio puede comenzar como una especie de club de la lucha clandestino ruso para pasar a cazar glotones bajo una nevada con los protagonistas desnudos -con los signos de la URSS como armas- tras protagonizar una secuencia relativamente homoerótica en una sauna.
Podemos tener un duelo de francotiradores digno de Stalingrado.
La serie puede transformarse porque si en un duelo de habilidades cirquenses
Naturalmente, el Hinna-Hinna siempre estará presente, porque en verdad Golden Kamuy no deja de ser otra cosa que un crossover de "El ultimo superviviente" con "Masterchef".
El autor en un capítulo aleatorio puede inventarse un final para Kenshin mejor que el que se marcó su autor original.
Y si hemos visto glotones, lobos y osos -ya no digitales- ¿Por qué no tigres de repente a cuento de nada? Efectivamente ¿Por qué no? ¿Quién no lo compraría?
Dentro de la gloriosa locura que es Golden Kamuy todo es posible, la acción, el drama y la comedia más absurda se intercalan sin ningún complejo, pudiendo pasar la escena más emotiva de la serie a una de las más soeces sin que en ningún momento la trama o el ritmo se resienta, porque esto es Golden Kamuy y el humor escatológico es extrañamente inocuo y natural en ella. Tenemos psicópatas de todo tipo, tenemos acción completamente disparatada, tenemos clases de historia sobre la cultura ainu y los conflictos ruso-japoneses de principios de siglo y tenemos por descontado una guía de como matar, despedazar y comer a cualquier animal imaginable. Y todo ello funciona de una forma tan absurdamente genial que es difícil de entender. Es una serie extrema, que salta de una locura a otra sin complejo alguno, y sin red de seguridad, porque sencillamente si un personaje se cae cuando esta saltando de un puente a un tren no importa, seguramente en el abismo al que caiga habrá una locura aún mayor. La sencilla confianza del autor en su obra, en su capacidad para generar locuras -relativamente improvisadas- y conseguir integrarlas todas es maravillosa.