Gambare Densha!!

Densha Otoko

Este el primer "dorama" que veo, y la sensación final no podía ser mucho mejor. Densha Otoko es uno de los doramas más famosos que han salido de las tierras niponas, y una vez visto es fácil el comprender el porque de su éxito.

Densha Otoko es un cuento de hadas del siglo XXI. Una extraña revisión de la cenicienta y el patito feo que usa como herramienta internet y que coloca como protagonista a lo peor de lo peor de japón: un otaku.
Yamada es un joven otaku tímido y retraido, acomplejado porque todo lo que hace le sale mal. Un dia ve a un borracho molestar a una joven en el metro, saca de dentro de él un valor que creía no tener y hace frente al borracho. La joven querra agradecer al joven su valentía, y a partir de ese momento se van sucediendo los encuentros entre ambos. Yamada esta enamorado de ella, pero al carecer de experiencia acabara consultando un foro de solterones desesperados. La relación entre Yamada y Aojama es el motor de la serie, y vemos como sufre por distintos baches y como se va sobreponiendo a ellos y como supera los prejuicios de la sociedad debido a que basicamente los dos protagonistas son muy buena gente y se pasan más tiempo disculpándose que hablando, pero la verdadera estrella de la serie es la relación entre Yamada y el foro de solterones. El foro esta compuesto por infinidad de "tipos" que son poco menos que inclasificables (en el sentido de más amplio de la palabra, no solo hay otakus, hikkikomoris, automarginados, travestis, colgados... tambien hay genios de las finanzas o de la programacion, idols, estrellas de baloncesto, parejas normales), pero todos ellos unidos por la desoladora sensación de soledad y tristeza. La historia de Densha los unirá a todos, y no sólo ayudaran a madurar al protagonista con sus consejos, si no que se formara entre ellos un extraño lazo de solidaridad que se transformara en una amistad en el sentido más puro de la palabra.
Densha Otoko es una serie optimista en su mensaje, pero además muy divertida en sus formas. A pesar de su evidente carga dramática, la serie recurre al humor a menudo para hacerse más accesible y amena. El recurso más fácil es el frikismo que impregna tanto al protagonista como al resto de sus compañeros de foro, pero estas peculiaridades también se extienden al modo de ver el mundo de estos -un ejemplo es que cuando el protagonista se siente amenazado suena en su mente la marcha imperial- o de los otros secundarios que aparecen en la historia (Sakurai, el "villano" es un elemente puramente cómico que ni siquiera es capaz de salir ganando en sus fantasías, y Jinkama, la cliente del protagonista, es poco menos que una pesadilla que es incapaz de conservar un trabajo).

Lo más bonito de todo es que se basa en una historia real y, el saber que cosas así -licencias y exageraciones al margen- todavía pueden suceder en este mundo en el que vivimos, es sin duda un pensamiento esperanzador.