Ya esta aquí, después de diez tomos de preparación ha llegado el gran momento, Eyeshield 21 comienza. Una decena de tomos en la que se nos ha presentado a los distintos protagonistas y equipos rivales y en la que se nos ha explicado también -especialmente en los primeros tomos- las reglas básicas del futbol americano. Ahora, una vez el tapete esta dispuesto para que comience la primera gran saga de la serie: el torneo regional. Es el momento de recoger lo sembrado durante todos estos tomos y comenzar a apreciar la historia para la que el autor nos ha ido preparando.
Y el tomo es sencillamente muy bueno. No glorioso, no hay grandes escenas para los grandes protagonistas y no vemos ninguna gran jugada o momentos que se nos vaya a quedar en la retina. La historia principal ha comenzado, pero no estamos nada más que en el principio y lo que importa ahora es marcar las diferencias con lo visto hasta el momento. Este primer partido que veremos no tiene otro sentido que el de mostrar los avances del grupo protagonista tras la deatch march y su completa entrega ahora hacia el equipo y hacia el juego. Y en este tomo lo hemos visto especialmente en dos secundarios que ni siquiera van a jugar: Yukimitsu y Sakuraba, dos personajes en los cuales la voluntad lo es todo y a los que hemos visto crecer y crecer a lo largo de la serie, dos personajes que todavía no han explotado pero que -a vista del cariño y esfuerzo que el guionista ha puesto en ellos- cuando lo hagan será sencillamente glorioso. Después hemos visto también pequeños momentos para Hiruma y Kurita, así como para los hombres de línea. Un tomo, argumentalmente bastante bueno, pero sobre todo disfrutable por ser la culminación de los anteriores y levantar unas altas espectativas para los siguientes que seguro cubrirá.
Y querría dibujar también el dibujo, que si bien ha mejorado a lo largo de toda la serie, aquí muestra el siguiente nivel de esa escalada al no sólo ser más limpio y definido, si no al incorporar también deformaciones y -en general- acentuar la dualidad habitual del manga entre los momentos serios y cómicos. La historia crece y se ve al guionista con más confianza, y lo mismo puede decirse del dibujo.
En resumen, un tomo que tiene la espectacularidad y la diversión habitual de la serie pero que, además, añade un grado de emotividad al ser un claro punto de inflexión de la historia.
Y el tomo es sencillamente muy bueno. No glorioso, no hay grandes escenas para los grandes protagonistas y no vemos ninguna gran jugada o momentos que se nos vaya a quedar en la retina. La historia principal ha comenzado, pero no estamos nada más que en el principio y lo que importa ahora es marcar las diferencias con lo visto hasta el momento. Este primer partido que veremos no tiene otro sentido que el de mostrar los avances del grupo protagonista tras la deatch march y su completa entrega ahora hacia el equipo y hacia el juego. Y en este tomo lo hemos visto especialmente en dos secundarios que ni siquiera van a jugar: Yukimitsu y Sakuraba, dos personajes en los cuales la voluntad lo es todo y a los que hemos visto crecer y crecer a lo largo de la serie, dos personajes que todavía no han explotado pero que -a vista del cariño y esfuerzo que el guionista ha puesto en ellos- cuando lo hagan será sencillamente glorioso. Después hemos visto también pequeños momentos para Hiruma y Kurita, así como para los hombres de línea. Un tomo, argumentalmente bastante bueno, pero sobre todo disfrutable por ser la culminación de los anteriores y levantar unas altas espectativas para los siguientes que seguro cubrirá.
Y querría dibujar también el dibujo, que si bien ha mejorado a lo largo de toda la serie, aquí muestra el siguiente nivel de esa escalada al no sólo ser más limpio y definido, si no al incorporar también deformaciones y -en general- acentuar la dualidad habitual del manga entre los momentos serios y cómicos. La historia crece y se ve al guionista con más confianza, y lo mismo puede decirse del dibujo.
En resumen, un tomo que tiene la espectacularidad y la diversión habitual de la serie pero que, además, añade un grado de emotividad al ser un claro punto de inflexión de la historia.
Que decir de Eyeshield 21. Pocos mangas de la shonen Jump pueden presumir hasta la fecha de conseguir tener tal multitud de personajes carismáticos, y sencillamente no dejarlos de la mano nunca. Como sí pasa con Naruto y Bleach.
ResponderEliminarDe este tomo en concreto -el 11- me ha gustado el hincapie que se ha hecho en todos los secundarios del equipo y en los propios Oujou. Es muy dificil manejarse en un deporte con tantos jugadores y los autores lo logran a la perfección.
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