¿Continuación? No. Complementación.

Higurashi no naku koro ni kai

"Higurashi no naku koro ni", la serie original, fue una de las mayores sorpresas del anime del 2006. Un anime extraño, que partiendo de una estética descaradamente infantil nos mostraba a unos niños inmersos en una especie de bucle de muerte y terror. Era una serie inquietante, cruel y gore por momentos, pero por encima de todo era una serie genial.
El argumento, miniarcos de terror donde unos mismos personajes se enfrentaban una y otra vez a la muerte como inevitable destino, parecía cerrado. Las críticas que he leído por internet ponían esta serie casi como una traición a su predecesora. En cierta manera lo es. En mis primeras impresiones ya comenté que la serie seguía el esquema de la anterior temporada y no apreciaba un bajón de calidad. Me equivoca, el primer gran arco nos recuerda lo que era la primera temporada, a partir del episodio 7 la serie adquiere su propia identidad. Esta segunda temporada no continúa la anterior, la completa.
Durante una treintena de episodios vemos como Keiichi, Mion, Shion, Rena y Satoko se enfrentan a una locura que los arrastra a todos hasta las más horribles muertes. El turno de la narración llega al personaje más inquietante de todos: Rika. Y vemos entonces que todo es alguna especie de maldición, una serie de asesinatos condenados a repetirse eternamente. Rika, sacerdotisa de Oyashiro-sama, y Hanyuu, espectro mismo del Dios (advierto que aún sigo sin tener demasiado claro que es exactamente cada una de ellas), comienzan a ver pequeños destellos de esperanza. Si bien todos los arcos hasta ahora eran la representación del terror, en los dos últimos -y eternos- arcos, los protagonistas se enfrentan a su destino.
El terror, motor de la primera serie, desaparece casi por completo, siendo en esta serie más protagonista el concepto de horror. Evidentemente no faltan las imágenes duras y las escenas siniestras y macabras, pero esta serie se basa más en la historia y en el suspense. Es una narración mucho más elaborada y cuidada, un guión que consigue unir sorprendentemente toda la información que se nos ha suministrado a traves de los arcos anteriores y que compone la verdadera historia de la serie. Y lo más meritorio es que, el problema que existía en la primera temporada donde en algunos momentos la historia podía hacerse repetitiva en los primeros capítulos de los arcos, aquí no existe. Cada vez se profundiza más y mejor en los personajes, y el enfrentamiento de los personajes con su destino hace que este cambie y no se parezca nunca al del arco anterior.
A nivel técnico, poco se puede decir de la serie, pues resulta tan desconcertante como a nivel argumental. La animación es cutre en la inmensa mayoría de los momentos, y los diseños son simples y mánidos. Pero igualmente la serie es capaz de jugar perfectamente con la iluminación y los encuadres a fin de acentuar el terror o la intriga que han de provocar las imágenes. La serie perpetua el estilo de su predecesora, y es un estilo muy peculiar.
No dire si esta segunda parte es mejor o peor que su predecesora, pero desde luego no la desmerece en absoluto, todo lo contrario. Higurashi Kai complementa a la perfección a su predecesora.