Me es difícil reseñar este juego. Me es difícil porque me costó Dios y ayuda no ya acabarlo, sino engancharme... pero al final lo hice y comencé a echarle horas y horas. Es un juego que no puedo recomendar abiertamente, pues sus primeras 30 horas (más o menos) me parecen bastante malas, y sólo después de superar esta primera parte del juego este comienza a ser gratificante para el jugador.
Es un juego que me ha gustado... pero es también un juego que unicamente recomendaría a aquellos que saben muy bien lo que van a encontrarse.
Comencemos por el principio: la historia. Basicamente... es una mierda. Los Dragon Quest siempre han sido muy simples argumentalmente, porque lo importante en si es el juego... pero aún así en los juegos que había jugado había interesantes recursos narrativos (los diversos protagonistas de la cuarta entrega y los saltos temporales de la quinta). Aquí no. Tenemos la historia de un "angel" que va buscando higos (lo siento, no puedo evitar escribirlo asi) que van corrompiendo a la gente para, con su poder, restaurar el reino de los cielos. Cuando el juego se centra en la historia principal al principio y al final esta resulta interesante, el problema es en medio, donde la historia es terriblemente insulsa. Basicamente el protagonista llega a un pueblo, donde hay alguién notable que ha sido corrompido al comerse una fruta dorada que cayó del cielo, atravesamos una minimazmorra y nos cargamos el monsturo en el que el hombre se ha convertido para recuperar el higo y devolver la paz a la región. Las mazmorras son simples hasta decir basta, no hay apenas secundarios debido al diseño del juego, y si bien tiene sus momentos graciosos con el clásico sentido del humor de la serie todo es muy simple (de hecho la propia dificultad del juego es muy baja). No espero grandes historias de un videojuego, y esta al menos se toma a si mismo bastante en broma, pero aún así sigue siendo muy floja e infantil.
No deja de ser curioso que, una vez acabemos la historia principal, podemos realizar muchas misiones secundarias que amplian la historia principal por las ramas secundarias y que estan bastante más trabajadas que la narración que hemos "padecido" durante el juego principal.
Higos Quest Definitivamente, no ha sido la mejor idea de Square Enix en su historia
Todo esto viene motivado por el propio diseño de juego, muy... occidentalizado. No es ya que podamos poner al prota nuestro nombre, es que tanto el prota como los compañeros que le acompañaran los diseñamos por completo. Al entrar en una posada en los primeros pasos del juego se nos dirá que a traves de ella podemos reclutar aventureros que nos acompañaran, definiremos a estos compañeros fisicamente y también eligiremos la clase a la que pertenezcan. Podemos ir acompañados por hasta tres compañeros, pero podemos definir todos los que queramos y dejarlos esperando en la posada hasta que queramos usarlos. Además podemos cambiar el tipo de los personajes (mago, guerrero, artista marcial, bardo...), teniendo estos tipos además de su nivel y sus atributos unas habilidades comunes que podemos ir subiendo por medio de las diversas clases de tal forma que aunque manejemos un curandero de nivel 40 este aún conserve algunos atributos y características que ha ganado cuando antes era un guerrero y un ladrón. De esta forma, junto a una colección de vestuario y talismanes poco menos que inacabable, podemos conseguir un grupo de guerreros que son poco menos que el apocalipsis andante.
El nivel de posibilidades del juego es gigantesco, teniendo a nuestra disposición una interminable colección de atributos, armas, magias, habilidades y objetos. La dificultad del juego es relativamente baja, pero las pruebas que nos ofrece el postgame si necesitan que se dopen de sobremanera a los personajes.
No obstante, esto no me gusta. Si bien hay sistema de clases y los atributos de cada personaje estan bastante marcados, la posibilidad de que conservemos habilidades y atributos de otras clases para mi gusto resta encantó al grupo. Esto es una opinión personal, claro, pero me gusta que los magos sean débiles fisicamente y los guerreros lo sean magicamente. Me gustan las clases muy cerradas, creo que hace que en los juegos prime más la estrategia.
Toriyama ganándose el sueldo... con los mismos diseños de Mayo del 68
La dificultad y la duración son un punto curioso del juego. Los últimos enemigos son bastante difíciles, y la última mazmorra es larga... pero hasta entonces el juego es un paseo carente de dificultad. No me parece que este bien ajustada la dificultad en este sentido. Así mismo, la mayoría de los enemigos se pueden derrotar por simple fuerza bruta, no instruyendo el juego en este sentido al jugador a usar distintos ataques para los distintos enemigos ni las clásicas magias de refuerzo o debilitación.
Hasta acabar la historia principal es largo aunque fácil, una vez acabada... es difícil y eterno. Y es entonces cuando comienza el verdadero juego. A las distintas misiones opcionales que se nos habían presentado a lo largo del juego se añaden ahora muchas más relacionadas con la historia que nos aclararan puntos de esta (estas misiones, así como visitas de personajes de anteriores DQ, se descargan a través de internet (gratuitamente)). Las grutas secretas toman el relevo definitivamente de la historia y nos presentan infinidad de mazmorras repletas de enemigos con las que acabar (aunque esto, dicho sea de paso, es bastante monótono). Además tenemos la alquimia, el bestiario y la colección de objetos y trajes... no soy un gran fan de alargar los juegos por el coleccionismo, pero aquellos que lo sean encontraran aquí un juego para invertir centenares de horas pues el juego en este sentido es extensísimo.
A nivel técnico el juego es una salvajada. Nos muestra escenarios en 3D que en el caso de las ciudades y las mazmorras podemos girar. El aspecto del juego es muy bonito y colorido, y esta plagado de muchos detalles. Es muy similar a lo visto en los remakes de la trilogia de Zenitia, pero con la salvedad de que aquí los protagonistas y algunos personajes más son polígonales (aunque la mayoría son los sprites típicos de la saga: la viejecita, el perro, el tio con máscara...). Los protagonistas son personalizables hasta decir basta y todos los detalles se plasmaran en las batallas, que si bien nos mostraran una vista subjetiva durante el turno de seleccionar ataque pasaran a ser en 3d con movimientos de cámara y efectos cuando todas las acciones han sido seleccionadas y es el momento de llevarlas a cabo. Las batallas estan bastante curradas y resultan espectaculares, y aquí la única pega que tengo es que se reutiliza mucho a algunos enemigos. Dejando a un lado que hay diseños reutilizados de otros DQ y que en general son muy parecidos entre ellos por el particular estilo de Toriyama, creo que esta saga debería de dejar de usar ese recurso de presentar un enemigo marrón en las primeras mazmorras y luego presentar otro igual pero más duro y de color rojo o azul.
Si sólo las historias estuvieran un poco más trabajadas...
Es, en resumen, un juego raro. La parte de la historia es muy flojita, deudora de un sistema de juego que si bien da infinidad de posibilidades hace que los personajes tengan carisma 0. Además es muy fácil y lineal, ofreciendo un desafio nulo para aquellos que tengan algo de experiencia en el género. Es todo aquello ajeno a la historia principal lo mejor de este juego, las misiones suplementarias -bastante numerosas y originales-, las grutas interminables -mucho más complicadas y desafiantes que las propias del juego-, los monstruos de legado, las historias secundarias, la personalización del equipo y la obtención de más y más habilidades.
Un juego complicado que me parece inferior a los otros de la saga que he probado en su historia, pero que luego plantea un mundo gigantesco que recorrer con infinidad de cosas por hacer pero que no dejan de ser batallas, exploración (en la que hace falta suerte) y coleccionismo.
Mi ranking de Dragon Quest:
1) Dragon Quest 4: los capítulos de los elegidos
(ver reseña)2) Dragon Quest 5: la prometida celestial
(ver reseña)
3) Dragon Quest 9: los centinelas del cielo estrellado