Un siete a la franquicia

Kirby´s Epic Yarn

Esperaba mucho de este videojuego... y me ha dado muy poco. Es un juego increiblemente bonito, repleto de magia a nivel visual... pero es sencillamente un mal videojuego. Es un juego demasiado fácil y sencillo; es bonito, pero eso no es suficiente.
Tenía confianza en este videojuego. Kirby es una franquicia que me gusta, el personaje tiene muchas posibilidades y además su estética superlativamente feliz y colorida siempre me ha caido simpática. Y Good Feel... bueno, esta gente parió esa maravilla de Wario Land de Wii (ver reseña) que hace que sea uno de esos equipos de programación que deseo que alguna vez Nintendo se decida a comprar. Pero este juego no tiene las virtudes de un Kirby ni la jugabilidad superlativa de aquel juego de Wario.
Visualmente este juego es heredero de aquellas aventuras de antaño de Yoshi, y ciertamente creo que quizás habría sido más acertado colocar al dinosaurio verde del universo de Mario que en el de la bola rosa de Dreamland. La jugabilidad de los Kirby se basa en adquirir las habilidades de aquello que comemos; aquí Kirby consigue tanques, naves, coches, trenes, tablas de snowboard, etc, y estas habilidades modifican la jugabilidad y nos proporcionan fases curiosas y divertidas que se alejan bastante del plataformeo sencillo que constituye el nucleo jugable del juego, pero este no deja de componer la mayor parte del juego y se basa en saltos sencillos y en lanzar a los enemigos que antes atrapamos. Me parece que tanto jugable como visualmente este es un juego más propio de Yoshi que de Kirby.
Pero dejando a un lado si jugablemente el juego parece pertenecer a una franquicia u otra, hay algo mucho más importante, y eso es el juego en si. Y no es un bueno buen juego. Visualmente nos presenta un universo de telas donde los enemigos son de hilo y donde botones y cremalleras se convierten en más plataformas. El apartado gráfico del juego es increiblemente hermoso, una auténtica gozada que además esta culminada por una animaciones cuidadísimas. Pero jugablemente es un juego bastante pobre. Avanzamos saltando y acabando con los enemigos y poco más. No podemos morir, eso lo dice todo. Perdemos "monedas" que hemos recolectado y nuestros registros serán más pobres, pero ya está. Es imposible que muramos, y para colmo ni siquiera los puzles que nos encontraremos serán complicados (si acaso alguno pequeñito para conseguir algún tesoro escondido). Pasarse WarioLand era fácil, completar los desafios una odisea que mostraba hasta el verdadero trabajo de diseño de aquellos increibles escenarios; aquí los escenarios son increiblemente bonitos pero para nada son los puzles con forma de habitación de la aventura del némesis de Mario. Presenta algunos minijuegos y retos complementarios a la aventura principal, pero tampoco constituyen un reto mucho más complicado y no son tampoco demasiado sugerentes.
¿Recomendable? No. Es un juego precioso, un regalo para los ojos... pero al menos para mis dedos no ha supuesto desafio alguno. Para alguién con poca experiencia en los videojuegos creo que si puede ser recomendable, para alguién que lleva ya muchos plataformas 2D a sus espaldas no pasa de ser una curiosidad terriblemente bonita pero también corta y fácil.