El título de la película es un perfecto título para la reseña, define a la perfección esta preciosidad de película. El escenario idílico de una Roma premeditadamente festiva y castiza es un marco inmejorable para ese pequeño sueño vivido por Gregory Peck y Audrey Hepburn que no tiene otro fin posible que finalizar en si, como todas las vacaciones.
La película nos presenta a Ann, una princesa de un país nunca mencionada, prisionera del protocolo y de sus obligaciones, que un día reúne toda su valentía y rebeldía y escapa del palacio en el que se hospeda, siendo recogida por un pícaro periodista. Juntos pasaran un día en el que se conoceran y sencillamente se enamoraran. Y la película no tiene nada más. Es sencillamente un día en la vida de dos personajes que escapan de su vida rutinaria y cargada de preocupaciones para sencillamente descubrir lo divertida que puede ser la vida y lo bonito que puede ser el amor.
Es una comedia romántica clásica. Es una preciosa historia de amor y una comedia excelente que te arranca no ya sonrisas si no alguna que otra carcajada.
Blanco y negro con una fotografía magnífica y una dirección a manos de ese monstruo llamado William Wyler. Un guión consistente y un ritmo
Y luego para rematarlo todo esta Audrey Hepburn. La inmensa mayoría de las actrices están buenas, es una chorrada negarlo. Algunas son la personificacion misma de la lujuria, como Catherine Z Jones, otras son la belleza de la vecina de al lado como Shirley MacLaine, otras son sencillamente la definición de carisma -ejem Katherine Hepburn ejem-... y luego esta Audrey Hepburn. La única actriz que se me ocurría comparar a la mítica protagonista de My Fair Lady o Desayuno con Diamantes sería Natalie Portman... pero incluso esta palidece ante la sencilla... belleza de aquella mítica actriz. Es dificil describir a Audrey Hepburn, hay en su rostro una mezcla de inocencia y candor, simpatía y un poco de melancolía. Audrey es sencillamente atemporal. El adjetivo más adecuado que veo para ella es, en su definición más infantil y pura, bonita.
Fantástica pelicula y en cuanto a Audrey, tienes toda la razón, simplemente es la belleza de la mujer en su más puro concepto.
ResponderEliminarSaludos.
Una gozada de peli. Si señor. Estas pelis y estos actores legendarios nunca pasan de moda. Son como los Aston Martin DB4, tienen un encanto atemporal.
ResponderEliminarTe felicito por la reseña (digna de una web cinefila de nivel). Y tambien por la heterogeneidad de este blog al cual acudo para coger ideas y recordar gratos momentos como cuando vi esta peli.
Audrey Hepburn es inimitable, de esa clase de mujer que solo aparece una vez cada 1000 años, por decirlo de alguna manera.
ResponderEliminarjagi, es que la belleza de Audrey no la he visto en ninguna otra actriz... e incluso ahora diría que es imposible encontrarla con lo que se vende el cuerpo de todas ellas.
ResponderEliminarBassdrum D. Txema, hombre, muy cinéfila la reseña no es... siempre me han sorprendido algunos autores de críticas cinematogríficas, consiguen textos muy brillantes y sugerentes (no hablo, para nada, de los críticos pedantes)
Arthas, te quedas corto con lo de 1000 años, no era una mujer... era un concepto de mujer en si XD