En la cresta de la ola

Las grandes estrellas de Hollywood siempre tienen papeles por los que son recordados, muchas veces ya no sólo por una interpretación en concreta si no por un conjunto de papeles indudablemente parecidos que le hacen ser plenamente reconocibles para el público... tanto que cuando otro actor hace un papel parecido es inevitable pensar que le imita... tanto que cuando el actor comete el error de repetirse demasiado acaba encasillado. En los últimos años creo que hay dos actores que destacan en este sentido por encima de todos, con roles relativamente parecidos y con un éxito monumental a sus espaldas, creo que ahora mismo hay pocos actores que puedan sostener mejor el peso de una película que el Jhonny Deep de principios de milenio y el Robert Downey Jr post-boom de Iron man.

Con motivo del estreno de Iron man 3, mi hermano y yo organizamos una pequeña marathon homenaje al principal protagonista de las crónicas desde el trullo de aquel mítico programa del cine de lo que yo te diga. Dos de las cuatro películas que componían la marathon ya las había reseñado previamente. La primera sería la modélica Iron-man (ver reseña), una más que correcta primera piedra del universo Vengador "para toda la familia" que la Marvel ha conseguido construir. La segunda es "Kiss kiss bang bang" (ver reseña), una película tan divertida y redonda que no me canso de verla.

Ahora, engrosando el listado de reseñas cinematográficas del blog...

Jóvenes prodigiosos

Una de mis películas favoritas, de esas comedias amables que descubres casi por casualidad pero te maravillan y las revisiones de vez en cuando con cariño y melancolía.

Después de dirigir L.A.Confidential Curtis Hanson se marcó una pequeña obra maestra sobre la madurez con un escritor en crisis anclado en su pasado y un fin de semana loco en el que se ve obligado a abandonar su refugio de inmovilismo. Niños prodigios que se cruzan con versiones desencantadas de si mismos y viceversa protagonizan una historia donde pequeñas grandes frases se entrecruzan con secuencias que rozan el disparate puro. Es una de  esas películas donde parece haber varias tramas o donde algunas escenas no parecen cuadrar con otras... pero donde al final todo resulta estar relacionado. Una película de ambiente triste pero mensaje claramente esperanzados que además desprende amor por la literatura por los cuatro costados.

Un guión que funciona a la perfección, un ritmo y una dirección notables y unos actores en estado de gracia con un Michael Douglas antológico, un Toby McGuire inquietante, una tentadora Katie Holmes y un Robert Downey Jr pasándoselo pipa en su papel.

Sherlock Holmes: juego de sombras

Sherlock Holmes molón. Una premisa a todas luces muy comercial. La primera entrega de esta franquicia molona del detective asesor de Baker Street resultó un entretenimento relativamente fresco y divertido. Guy Ritchie no inventaba nada, camara lenta y frases mordaces no eran precisamente una novedad en el cine... pero funcionaban más o menos bien y la química e idoneidad entre Downey Jr y Law como Holmes y Law era indudable.

El problema de esta segunda parte es que.. le falta algo. La primera parte era una idea medio buena hecha con manual, pero contaba con el factor sorpresa. Esta no. Y sigue siendo una película que se nota prefabricada, como si el guión hubiera salido de un generador de guiones automático. Pasamos de Londres a toda Europa, algo casi previsible. Incluimos a Moriarty, algo mucho más previsible. Seguimos metiendo escenas de acción con camara lenta. Nos libramos de Irene Adler de forma cutre porque supongo que la actriz no podría trabajar en la película o querría cobrar mucho. Y tenemos mucho Holmes y Watson intercambiando puyas. La película tiene todo lo que uno espera de ella, pero le falta algo, una chispa de originalidad o inspiración... todo es demasiado "más de lo mismo". 

La película entretiene, y uno no acaba harto de Holmes (la pareja sigue teniendo una química brutal), pero mientras uno la ve tiene la sensación de haberla visto ya.