Hace unos años descubrí a Dickens y me fascinó, y desde entonces más o menos he intentado leerle con frecuencia. No obstante resultaba ridículo que, tras varios libros de más de un millar de páginas, no hubiera leído el que quizás sea su relato más famoso, o si no al menos el que la cultura popular más ha versionado.
La historia es de sobra conocida. Ebenezer Scrooge es un ávaro sin remedio que parece odiar a todo el mundo, una navidad recibe la visita del fantasma de un amigo condenado que le anuncia la visita de tres fantasmas: uno le enseñará el pasado, otro el presente, y un último el futuro. La visita de los fantasmas hará que el protagonista se de cuenta de lo mezquino de su vida y de lo bonito de la vida.
Hemos visto esta historia en tropocientas series y películas de Disney, y de muchas otras empresas... incluso hay referencias suyas en Star Trek. La historia se adapta mucho a la hipócrita moral de la sociedad consumista para las fiestas de Navidad (siempre me ha fascinado como la cultura anglosajona se ha adueñado de esa noche con el árbol, Papa Noel y toda la parafernalia y practicamente ha eliminado cualquier referencia a la natividad en esa noche). El mundo es bonito, tenemos que tener una actitud positiva, y además comprar regalos. El mensaje me parece una tonteria comercial banalizada hasta el extremo.
El cuento... me ha parecido muy flojito, lo más flojito que he leído de Dickens. El escritor inglés está claramente en modo "encargo", y si bien muchos de sus relatos tenían cierto toque optimista, aquí todo está tan edulcorado que claramente el autor se encuentra fuera de su ambiente... tanto que en algunos momentos llegue a pensar si no sería todo una muestra de ironía inmensa. Hay algunos puntos, sobre todo al principio, donde la pluma de Dickens se encuentra más inspirada y afilada, y aquí encontramos la brillantez habitual de sus diálogos y su prosa... pero estos momentos son bastante escasos y luego todo se difumina demasiado ante un personaje que ni siquiera evoluciona -porque quiere cambiar desde el principio- y donde todo se postra de una forma demasiado obvia ante un mensaje fácil y carente de garra.
Supongo que la simplicidad y buenrollismo del relato será la razón por la que sea la historia de Dickens más popular, es la más accesible para todos los públicos. No tiene las partes trágicas de otras historias como Oliver Twist o Grandes Esperanzas (por no mencionar La Tienda de Antigüedades)
ResponderEliminarSin duda, Dickens es demasiado amargo para la edulcorada sociedad actual... de hecho en algunos pasajes de este relato corto tenía la sensación de que el autor estaba casi de coña porque no termina de ser el estilo que le he visto en el resto de libros que he leído suyo (también decir que he leído relativamente poco suyo, porque este es uno de esos autores que escribía sin parar)
ResponderEliminarYo no diría que la sociedad actual es edulcorada, de hecho es horriblemente cínica-- pero también es hipócrita, porque quiere presentar una fachada edulcorada y políticamente correcta mientras barre lo que sea incomodo de nosotros mismos bajo la alfombra.
ResponderEliminarHoy en día somos todavía Scrooges, es solo que no queremos admitirlo. Cuando Scrooge habla de que los pobres deberían morirse y reducir la tasa de población, es brusco y cruel pero sincero; hoy en día como sociedad hablamos por los codos de ayudar a los pobres pero nos importa realmente un bledo si la gente se mata en masa, se vende como esclavos sexuales y destrozan el medio ambiente en Africa o Asia, hasta que vemos como los inmigrantes se agolpan a las puertas del Primer Mundo. Entonces apretamos las sonrisas y decimos que los vamos a ayudar a los pobrecillos mientras dure la sensación en las noticias y el niño muerto en la playa sea un hot topic trend, pero después se nos olvidara y pasaremos a preocuparnos mas por quien ganara los Oscars.
Por cierto, con mucho retraso pero Feliz Navidad, y que tengas un muy buen 2016.
No podía estar más de acuerdo con lo que dices.
ResponderEliminarLa sociedad actual se basa en aplastar a nuestros semejantes. Nosotros podemos estar mal si se nos compara con un millonario, pero sobra decir que estamos mejor que el tercer mundo.... y lo estamos porque les impedimos a ellos crecer. Es muy hipócrita el querer ayudar al tercer mundo... pero al mismo tiempo querer que cosan las zapatillas de Nike, ensamblen las televisiones y cultiven nuestros alimentos... todo ello a precio de saldo, y además comiéndose toda nuestra polución.
El Mundo esta muy mal, sobrepoblado y con una desigualdad demasiado grande. El final no puede ser bueno.
No soy nada navideño, pero bueno, por cortesía te devuelvo las felicitaciones... que son muy respetables para si uno es católico. Y, naturalmente, prospero -y largo- año nuevo :)