No soy capaz de reseñar este capítulo. Desde ese momento en el que Barbablanca tendió la mano a Oden el manga dejó de contar una historia para convertirse en un gigantesco homenaje a si mismo, un regalo para los fans donde cada viñeta había sido previamente imaginada por decenas de millones de seguidores. Desde ese momento, dejando a un lado todo lo que Oda ha contado -que no ha sido poco-, One Piece ha sido puro sentimiento. Y sólo este capítulo ya nos deja claro que todo el capítulo va a ser memorable. One Piece es aventura, cada saga tiene su capítulo de "aventura en el país de...", y ahora Oda ha utilizado esa misma nomenclatura para Roger.
Roger rige One Piece, todo lo que ha pasado viene dictado por sus palabras, y ahora Oda nos regala un capítulo con protagonismo absoluto para el Rey de los Piratas en el que vemos su camino para conseguir ese título y el One Piece. Un capítulo que todos han seguido, y que se convierte en un homenaje de la serie a si misma al ver que Roger esta siguiendo el camino mismo que Luffy siguió para seguirlo en un brillante bucle de aventuras y fantasía.
Y es imposible para un fan resumir este capítulo porque todo es sentimiento. No es ya que el capítulo nos confirme que los cuatro fonegrifos rojos son necesarios para encontrar una Raftel a la que ya hemos de llamar Laugh Tale, no es ya que se nos confirme que JoyBoy está involucrado y que con el fin de la serie se resolverán los misterios del siglo vacío o la voluntad de D. No es que empiece con Roger preguntándole a Tom-San por el tren marino u Oden tratando de reclutar a Franky en la tradición de Barbablanca de acoger a huérfanos, es que antes previamente vemos la discusión entre Buggy y Shanks del capítulo 19... el puto capítulo 19 que se publicó el 1 de Diciembre de 1997.
Y luego tenemos varias viñetas al ritmo del sake de Binks donde vemos de pasada el misterioso puente centenario, y luego llegamos a la isla submarina, pero antes ese enfermo del detalle que es Oda dibuja la escena del capítulo 648 en el que Roger pregunta a Rayleigh si escuchaba las voces de los reyes del mar... pero ahora añadiendo a la conversación a Oden como si fuera esa copa de Sabo que añadió al juramento de hermandad de Luffy y Ace en una muestra más del maravilloso ejercicio de retrocontinuidad que es este flashback. He de decir que creo que Oda se ha liado un poco de más con el tema de las profecías y eso de que una carpa estuviera profetizada a entrar en la familia real y que Otohime fuera una política en alza se me hace extraño, como si Oda de alguna forma le hubiera quitado todo el romanticismo a esa relación y la hubiera convertido en una maniobra política... pero hay profecías de Shirahoshi, el nombre de JoyBoy vuelve a aparecer y encima tenemos a una encantadora versión chibi de Shirley... uno puede pasar por alto ciertas cosas por estos detalles.
Luego tenemos el extraño viaje a un Wano ya contaminado sobre el que supongo que volveremos y donde Oden pagará por su libertad, pero en el viaje a Zou tenemos esa escena que tanto esperaba de Oden y Roger escuchando a Zunisha pero no llegando a comprenderlo. Y el triste momento en el que aparece Pedro y se le vaticina que su momento de brillar aún no ha llegado.
Y finalmente, Roger coronado como Rey de los Piratas, descubriéndolo todo y riendo ante el One Piece. Sencillamente sublime.
¿Sublime? No, mejor aún, porque antes el puto Buggy sufre esa enfermedad que parecía un recurso cómico de Usopp de "moriré-si-voy-a-esa-isla" y Shanks le emplaza a juntos alcanzar alguna vez esa isla. Increíble.