Helloween llevaba mucho tiempo de capa caída. Desde que, allá por el 98, lanzaran el expléndido "Better than raw" habían lanzado tres discos que, si bien no pueden considerarse malos, si eran decepcionantes. "The Dark ride" era muy oscuro, "Rabbits don´t come easy" tenía unos sonidos extraños y "Keeper III" sencillamente te predisponía a odiarlo solo por el nombre. "Gambling with the devil" es un disco distinto a estos, es un disco tradicional. No hay experimentanción alguna, es... sencillamente Helloween.
Evidentemente, la banda germana ha evolucionado, y es más evidente aún que sin la voz de Kiske y el talento de Hansen en la composición los tiempos de los Keeper no regresaran. Los Helloween de ahora son más duros, más oscuros, se trata de un metal menos espectacular y más sobrio. Más basado en tonos graves y bajos que en agudos y estridentes. Particularmente prefiero su época dorada de los 80, pero ni siquiera Gamma Ray mantiene ya ese tono tan alegre y espectacular en sus últimos temas. No obstante, este disco es muy bueno.
Todas las canciones son buenas, y todas son parecidas y distintas a la vez. No hay experimentos, es un sónido ya muy consolidado, elaborado y sólido. La voz de Deris es quizás lo que más se resiente de todo, pues aunque el cantante lo hace muy bien y no soy uno de sus detractores, la edad ya no perdona y su voz no esta cerca de los tonos que mostraba en sus primeros discos con la banda de las calabazas. Las guitarras se muestran poderosas y nos regalan grandes solos. La batería y el bajo mantienen la importancia que tenían en los últimos discos (y en esta ocasión incluso recuperamos los solos de bajo al más puro estilo "Eagle fly free"). A nivel de coros y otros instrumentos (en especial piano), el album muestra una grandilocuencia y perfección exquisitos. La producción del disco es magnífica.
Pero hablando de lo importante, o sea, las canciones, me encuentro ante el disco de Helloween que más me ha gustado en la última decada y uno de esos raros discos en los que no "le doy para delante" a ninguna canción. Canciones como "Kill it" o "I.M.E" tienen una dureza espectacular, pero siguen siendo power metal y tienen al mismo tiempo un ritmo y un sónido rápido y ligero (auténticos himnos para conciertos con sus bestiales estribillos)"Heaven Tells no lies" y "The saints" muestran esa extraña épica ligera que la banda germana ha mostrado en sus últimos discos, canciones largas y elaboradas donde vemos una gran suceción de estilos mismos musicales. "Fallen to pieces" y "As long as I fall" son canciones lentas y tristes, pero llenas de energía y tan terriblemente elaboradas como el resto del disco. Y luego incluso tenemos canciones como "Dreambound", sencillamente magistral, y la grandiosa "Final Fortune", todo un temazo de Happy Metal que no desentonaría en uno de los Keepers originales.
Evidentemente, la banda germana ha evolucionado, y es más evidente aún que sin la voz de Kiske y el talento de Hansen en la composición los tiempos de los Keeper no regresaran. Los Helloween de ahora son más duros, más oscuros, se trata de un metal menos espectacular y más sobrio. Más basado en tonos graves y bajos que en agudos y estridentes. Particularmente prefiero su época dorada de los 80, pero ni siquiera Gamma Ray mantiene ya ese tono tan alegre y espectacular en sus últimos temas. No obstante, este disco es muy bueno.
Todas las canciones son buenas, y todas son parecidas y distintas a la vez. No hay experimentos, es un sónido ya muy consolidado, elaborado y sólido. La voz de Deris es quizás lo que más se resiente de todo, pues aunque el cantante lo hace muy bien y no soy uno de sus detractores, la edad ya no perdona y su voz no esta cerca de los tonos que mostraba en sus primeros discos con la banda de las calabazas. Las guitarras se muestran poderosas y nos regalan grandes solos. La batería y el bajo mantienen la importancia que tenían en los últimos discos (y en esta ocasión incluso recuperamos los solos de bajo al más puro estilo "Eagle fly free"). A nivel de coros y otros instrumentos (en especial piano), el album muestra una grandilocuencia y perfección exquisitos. La producción del disco es magnífica.
Pero hablando de lo importante, o sea, las canciones, me encuentro ante el disco de Helloween que más me ha gustado en la última decada y uno de esos raros discos en los que no "le doy para delante" a ninguna canción. Canciones como "Kill it" o "I.M.E" tienen una dureza espectacular, pero siguen siendo power metal y tienen al mismo tiempo un ritmo y un sónido rápido y ligero (auténticos himnos para conciertos con sus bestiales estribillos)"Heaven Tells no lies" y "The saints" muestran esa extraña épica ligera que la banda germana ha mostrado en sus últimos discos, canciones largas y elaboradas donde vemos una gran suceción de estilos mismos musicales. "Fallen to pieces" y "As long as I fall" son canciones lentas y tristes, pero llenas de energía y tan terriblemente elaboradas como el resto del disco. Y luego incluso tenemos canciones como "Dreambound", sencillamente magistral, y la grandiosa "Final Fortune", todo un temazo de Happy Metal que no desentonaría en uno de los Keepers originales.